EL EJEMPLO
Una agradable tarde de sábado decidí llevar a mis hijos al zoológico. Al llegar me acerqué al joven de la boletería y le pregunté el valor de la entreda.
El muchacho respondió:
-Adultos y niños mayores de seis años pagan dos mil pesos.
Mirando a mis hijos, dijo:
-Si tienen seis o menos entran gratis ¿Qué edad tienen?
-El menor tiene tres y el mayor acaba de cumplir siete -le indiqué-. Es decir, le debo cuatro mil pesos.
El joven de la ventanilla se asombró:
-Eh, señora, ¿se da cuenta de que podría haberse ahorrado dos mil pesos?. Si me hubiera dicho que el mayor tenía seis, no me habría dado cuenta.
-Es posible, -le respondí- pero los niños sí.
Desafío
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