Los niños en Bolivia tienen una vida dura: son vendidos por entre tres y siete dólares, desaparecen, son víctimas de explotación sexual y laboral y no tienen ninguna protección frente a una potente mafia de tráfico de personas.
Un informe preparado por el Defensor del Pueblo de Bolivia, Rolando Villena, y presentado en el Primer Foro Internacional sobre Trata y Tráfico de Personas realizado en La Paz reveló estos hechos.
Así, según el documento aproximadamente 15.000 menores salen de Bolivia en condiciones poco claras con una supuesta autorización de sus padres, rumbo a Argentina. En algunas regiones los niños se venden por un precio de entre tres y siete dólares estadounidenses.
Rolando Villena afirma que la trata de personas es “una realidad creciente”: la cantidad de denuncias sobre el tráfico de personas aumentó un 26% entre 2008 y 2010.
Según Villena este tráfico “está alimentado por la mafia y la delincuencia transnacional que tiene enclaves en diferentes países” y en Europa los tratantes reciben hasta 200.000 dólares por los menores bolivianos.
Los puntos en que se realiza la venta de niños en su mayor parte se encuentran en la frontera con Argentina.
Estos datos dejaron al presidente boliviano, Evo Morales, sorprendido y el mandatario anunció que solicitará un informe especial a la Defensoría del Pueblo para enfrentar estas acciones delictivas.
Pese a que este problema existe hace ya varios años, el país hasta ahora no tiene políticas públicas para combatir el tráfico de niños. Además los padres afectados no tienen suficientes recursos para encargar una investigación.
Según el periodista y comentarista político Mario Espinoza estos casos se dan a menudo también porque los padres no presentan denuncias por temor a represalias y a la opinión pública.
Espinoza opina que el gran drama es que no existe actualmente una legislación concreta sobre tráfico de seres humanos más allá de las declaraciones de Naciones Unidas y no hay ningún pacto interamericano contra este delito.
“El tema es que los padres muy raras veces contactan con las autoridades bolivianas para la denunciar que sus niños han sido empleados para labores agrícolas excesivas o para la prostitución por miedo a represalias”, dice el periodista.
Actualmente el Gobierno boliviano está preparando la versión final de una Ley de Trata y Tráfico de Personas. Gardy Costas, viceministra boliviana de Igualdad de Oportunidades, informó que el texto de la ley llegará al Legislativo el próximo mes de agosto.
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