En realidad el mejor ámbito para los ancianos es el familiar, ya que la convivencia con otras generaciones provee de actualización, “da vida a la vida”, aún cuando haya diferencias y disputas.
La conflictiva familiar puede suavizarse si sus miembros asumen que la vejez es del otro ahora, pero que los adultos y jóvenes ocuparán luego esos lugares; y debe tenerse presente siempre que el adulto es modelo para el niño y el joven.
Lo que él haga hoy con los abuelos, mañana lo harán sus nietos con él.
Pero hay situaciones excepcionales en que se debe recurrir a hogares geriáticos (necesidad de atención especializada, demenciación, imposibilidad de atenderlos por demandas laborales, etcétera). En esos casos, los hogares deben ser “hogares” y no depósitos inhumanos. Para ello hay que conseguir que en el lugar impere un sentido de pertenencia, de responsabilidades asumidas, de actividades compartidas, y no de una serie de sujetos aislados de sus mismos compañeros. Además, insistir en la continuidad del vínculo con la familia. Que él los visite o que lo visiten con frecuencia, para conservar la pertenencia familiar.
Todavía en provincias se conserva más la convivencia del adulto mayor con su familia. En las grandes ciudades, en cambio, la familia es menos continente del anciano. Por eso proliferan los geriátricos.
Fuente: De lo escrito por Emma Marazza de Romero - Docente e investigadora de la UNT, en la Gaceta, Argentina
La conflictiva familiar puede suavizarse si sus miembros asumen que la vejez es del otro ahora, pero que los adultos y jóvenes ocuparán luego esos lugares; y debe tenerse presente siempre que el adulto es modelo para el niño y el joven.
Lo que él haga hoy con los abuelos, mañana lo harán sus nietos con él.
Pero hay situaciones excepcionales en que se debe recurrir a hogares geriáticos (necesidad de atención especializada, demenciación, imposibilidad de atenderlos por demandas laborales, etcétera). En esos casos, los hogares deben ser “hogares” y no depósitos inhumanos. Para ello hay que conseguir que en el lugar impere un sentido de pertenencia, de responsabilidades asumidas, de actividades compartidas, y no de una serie de sujetos aislados de sus mismos compañeros. Además, insistir en la continuidad del vínculo con la familia. Que él los visite o que lo visiten con frecuencia, para conservar la pertenencia familiar.
Todavía en provincias se conserva más la convivencia del adulto mayor con su familia. En las grandes ciudades, en cambio, la familia es menos continente del anciano. Por eso proliferan los geriátricos.
Fuente: De lo escrito por Emma Marazza de Romero - Docente e investigadora de la UNT, en la Gaceta, Argentina
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