La pandemia ha dejado sin red de seguridad económica a muchos artistas, que se inquietan por su futuro.
Júlia Campistany, que es trapecista y reside en los Países Bajos, ha solicitado acogerse al plan de ingresos mínimos destinado a los autonómos, y mientras trata de mantenerse en forma desde casa.
"Si quiero entrenar en el trapecio, necesito un espacio específico, condiciones e instalaciones específicas y medidas de seguridad", explica. "Ahora que estamos confinados podemos usar nuestro tiempo para crear, escribir ideas y soñar, digamos. Pero muy a menudo este trabajo se hace en contacto con la gente, entrenando con la gente, inspirandose en los otros".
El 95% de esta fuerza laboral está compuesta por pequeñas y medianas empresas, y autónomos. El público puede usar Internet para acceder a sus obras durante el confinamiento, pero no siempre se traduce en ingresos. Muchos sitios son gratuitos y la publicidad está cayendo en picado.
"Este modelo de negocio se verá afectado de manera significativo por la pérdida de ingresos publicitarios y por las dificultades para acceder a contenido nuevo", afirma Pauline Durand-Vialle, Directora de la Federación de Directores de Cine Europeos. "Y todo esto afecta al pago de los derechos de autor, por supuesto, pero también afecta a nuestra capacidad a medio plazo para volver a trabajar."
La Comisión Europea ha anunciado varias medidas de urgencia para paliar la situación. Como 2 millones de euros para la dimensión transfronteriza de las artes escénicas o 5 millones de euros para los cines afectados. También ofrece máxima flexibilidad para el programa de becas Creative Europe.
Este programa cuenta con un presupuesto plurianual de 1,46 mil millones de euros. El Parlamento Europeo cree que no solo debería duplicarse, sino que además los artistas deberían beneficiarse de otras líneas de financiación.
"Debe hacerse de tal modo que se abra a otros programas de apoyo, ya sea el programa SURE para los trabajadores, ya sean los fondos de desarrollo regional, ya sea el dinero de los programas de emergencia", dice Sabine Verheyen, eurodiputada alemana del grupo Popular. "Lo que pedimos también es que se ayude al sector artístico y creativo, especialmente en el entorno digital, a establecer sistemas de distribución de sus obras de tal modo que puedan recibir ingresos".
En la Unión Europea, el sector emplea a nueve millones de personas y los expertos vaticinan que será uno de los que más tardará en recuperarse, a falta de contacto con su público.
Euronews
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