En el Diario La Prensa on line he leido un artículo interesante llamado UNA VEJEZ CON DIGNIDAD, escrito por José Gamarra y que quiero compartir.
En mi juventud cuando me desempeñaba como obrero gráfico en Perú, mi país, conocí a Juan Guillermo Miranda Arostegui, un dirigente sindical de aproximadamente 45 años. Se imponía en las asambleas por su inteligencia, oratoria y contundencia de sus ideas en los ardorosos debates para fijar el rumbo de los sindicatos ante medidas antipopulares dictadas por los gobiernos de turno.
En el fragor de las luchas del pueblo, Arostegui había sacrificado tiempo, hogar y familia para dedicarse a la organización de sindicatos y la preparación de nuevos cuadros sindicales para la defensa de sus derechos. Arostegui nació en la serrana de Juliaca (Puno). Ahora con sus 85 años a cuestas, siempre tiene tiempo para conversar con los jóvenes que disfrutan de su presencia cuando los recibe en el local de la Federación Gráfica del Perú.
Grandes recuerdos guardan en su mente lúcida de don Juan al mencionar la vicisitudes que tuvo que afrontar siendo dirigente sindical, al tener que ponerse al frente de las luchas populares contra gobiernos militares de Sánchez Cerro, Odria, Morales Bermúdez y otros gobiernos títeres manejados por el gran poder, y que, a consecuencia de ello, fue a parar a las frías mazmorras de los penales de El Sexto y El Frontón, no sin antes soportar torturas en sus carceleros.
Debido a su consecuencia revolucionaria y de líder sindical fue elegido reiteradas veces a cargos importantes a nivel nacional: Secretario General de la Federación Departamental de Arequipa (FDTA), Sec. Gral. de la Federación Gráfica del Perú (FGP), Sec. Gral. de la Unión Gráfica de Arequipa.
Ahora, en la tranquilidad de su hogar y acompañado de hijos y nietos, don Juan siente la satisfacción de haber cumplido con el deber impuesto, al haberle dejado el camino a las nuevas generaciones, para que continúen la obra emprendida, porque es consciente que ¡sin luchas no hay victorias!
Un abrazo, don Juan, por su firmeza y convicción en sus ideales.
En mi juventud cuando me desempeñaba como obrero gráfico en Perú, mi país, conocí a Juan Guillermo Miranda Arostegui, un dirigente sindical de aproximadamente 45 años. Se imponía en las asambleas por su inteligencia, oratoria y contundencia de sus ideas en los ardorosos debates para fijar el rumbo de los sindicatos ante medidas antipopulares dictadas por los gobiernos de turno.
En el fragor de las luchas del pueblo, Arostegui había sacrificado tiempo, hogar y familia para dedicarse a la organización de sindicatos y la preparación de nuevos cuadros sindicales para la defensa de sus derechos. Arostegui nació en la serrana de Juliaca (Puno). Ahora con sus 85 años a cuestas, siempre tiene tiempo para conversar con los jóvenes que disfrutan de su presencia cuando los recibe en el local de la Federación Gráfica del Perú.
Grandes recuerdos guardan en su mente lúcida de don Juan al mencionar la vicisitudes que tuvo que afrontar siendo dirigente sindical, al tener que ponerse al frente de las luchas populares contra gobiernos militares de Sánchez Cerro, Odria, Morales Bermúdez y otros gobiernos títeres manejados por el gran poder, y que, a consecuencia de ello, fue a parar a las frías mazmorras de los penales de El Sexto y El Frontón, no sin antes soportar torturas en sus carceleros.
Debido a su consecuencia revolucionaria y de líder sindical fue elegido reiteradas veces a cargos importantes a nivel nacional: Secretario General de la Federación Departamental de Arequipa (FDTA), Sec. Gral. de la Federación Gráfica del Perú (FGP), Sec. Gral. de la Unión Gráfica de Arequipa.
Ahora, en la tranquilidad de su hogar y acompañado de hijos y nietos, don Juan siente la satisfacción de haber cumplido con el deber impuesto, al haberle dejado el camino a las nuevas generaciones, para que continúen la obra emprendida, porque es consciente que ¡sin luchas no hay victorias!
Un abrazo, don Juan, por su firmeza y convicción en sus ideales.
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