El Rainbow Warrior, el buque insignia de Greenpeace, inicia una expedición desde el corazón de la Amazonia y bajará por la costa de Brasil hacía Río de Janeiro.
En un acto celebrado ayer a bordo del Rainbow Warrior en la Amazonia, Greenpeace se unió a la sociedad civil y a líderes de las comunidades en el lanzamiento de una iniciativa ciudadana para una ley de Deforestación Cero (1) en Brasil. La iniciativa busca 1.400.000 firmas de brasileños para conseguir esta ley y acabar definitivamente con la destrucción de la Amazonia.
El Rainbow Warrior, el buque insignia de Greenpeace, inicia una expedición desde el corazón de la Amazonia y bajará por la costa de Brasil hacía Río de Janeiro. El barco zarpa tres meses antes de que se centre la atención mundial en la presidenta Dilma, que será anfitriona de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Río de Janeiro. La expedición documentará casos de deforestación, destacará ejemplos de soluciones sostenibles y se recabarán apoyos de votantes para la ley de Deforestación Cero.
"Actualmente, Brasil es la sexta economía más grande en el mundo, el mayor exportador de carne y el segundo de grano. Este hecho coincide con años consecutivos de una bajada en la deforestación en la Amazonía", ha afirmado Kumi Naidoo, director ejecutivo de Greenpeace Internacional a bordo del Rainbow Warrior. "Brasil debe ser el referente de desarrollo sostenible sin destrucción forestal para otros países con importantes bosques, como Indonesia y el Congo".
"Brasil podría ser un ejemplo de potencia económica que sigue creciendo sin destruir sus bosques. Sin embargo, iniciativas realizadas el año pasado por la presidenta Dilma y el Congreso brasileño muestran que hay un riesgo de que esto no se haga realidad", afirma Paulo Adario, director de la campaña de Amazonia de Greenpeace Brasil. "Sólo con un marco legal fuerte Brasil tendrá las herramientas necesarias para continuar luchando contra la deforestación."
Código Forestal
La propuesta de ley es una iniciativa que comenzó con una amplia oposición pública a la reforma que el Gobierno ha propuesto al Código Forestal. Esta reforma está influenciada por el sector agropecuario. La selva amazónica brasileña actualmente se encuentra presionada por los ranchos de ganado, el sector agrario, las madereras y los proyectos de grandes infraestructuras que amenazan la actual normativa que ha ayudado a proteger los bosques de Brasil durante años.
La cuenca amazónica cubre un área aproximada de 6,5 millones de kilómetros cuadrados, lo que comprende el 5% de la superficie de la Tierra. Alberga el mayor río del planeta, con cerca de la quinta parte del volumen total de agua dulce del mundo. Los efectos de la deforestación y el cambio climático en la Amazonia amenazan con llevarla a un punto de no retorno en el que se transformaría en sabana al final de este siglo.
Este año, Greenpeace celebra 20 años exponiendo la destrucción ambiental y promoviendo soluciones prácticas en Brasil. En respuesta a las numerosas amenazas a las que se enfrentan nuestros bosques (tala, expansión ganadera, expansión de la frontera agrícola -soja, aceite de palma, entre otros- y el cambio climático), Greenpeace trabaja para conseguir la Deforestación Cero en todo el planeta para el 2020.
Nota:
(1) ¿Qué significa Deforestación Cero para Greenpeace?
Ninguna actividad humana directa que implique la conversión de bosques en tierras no forestales, que se pueda detectar por los mejores sistemas de seguimiento por satélite disponibles.
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