En 5 años, la movilización de los israelíes para obtener la liberación de Gilad Shalit no ha decaído. Tanto en los medios como en la calle, la presión siempre ha sido constante. Através del caso del joven soldado, el sentimiento de solidaridad se ha abierto camino en un país en el que la mayoría de las familias tienen al menos un hijo en el Ejército.
Shlomo Aronson. Analista político:
“El chico se ha convertido en nuestro hijo, por decirlo de alguna manera…mujeres, madres e hijos le han escrito miles de cartas durante su cautiverio, su foto ha dado la vuelta al país. Por supuesto que ese tipo de presión psicológica ha tenido un papel importante”
Pero no ha sido el único factor clave. El nombramiento el pasado marzo de un nuevo jefe de los servicios secretos, favorable a un acuerdo, ha sido determinante.
Netanyahu, que siempre se ha dicho contrario a negociar con los terroristas tampoco ha dejado escapar esta oportunidad. Tampoco tenía mucha elección: con el horizonte diplomático completamente bloqueado, y las protestas sociales ganando terreno en Israel, Netanyahu necesitaba un éxito de este tipo.
Jonathan Spreyer. Analista político:
“Probablemente tendrá que afrontar las críticas de algunos sectores de la sociedad israelí, pero en general, esto aumentará su popularidad”
Sobre todo porque por ahora, se considera que Egipto sigue siendo un socio, aunque nadie sabe si continuará así después de las elecciones convocadas para dentro de unos meses. Paralelamente, Siria está al bode de la implosión y para Hamas, la caída de Bachar Al Assad supondría la pérdida de un aliado clave.
Para Hamas, en el poder en Gaza desde 2006, también es también un momento clave. Cada vez más aislado internacionalmente, el movimiento atraviesa una crisis de popularidad sin precedentes.
Jonathan Speyer:
“Hamas necesitaba desesperadamente algún tipo de logro político en estos momentos, debido a que con la Primavera Árabe y también con los recientes logros de la Autoridad Palestina se han sentido un poco aislados e ignorados”
En efecto, desde que Abbas pidiera en la ONU el reconocimiento del Estado palestino sin el apoyo de Hamas, el líder de la Autoridad palestina ha marcado muchos puntos. Con este golpe de efecto, Hamas ha conseguido darle la vuelta a esa tendencia.
Al menos provisionalmenente, porque Israel no ha cumplido algunas de sus principales exigencias para liberar al soldado Shalit, concretamente la excarcelación de dos figuras simbólicas: Marwan Barghouti y Ahmed Saadat, considerados héroes nacionales por muchos palestinos.
La población de Gaza ha olvidado momentáneamente sus condiciones de vida para celebrar la vuelta de los presos, pero parece poco probable que la euforia se prolongue y que Hamas marque una victoria de peso en su pulso contra Al Fatah.
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