Lejos quedaron los tiempos en que los matrimonios eran para siempre. Y cuando eso no ocurre, generalmente las separaciones se producen en los primeros años de vida de la nueva pareja.
Pero no todos descubren tan pronto que su media naranja no es la persona con la que desean pasar el resto de sus vidas. Ellos son adultos de entre 50 y 60 años que llevan más de 25 años de casados, pero que en algún momento –cuando sus hijos ya son independientes- deciden divorciarse de sus parejas para darse una nueva oportunidad de encontrar la felicidad que por alguna razón dejaron de gozar.
Para la psicoanalista Alicia Pose hay tres etapas que atraviesan la vida de un matrimonio. La primera de ellas transcurre desde el nacimiento de los hijos hasta la adolescencia donde las actividades de la pareja están abocadas en la crianza de los hijos, pero es en ese momento donde empieza la consolidación y marca una tendencia de cómo serán los próximos 20 años de vida y la vejez
"En esos momentos hay mujeres que dependen en lo económico del sostén de su marido y participan más en la crianza de los hijos. Hay una división de roles demasiados fijos y muchos se olvidan de la pareja hombre-mujer”.
La segunda etapa es la adolescencia propiamente dicha de los chicos, que trae crisis en la familia, ya que muchas veces los padres compiten con sus hijos. “Hay un consumo de los adultos de una eterna juventud. Los que no son jóvenes tratan de serlo. Pierden el lugar de padres. Empiezan a competir con sus hijos”, explicó la especialista.
Por esa competencia por la sexualidad –que inauguran los jóvenes y que se observa cierta declinación en los adultos- es que, según Pose, muchas mujeres deciden hacerse cirugías estéticas y se visten como adolescentes, cosa que sus hijas no toleran y se pelean con ellas “como si fueran amigas”. Por la misma razón los hombres comienzan a salir con mujeres más jóvenes, ya que la suya deja de atraerles.
Continuará.
Fuente MinutoUno
Pero no todos descubren tan pronto que su media naranja no es la persona con la que desean pasar el resto de sus vidas. Ellos son adultos de entre 50 y 60 años que llevan más de 25 años de casados, pero que en algún momento –cuando sus hijos ya son independientes- deciden divorciarse de sus parejas para darse una nueva oportunidad de encontrar la felicidad que por alguna razón dejaron de gozar.
Para la psicoanalista Alicia Pose hay tres etapas que atraviesan la vida de un matrimonio. La primera de ellas transcurre desde el nacimiento de los hijos hasta la adolescencia donde las actividades de la pareja están abocadas en la crianza de los hijos, pero es en ese momento donde empieza la consolidación y marca una tendencia de cómo serán los próximos 20 años de vida y la vejez
"En esos momentos hay mujeres que dependen en lo económico del sostén de su marido y participan más en la crianza de los hijos. Hay una división de roles demasiados fijos y muchos se olvidan de la pareja hombre-mujer”.
La segunda etapa es la adolescencia propiamente dicha de los chicos, que trae crisis en la familia, ya que muchas veces los padres compiten con sus hijos. “Hay un consumo de los adultos de una eterna juventud. Los que no son jóvenes tratan de serlo. Pierden el lugar de padres. Empiezan a competir con sus hijos”, explicó la especialista.
Por esa competencia por la sexualidad –que inauguran los jóvenes y que se observa cierta declinación en los adultos- es que, según Pose, muchas mujeres deciden hacerse cirugías estéticas y se visten como adolescentes, cosa que sus hijas no toleran y se pelean con ellas “como si fueran amigas”. Por la misma razón los hombres comienzan a salir con mujeres más jóvenes, ya que la suya deja de atraerles.
Continuará.
Fuente MinutoUno
Comments