Ravel y Rachmaninov enfrentan la transición al siglo XX en forma muy distinta. Rachmaninov reinventa el virtuosismo del pasado, mientras Ravel abre la puerta a la música del futuro.
La Pavana para una infanta difunta, escrita en 1899 cuando Ravel todavía era un estudiante de composición, fue su primer gran éxito y es una miniatura, una “evocación de una infanta en la corte española bailando, en tiempos antiguos, una pavana”. Un año más tarde, Rachmaninov compuso su Concierto para piano y orquesta nº 2, obra con la que logró superar la crisis producida por el rechazo a su primera sinfonía y una de las piezas para piano más difíciles y populares del repertorio.
Ravel comenzó a componer el ballet Daphnis et Chloé en 1909, la obra más larga que escribió y decidió convertirla en dos suites orquestales para aprovechar, sin necesidad de escenificar el ballet, parte de lo que él consideraba una de sus mayores obras musicales.
Dirección musical: Konstantin Chudovsky
Programa:
Maurice Ravel
Pavana para una infanta difunta
Sergei Rachmaninov
Concierto nº 2 para piano y orquesta, op. 18
Piano: Alfredo Perl
Maurice Ravel
Daphnis et Chloé, Suite nº 1 y nº 2
ORQUESTA FILARMÓNICA DE SANTIAGO
DURACIÓN APROXIMADA:
1 hora 30 minutos.
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