"El camino del hombre sabio consiste en trabajar, pero no como si se tratara de una competición" (Lao-Tse)
Todos los sabios del mundo coinciden en afirmar que el trabajo pertenece a la esencia de la vida humana. El hombre es por naturaleza un ser que trabaja. La mano es su órgano más noble. Todo lo que pasa por la mano es objeto de alguna transformación, de alguna nueva forma. con la mano se da forma a la tierra, se siembra, se cosecha... Se saluda a otros hombres dándoles la mano. Dar la mano, manejar, es parte esencial de la sabiduría. Pero quien intenta llevar siempre en su manejo ventaja sobre el otro, quien necesita manejos para afianzarse, ése no obra bien, no usa bien las manos.
Lao-Tse, el sabio daoista de la antigua China (dao significa el camino verdadero) se refiere a la verdadera vida y su sentido cuando asegura que debemos manejar, pero no como en una competición o concurso. No es honesto mirar y fijarse en los demás para compararnos con ellos.
Si en el ejercicio de mi profesión establezco comparaciones con mis colegas, inmediatamente me doy cuenta de que estoy trabajando bajo presión. Yo estoy en mi trabajo, pero mis pensamientos están fuera de él. El trabajo no fluye espontáneamente de mí. Toda mi preocupación es mirar a los demás a ver si lo hacen mejor. Yo soy manejado por mi trabajo, soy incapaz de darme cuenta de que no puedo concentrarme ni entregarme a lo que tengo entre manos. No estoy utilizando mis manos. Más bien soy manipulado para producir más que mis colegas. Todo mi interés se centra en comparar mis resultados con los ajenos, pero no estoy en mi trabajo. Estas segundas intenciones en mi trabajo destruyen el verdadero trabajo, el manejo.
Manejar correctamente sólo puede hacerlo quien se concentra en su mano, quien alarga su mano a los demás, quien sabe centrarse en lo que tiene entre manos.
Anselm Grün
El Libro del Arte de Vivir
El Libro del Arte de Vivir
Comments