SINOPSIS
Una mañana de Junio de 2005, los guardias del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, notaron que una millonaria escultura de Auguste Rodin, había sido robada. 24 horas después del suceso un tímido estudiante de arte regresa la pieza argumentando que la había robado como parte de un proyecto artístico. Un documental que explora en los dilemas del artista y del arte contemporáneo.
FICHA TÉCNICA
Dirección: Cristóbal Valenzuela Berríos.
Producción: María Paz González (María una vez).
Co-Producción Francia: Adriana Ferrarese (Ceresa)
Guión: Cristóbal Valenzuela Berríos, María Luisa Furché y Sebastián Rioseco.
Foto y Cámara: David Bravo ACC.
Sonido: José Manuel Gatica y Roberto Espinoza.
Montaje: Juan Murillo.
Música: Jorge Cabargas.
Dirección de Arte: Romina Olguín.
Financiado por: Corfo y Fondo Audiovisual.
Distribuido por: Miradoc y Chiledoc.
Robar a Rodin (Trailer) - No soy un ladrón, soy un artista
Una mañana de junio de 2005, los guardias del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, notaron que una millonaria escultura de Auguste Rodin, había sido robada. 24 horas después del suceso un tímido estudiante de arte regresa la pieza argumentando que la había robado como parte de un proyecto artístico. Un documental que explora en los dilemas del arte y que entrelaza la figura de uno de los más famosos artistas modernos europeos con uno de los más desconocidos artistas chilenos contemporáneos.
Director de Robar a Rodin: "Es un policial, una comedia y una película sobre arte"
Entrevista a Cristóbal Valenzuela y María Paz González, director y productora del documental "Robar a Rodin", film que indaga en el hurto de una escultura de Rodin en el Museo de Bellas Artes.
Valenzuela confiesa que esta historia tenía un gran potencial para convertirse en una intrigante película policial y, al mismo tiempo, en una bizarra comedia delirante. “Ambas líneas, lo policial y la comedia, funcionaban como un vehículo muy interesante para hablar en el fondo de temas como el arte contemporáneo, su función, la definición de arte y el rol de los artistas en las sociedades”, comenta.
Valenzuela confiesa que esta historia tenía un gran potencial para convertirse en una intrigante película policial y, al mismo tiempo, en una bizarra comedia delirante. “Ambas líneas, lo policial y la comedia, funcionaban como un vehículo muy interesante para hablar en el fondo de temas como el arte contemporáneo, su función, la definición de arte y el rol de los artistas en las sociedades”, comenta.
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