La escritora y editora barcelonesa asegura que entiende "muy bien a los hombres mayores que se enamoran de una joven de 20 años”
Barcelona, 15 ene. (COLPISA, P. Soto). ¿Es posible que un hombre que va a cumplir los sesenta años se enamore locamente de una mujer más joven y redescubra los placeres de la vida?
Según la escritora y editora Esther Tusquets (Barcelona, 1936), es perfectamente posible y, además, deseable. Tusquets reflexiona con ironía sobre los sentimientos amorosos a los 60 años en su última novela, '¡Bingo!' (Anagrama), a través de un hombre que está casado con una mujer de la que nunca estuvo realmente enamorado.
Es un notario que dispone de mucho dinero y de una buena posición social. Va a cumplir los sesenta, y desde hace unos meses ha dejado de desear todo lo que fue importante en su vida: los viajes, la música, el mar, la pintura, las mujeres... Todo aquello que le había dado mucho placer, le es ahora indiferente. Contempla la vejez con angustia, porque ya no tiene fuerzas para conseguir nuevas metas en la vida. Un día, decide entrar en un bingo, para pasar el rato antes de volver a casa. Conoce a Rosa, una atractiva y exuberante binguera, sabia y charlatana. Con ella nuestro hombre irá descubriendo un nuevo mundo, que le ofrecerá la posibilidad de una segunda oportunidad. Volverá a emocionarse, desear, gozar, amar. "Entiendo muy bien a los hombres mayores que se enamoran de una joven de 20 años, porque llevarla a Venecia es recuperar las ilusiones perdidas", señaló Esther Tusquets durante la presentación de su novela en Barcelona. La escritora y editora catalana destacó que "no es cierto que cada etapa de la vida tenga algo positivo, porque la vejez tiene más inconvenientes que ventajas, aunque sólo sea desde el punto de vista biológico. Pero si tiene alguna ventaja, es que nos permite marcar una enorme distancia con la vida y darnos cuenta que hay muy pocas cosas importantes". En este sentido, la autora de 'Para no volver' y 'Con la miel en los labios', entre otros títulos, explicó que en '¡Bingo!' trata de explicar que "a pesar de la edad, desear, amar, sigue siendo posible". Tusquets aseguró que su novela "no es autobiográfica" y es un relato "disparatado, divertido y con final feliz.
Afición al juego
El bingo es el telón de fondo de la novela, porque, según dijo Esther Tusquets, "es un lugar que descubrí hace año y medio y me parece fantástico para relatar una historia de amor". La escritora barcelonesa, que confesó su afición al juego y se definió a sí misma como "una ludópata contrariada", puso de manifiesto que "el bingo es una forma de crear emociones artificiales" y un lugar "sorprendente; el juego tiene una falta absoluta de lógica, pero la gente va allí, porque es un sitio de reunión para solitarios, sobre todo en el caso de los hombres, que envejecen peor que las mujeres". Además, en el caso de las mujeres, Tusquets recalcó que "es el único lugar donde pueden ir solas a las cuatro de la mañana sin que nadie se meta con ellas, porque ir a un bar a esta hora, a tomarse una copa, es más complicado". Por todos estos motivos, la escritora, que durante años fue una jugadora empedernida de 'bridge', señaló que "el bingo es un lugar donde encuentras gente espontánea y mucho más generosa que en los ambientes de gente culta y de clase alta". Lo que ocurre, recalcó Tusquets, "es que a veces pensamos que el mundo es el reducido ambiente en el que nos movemos. Y no es cierto, porque el mundo es mucho más amplio y complejo que nuestro reducido ambiente".
Barcelona, 15 ene. (COLPISA, P. Soto). ¿Es posible que un hombre que va a cumplir los sesenta años se enamore locamente de una mujer más joven y redescubra los placeres de la vida?
Según la escritora y editora Esther Tusquets (Barcelona, 1936), es perfectamente posible y, además, deseable. Tusquets reflexiona con ironía sobre los sentimientos amorosos a los 60 años en su última novela, '¡Bingo!' (Anagrama), a través de un hombre que está casado con una mujer de la que nunca estuvo realmente enamorado.
Es un notario que dispone de mucho dinero y de una buena posición social. Va a cumplir los sesenta, y desde hace unos meses ha dejado de desear todo lo que fue importante en su vida: los viajes, la música, el mar, la pintura, las mujeres... Todo aquello que le había dado mucho placer, le es ahora indiferente. Contempla la vejez con angustia, porque ya no tiene fuerzas para conseguir nuevas metas en la vida. Un día, decide entrar en un bingo, para pasar el rato antes de volver a casa. Conoce a Rosa, una atractiva y exuberante binguera, sabia y charlatana. Con ella nuestro hombre irá descubriendo un nuevo mundo, que le ofrecerá la posibilidad de una segunda oportunidad. Volverá a emocionarse, desear, gozar, amar. "Entiendo muy bien a los hombres mayores que se enamoran de una joven de 20 años, porque llevarla a Venecia es recuperar las ilusiones perdidas", señaló Esther Tusquets durante la presentación de su novela en Barcelona. La escritora y editora catalana destacó que "no es cierto que cada etapa de la vida tenga algo positivo, porque la vejez tiene más inconvenientes que ventajas, aunque sólo sea desde el punto de vista biológico. Pero si tiene alguna ventaja, es que nos permite marcar una enorme distancia con la vida y darnos cuenta que hay muy pocas cosas importantes". En este sentido, la autora de 'Para no volver' y 'Con la miel en los labios', entre otros títulos, explicó que en '¡Bingo!' trata de explicar que "a pesar de la edad, desear, amar, sigue siendo posible". Tusquets aseguró que su novela "no es autobiográfica" y es un relato "disparatado, divertido y con final feliz.
Afición al juego
El bingo es el telón de fondo de la novela, porque, según dijo Esther Tusquets, "es un lugar que descubrí hace año y medio y me parece fantástico para relatar una historia de amor". La escritora barcelonesa, que confesó su afición al juego y se definió a sí misma como "una ludópata contrariada", puso de manifiesto que "el bingo es una forma de crear emociones artificiales" y un lugar "sorprendente; el juego tiene una falta absoluta de lógica, pero la gente va allí, porque es un sitio de reunión para solitarios, sobre todo en el caso de los hombres, que envejecen peor que las mujeres". Además, en el caso de las mujeres, Tusquets recalcó que "es el único lugar donde pueden ir solas a las cuatro de la mañana sin que nadie se meta con ellas, porque ir a un bar a esta hora, a tomarse una copa, es más complicado". Por todos estos motivos, la escritora, que durante años fue una jugadora empedernida de 'bridge', señaló que "el bingo es un lugar donde encuentras gente espontánea y mucho más generosa que en los ambientes de gente culta y de clase alta". Lo que ocurre, recalcó Tusquets, "es que a veces pensamos que el mundo es el reducido ambiente en el que nos movemos. Y no es cierto, porque el mundo es mucho más amplio y complejo que nuestro reducido ambiente".
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