Algunas frases de Antonio Machado:
1 “En el corazón tenía la espina de una pasión. Logré arrancármela un día: ya no siento el corazón”
2 “Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y al creyente”
3 “Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”
4 “Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quien habla solo, espera hablar con Dios un día”
5 “Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente. No basta mover para renovar. No basta renovar para mejorar. No hay nada que sea absolutamente empeorable”
6 “Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer”
7 “Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas”
8 “Hoy es siempre todavía”
9 “La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”
10 “Para dialogar, preguntad primero; después... escuchad”
11 “Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar”
12 “Tengo a mis amigos, en mi soledad, cuando estoy con ellos, qué lejos están”
13“Todo necio confunde valor y precio”
14 “Descubrí el secreto del mar meditando sobre una gota de rocío”
15“Algunos desesperados sólo se curan con una soga; otros, con siete palabras: la fe se ha puesto de moda”
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De BIOGRAFÍAS Y VIDAS:
(Sevilla, 1875 - Collioure, 1939) Poeta español. Aunque influido por el modernismo y el simbolismo, su obra es expresión lírica del ideario de la Generación del 98. Hijo del folclorista Antonio Machado y Álvarez y hermano menor del también poeta Manuel Machado, pasó su infancia en Sevilla y en 1883 se instaló con su familia en Madrid.
Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en otros institutos madrileños. En 1899, durante un primer viaje a París, trabajó en la editorial Garnier, y posteriormente regresó a la capital francesa, donde entabló amistad con Rubén Darío. De vuelta a España frecuentó los ambientes literarios, donde conoció a Juan Ramón Jiménez, Ramón del Valle-Inclán y Miguel de Unamuno.
En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, cuidad en la que dos años después contrajo matrimonio con Leonor Izquierdo. En 1910 le fue concedida una pensión para estudiar filología en París durante un año, estancia que aprovechó para asistir a los cursos de filosofía de Henri Bergson y Joseph Bédier en el College de France. Tras la muerte de su esposa en 1912, pasó al instituto de Baeza.
Doctorado en filosofía y letras (1918), desempeñó luego su cátedra en Segovia, y en 1928 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Al comenzar la Guerra Civil Española (1936-1939) se encontraba en Madrid, desde donde se trasladó con su madre y otros familiares al pueblo valenciano de Rocafort y luego a Barcelona. En enero de 1939 emprendió camino al exilio, pero la muerte lo sorprendió en el pueblecito francés de Colliure.
La obra de Antonio Machado
Los textos iniciales de Machado, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893. Sus primeros poemas se publicaron en Electra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.
No obstante, aunque las composiciones incluidas en Soledades (1903) revelaron la influencia del modernismo, el autor se distanció de la imaginería decorativa de la escuela rubeniana para profundizar en la expresión de emociones auténticas, a menudo plasmadas a través de un sobrio simbolismo. En su siguiente libro, Soledades, galerías y otros poemas (1907), reedición y ampliación del anterior, se hizo más evidente el tono melancólico e intimista, el uso del humor como elemento distanciador y, sobre todo, la intención de captar la fluidez del tiempo.
Al igual que Unamuno, Antonio Machado consideró que su misión era "eternizar lo momentáneo", capturar la "onda fugitiva" y transformar el poema en "palabra en el tiempo". En los años posteriores se acentuó su meditación sobre lo pasajero y lo eterno en Campos de Castilla (1912), pero no por medio de la autocontemplación, sino dirigiendo la mirada hacia el exterior, y observó con ojos despiertos el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
En su siguiente volumen de poemas, Nuevas canciones (1924), el autor intensificó tanto su enfoque reflexivo como la línea sentenciosa de los "Proverbios y cantares" incluidos en el libro anterior. Esta tendencia filosófica se había manifestado ya entre 1912 y 1925, etapa en la que Machado redactó una serie de apuntes que verían la luz póstumamente con el título de Los complementarios (1971).
En este cuaderno, miscelánea de lecturas, esbozos y reflexiones cotidianas, aparecieron por primera vez sus heterónimos, el filósofo y poeta Abel Martín y su discípulo, el pensador escéptico Juan de Mairena. Ambos son personajes imaginarios que permitieron expresar al creador sus ideas sobre cultura, arte, sociedad, política, literatura y filosofía, especialmente en el libro Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
Paralelamente, en las ediciones de Poesías completas de 1928 y 1933 se decanta una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en dichos versos. Ya durante la contienda civil, Machado escribió algunos poemas y varios textos en prosa, parte de los cuales fueron recogidos en La guerra (1937). Se trata de escritos testimoniales, plenamente incardinados en las circunstancias históricas del momento.
Machado, el refugiado
Se cumplen 80 años de la muerte de Antonio Machado en el pueblo francés de Colliure, adonde llegó huyendo del avance del ejército franquista
Hoy se cumplen 80 años de la muerte de Antonio Machado en el pueblo francés de Colliure, adonde llegó huyendo del avance del ejército franquista al final de la Guerra Civil y tras pasar la frontera en condiciones penosas en pleno invierno. En condiciones parecidas o incluso peores cruzaron los Pirineos 470.000 personas en apenas mes y medio en una huida a la que hoy se conoce en Francia por su nombre español: La Retirada. Aquel éxodo apresurado desbordó una región que en 1939 tenía 250.000 habitantes y cuyas autoridades improvisaron campos de concentración que a veces no eran más que una playa rodeada de alambre de espino y custodiada por guardias.
El primero en abrirse fue el de Argelès-sur-Mer, que llegó a alojar a 100.000 personas. A él acudirá este domingo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una jornada que incluye visitas a las tumbas de Machado en Colliure y de Manuel Azaña en Montauban. El homenaje de Sánchez, el primero de este tipo que realiza un presidente en ejercicio, se suma a las continuas peregrinaciones anónimas a la modesta sepultura del poeta —convertido desde hace décadas en símbolo del exilio republicano— y a los actos promovidos por los descendientes de los exiliados. Exposiciones, conferencias y marchas simbólicas por los llamados “lugares de la memoria” recordarán durante todo el año un acontecimiento traumático en la historia europea: la crisis humanitaria que culminó la guerra desatada por el golpe de Estado de Franco.
El País
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