Un saco viejo, hilos, agujas y retazos de viejas prendas constituyeron los materiales con los cuales muchas mujeres construyeron una forma de expresión que reflejaba las condiciones de vida durante la dictadura.
Las Arpilleras constituyeron una genuina forma de protesta que rompía los esfuerzos por acallar y censurar, instalándose como un ejemplo de denuncia contra los atropellos sufridos por ellas, sus familias, amigos o en las poblaciones.
Su arte, así, constituye un lugar que permite expresar experiencias traumáticas, difíciles de comunicar con palabras, siendo a la vez espacio de denuncia y reparación del trauma.
FASIC (Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas) desarrolló diferentes talleres donde se confeccionaron cientos de ARPILLERAS.
FASIC
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