A sus 16 años, Greta Thunberg ha desencadenado un movimiento mundial contra el cambio climático. "Viernes para el futuro" es un modo de presionar a los políticos y, especialmente en Europa, tiene cada vez más influencia.
Los estudiantes buscan nuevas formas de protestar para lograr una mayor defensa del medio ambiente y contra el cambio climático. Y es que en este aspecto ya no confían en los adultos.
Cada viernes de los últimos seis meses, Famke de Berlín, Lena de Suiza y Antoni de Polonia se manifestaron en lugar de ir a la escuela. Y durante sus vacaciones de verano se dedican en cuerpo y alma a la protección del medio ambiente.
Famke viaja a un congreso de "Viernes para el futuro” en Dortmund, donde estudiantes de toda Alemania intercambian ideas y aprenden. ¿Son compatibles sus demandas con la política y la economía?
Antoni tiene 17 años y es un estudiante de Varsovia. Viaja al "Campamento del Clima" de su país, donde se encuentran varios grupos y activistas de protección ambiental. ¿Qué objetivos y demandas tienen en común?
El primer objetivo del movimiento "Viernes para el futuro” es hacer cumplir el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Por lo demás, su agenda difiere de un país a otro. Los activistas alemanes, por ejemplo, promueven la introducción de un impuesto sobre el CO2, mientras que los polacos intentan que el cambio climático se aborde en las clases escolares.
Con el fin de formular objetivos comunes y, así, ejercer más presión sobre la política europea, los grupos de jóvenes, hasta ahora poco conexos, se están organizando a nivel internacional. Lena, de Basilea, tiene 16 años y es coorganizadora del primer congreso europeo del movimiento en Lausana, Suiza.
Los tres jóvenes activistas comparten un mismo objetivo: nada menos que salvar la Tierra y, con ella, su propio futuro de la catástrofe climática.
Con 50 años de vida en común ya estamos transitando por este “Camino otoñal”, descubriendo, día a día, la alegría de vivir y tratando de colaborar en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. El Otoño, al igual que el Adulto mayor, tiene su belleza y la estamos conociendo. Pensamos que hay mucho camino que recorrer y todavía tenemos una mirada optimista de la vida, consciente que junto a las dificultades del diario vivir, hay desafíos que afrontar y oportunidades para servir.
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