El pasado martes, el Gobierno de Shinzo Abe presentó un plan, valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros) que saldrán de los fondos reservados, que recupera la vieja idea de construir
El Gobierno de Japón ha anunciado este jueves que el próximo mes de octubre implementará su plan para frenar las fugas de agua radiactiva desde la central nuclear de Fukushima-1 hacia el subsuelo y el océano Pacífico, según ha informado la televisión pública NHK.
El pasado martes, el Gobierno de Shinzo Abe presentó un plan, valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros) que saldrán de los fondos reservados, que recupera la vieja idea de construir un "muro helado" alrededor de los cuatro reactores dañados de Fukushima-1.
Las pruebas de viabilidad comenzarán a mediados de octubre en el reactor cuatro. Se construirá un entramado de tuberías a las que se inyectará cloruro de calcio a menos 40 grados celsius para congelarlas encerrando una superficie subterránea de diez metros cuadrados.
Se espera que el "muro helado" esté operativo hacia el próximo mes de marzo. Si funciona, los técnicos de la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) construirán otros alrededor de los reactores uno, dos y tres. El proyecto estaría completado hacia 2015.
FUGAS RADIACTIVAS
El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al océano Pacífico.
Estos vertidos contaminantes han disparado los niveles de radiación a 2.200 milisievert por hora --capaces de matar personas-- en las juntas de los tanques construidos alrededor de Fukushima-1 para almacenar el agua usada para enfriar la central nuclear.
Tras inspeccionar los tanques, los operarios determinaron que no se ha filtrado más agua radiactiva, por lo que creen que la causa de estos altos niveles es la resina erosionada de las juntas, aunque seguirán investigando para confirmarlo.
En este contexto, la Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear (NRA) de Japón ha decidido elevar del uno --que indica una "anomalía"-- al tres --que indica un "grave incidente"-- el nivel de alerta por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), por su parte, ha expresado su preocupación por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1 y ha ofrecido al Gobierno de Japón su ayuda para resolver este problema.
ACCIDENTE NUCLEAR
Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.
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