Sandra Gutiérrez puso su reclamación el 5 de enero. El 27 de ese mes, el Museo Picasso contestó argumentando que la institución "tiene una rigurosa política de conservación que garantiza el cumplimiento de las condiciones impuestas por nuestros prestadores, gracias a los que podemos llevar a cabo exposiciones de alto nivel artístico y económico. Esas directrices tratan de evitar todos los riesgos posibles, por lo que no está permitido comer ni beber en las salas de exposición incluyendo a los bebés y niños pequeños. La cafetería y el jardín son los lugares dentro del museo en los que está permitido comer y beber". La respuesta estaba firmada por el gerente, Guillermo Peiró.
Ayer, el director artístico, José Lebrero, indicó que tras una encuesta entre responsables de departamentos del museo se constató que no había una normativa escrita sobre lactancia en las salas. La institución la permitirá la en esas áreas "mientras respete la distancia a las obras" de arte.
La delegada precisó que la circular es de fecha 16 de febrero y que se dictó "a raíz de este incidente". Bautista sostuvo que es de puro raciocinio la norma que no permite comer y beber en las salas de exposiciones. "Pero amamantar no es el caso. Así lo entiendo como madre, como mujer y como representante de la cultura y de la libertad. Nuestra postura es tajante y pedimos disculpas", zanjó Bautista.
Diario de Sevilla
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