Los traficantes internacionales de marfil hacen un gran negocio con los colmillos de los elefantes y ni tan siquiera se exponen al peligro cuando los matan. Les pagan a los pigmeos jabón, sal y un poco de gasolina por hacerlo. La ONU lucha por evitarlo.
Los traficantes internacionales de marfil hacen un gran negocio con los colmillos de los elefantes y ni tan siquiera se exponen al peligro cuando los matan. Les pagan a los pigmeos jabón, sal y un poco de gasolina por hacerlo. La ONU lucha por evitarlo.
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