¿Y a quién no? Cada uno de los nueve monumentos del maestro de Bonn apetecen siempre, sea cuando sea, en cualquier momento. La que te traigo hoy creo que no es de las más conocidas de él pero tampoco de las más desconocidas. Gracias a Dios estas obras se han convertido en algo casi de dominio público que todo el mundo disfruta.
Ya te he dicho que hoy vamos a estar en compañía de Ludwig van Beethoven(1770-1827), maestro alemán nacido en Bonn, como seguramente sabes. Heredó la tradición vienesa directamente de Mozart y Haydn pero supo llevarla más allá, mucho más allá, tanto como compositor como pianista. Era un compositor muy individualista, cosa que reflejaba en su música. Llevaba una vida muy atormentada, debido a su sordera y a sus problemas para relacionarse con los demás. Sin embargo, sin duda es la figura musical dominante del siglo XIX. Tras él, prácticamente todos los compositores se vieron influidos por su música. Su fama ha llegado a tanto que puede decirse de él que es el compositor más admirado de la música occidental.
Hoy, de entre esos nueve monumentos que son sus sinfonías te ofrezco la Sinfonía nº 8 en Fa Mayor, Op. 93. Fue compuesta en 1812, un año especialmente feliz para Beethoven cosa que se refleja en la obra. Él mismo la llamaba "mi pequeña sinfonía en Fa", para distinguirla de la sexta. George Grove decía que, por encima de otra, era la que más representaba un retrato del compositor. Sin duda, la obra representa un bello contraste entre las demás. El segundo movimiento de la misma, el más breve de todas sus sinfonías, está relacionado con el invento del metrónomo por Mäzel, amigo personal de Beethoven. Aunque Beethoven llamaba a la obra breve es más exacto llamarla "concentrada". La obra se caracteriza por una continua presencia de elementos temáticos que cambian rápidamente, siempre en continuo movimiento. Así, en el primer movimiento la forma sonata aparece desde el comienzo, sin preámbulo ninguno. Mucho se podría decir de la obra y no soy el más indicado creo que lo mejor será dejar paso a esta bellísima e intensa música.
Los movimientos de la obra son:
1. Allegro vivace e con brio
2. Allegretto scherzando
3. Tempo di Menuetto
4. Allegro vivace
2. Allegretto scherzando
3. Tempo di Menuetto
4. Allegro vivace
La partitura puedes seguirla aquí.
La interpretación de esta obra llena de humor que te traigo hoy es la de Royal Philharmonic Orchestra dirigida por René Leibowitz.
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