El estallido en la red surgió justo después de la victoria de Mahmoud Ahmadineyad y con la misma intensidad que la represión de un gobierno que pretende acallar los gritos limitando el acceso a internet, silenciando los vídeos de You Tube, bloqueando redes sociales como Facebook o Twitter. Hasta cortaron los mensajes sms que tan bien funcionan para convocar manifestaciones. El gobierno de la República Islámica de Irán intenta limitar las comunicaciones, sí, pero la red escapa a la censura del régimen. Una vez más, internet desafía los controles del estado y se salta las restricciones.
Los iraníes bloguean, cuelgan mensajes en Facebook, fotos en Flickr. Y coordinan sus protestas en Twitter, esa herramienta de micro-blogging con mini-mensajes de hasta 140 caracteres. Los suficientes para lanzar frases como: “la manifestación ha sido pacífica hoy, pero cambiará esta noche. Demasiados Basij”, enviada ayer tras la marcha a favor del opositor Mir-Husein Musavi a la que acudieron miembros de la milicia islámica Basij que el lunes mataron a siete personas. El mismo twittero añadió: “los seguidores de Ahmadineyad no son civiles, pero llevaban ropa lisa y muchos llegaron de fuera de Teherán”.
ABC
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