Hace más de 200 años, el volcán Tambora entró en erupción en Indonesia y mató a miles de personas. La nube de ceniza causó la pérdida de cosechas, epidemias y levantamientos civiles en todo el hemisferio norte.
Cuando explotó el volcán Tambora a principios de abril de 1815 en la isla indonesia de Sumbawa, murieron más de 100.000 personas allí como consecuencia directa de la erupción. Sin embargo, la verdadera catástrofe vino después. La columna de humo se elevó a más de 40 kilómetros de altura. Como resultado, una enorme masa de humo se extendió en la estratosfera y en todo el mundo hubo una gran inestabilidad climática. El año 1816 pasó a la historia como el "año sin verano". Los efectos fueron catastróficos especialmente para la agricultura. Puesto que la lluvia y el frío en el hemisferio norte causaron grandes pérdidas de cultivos, hubo una hambruna en gran parte de Europa. Cientos de miles de personas murieron de hambre o contrajeron enfermedades. Con la esperanza de una vida mejor, muchos se marcharon a los Estados Unidos; fueron las primeras grandes oleadas de inmigrantes del siglo XIX. Las personas que no podían permitirse el lujo de emigrar se rebelaron contra el sistema. En Inglaterra, la ley de los cereales, una controvertida ley que imponía aranceles excesivos al grano, causó enormes disturbios en Londres y otras ciudades importantes. Los efectos de la erupción fueron palpables incluso décadas después. Una inestabilidad climática poco común en la India despertó a una peligrosa bacteria en el suelo. Fue el comienzo de la primera pandemia mundial de cólera, que se cobró millones de víctimas. El reportaje examina las consecuencias mundiales de este devastador desastre natural y acompaña a los científicos que descifran cómo este volcán hizo historia.
Con 50 años de vida en común ya estamos transitando por este “Camino otoñal”, descubriendo, día a día, la alegría de vivir y tratando de colaborar en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. El Otoño, al igual que el Adulto mayor, tiene su belleza y la estamos conociendo. Pensamos que hay mucho camino que recorrer y todavía tenemos una mirada optimista de la vida, consciente que junto a las dificultades del diario vivir, hay desafíos que afrontar y oportunidades para servir.
Comments