Israel esperaba con impaciencia una imagen: la del ahora sargento Gilad Shalit saliendo de Gaza por su propio pie, sano y salvo. Su camisa ha sido rápidamente remplazada por el uniforme militar al llegar a territorio israelí.
Para Israel, la suerte de sus soldados, vivos o muertos, es una cuestión de Estado y el acuerdo para liberar al joven Shalit, de 25 años se ha convertido en el símbolo de esa lealtad.
Era cabo, artillero en una unidad de tanques cuando fue capturado el 25 de junio de 2006 en una operación de comando de milicianos palestinos. Dos de sus compañeros fueron asesinados, otro resultó herido.
En 2009 Israel liberó a una veintena de presos para obtener un video del joven, la primera prueba de que el soldado estaba vivo desde su captura.
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