LITERATURA/CHILE: Elvira Hernández es la segunda poeta chilena en recibir el Premio Nacional de Literatura 2024
- El reconocimiento unánime a la autora de “Pájaros desde mi ventana” se suma al de Gabriela Mistral en 1951. Juntas son parte de las seis mujeres que han alcanzado el máximo galardón de la literatura nacional desde su creación en 1942.
- El anuncio fue realizado esta mañana por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, desde la Biblioteca Nacional, donde una vez que llegó la ganadora fue notificada por el jurado y recibió las felicitaciones del Presidente Gabriel Boric (vía telefónica).
En 1951 la poeta nacional Gabriela Mistral se convertía en la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura, correspondiente a la décima edición del galardón. Ese mismo año, en Lebu, capital de la provincia de Arauco en la Región del Biobío, nació la escritora Elvira Hernández (“Pájaros desde mi ventana”, “Carta de viaje”), quien hoy se transformó -por decisión unánime del jurado- en la segunda poeta chilena en recibir el máximo galardón de la literatura local desde su creación en 1942.
El anuncio fue realizado por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, desde la Biblioteca Nacional, lugar donde sesionó el jurado. Una vez conocido el veredicto, la autora llegó hasta la Biblioteca para recibir la noticia. “Estoy tremendamente emocionada, creo que esta vez me van a faltar palabras. Quiero agradecer al jurado por haberme otorgado este premio, que no ha sido fácil porque quienes estaban postulando son también grandes poetas”, expresó.
“Pertenezco a una generación que se forjó en la época de la dictadura y en ese periodo la poesía se fortaleció. Fuimos una palabra coral que creo que habría que examinar porque es parte de la historia. Quiero agradecer también a quienes me postularon, a mis editores y sobre todo a mis lectores, que son quienes tienen la última palabra cuando se ha escrito algo. Ellos son los que le dan vida. Las obras permanecen vivas en la medida que se leen, así que yo agradezco profundamente este galardón porque es un honor para mí”, dijo la autora.
Tras sus palabras, la ministra Carolina Arredondo compartió con los asistentes (en altavoz) la llamada telefónica del Presidente Gabriel Boric. “Elvira querida, mis respetos y no te imaginas la alegría que me da este premio que te tienes tan merecido. Son, desgraciada e injustamente, tan pocas las mujeres que han sido premiadas y tu obra resalta entre tantos. Te leo hace mucho tiempo. Tuve la oportunidad de presentar un libro contigo hace varios años y no te imaginas la alegría que me da que hayas sido tú finalmente la premiada. Felicitaciones, que tu poesía llegue a todos los rincones de Chile y que la poesía siga haciendo vida”, manifestó el mandatario.
La ministra Arredondo reconoció que “hay mucha emoción dentro de quienes componemos el jurado que otorga el Premio Nacional de Literatura, por varias razones. Es la segunda mujer poeta en recibir el reconocimiento después de Gabriela Mistral, lo que hace que tome una dimensión enorme. Además, sólo seis mujeres han recibido este reconocimiento a lo largo de la historia, y es un momento en el que, como bien decía Elvira, no son reconocimientos hacia las mujeres como una minoría identitaria, sino que al talento de una artista chilena que tiene una larga trayectoria y que ha marcado a diversas generaciones y que ilumina generaciones nuevas”.
El jurado consignó en su acta que “la escritura de Elvira Hernández (Rosa María Teresa Adriasola Olave) es clave desde las últimas décadas del siglo XX y las primeras del actual. Desde el lenguaje escudriña las formas de percepción, las preocupaciones y las vicisitudes que se viven colectiva e individualmente en procesos sociales duros y complejos. Su mirada, atenta y reflexiva se realiza desde la perspectiva de la mujer y de quienes son marginados o acallados”.
El documento detalla además que “la profundidad y asombro que produce la lectura de sus poemas y escritos, que desde lo cotidiano y circunstancial se expanden, amplían significativamente la visión de realidades que a veces al lenguaje le es difícil aludir. Innova la poesía escrita en Chile y en castellano, al hacer del poema una forma de conocimiento y ampliación intuitiva y al unísono reflexiva de la realidad. Su poemario ‘La Bandera de Chile’ es un ejemplo de cómo su trabajo puede traducir el sentimiento de toda una época. Por último, su contundente obra ilumina la escritura de las nuevas generaciones literarias que la reconocen como una gran referente en la modulación de la poesía del presente y del futuro”.
El jurado encabezado por la ministra Carolina Arredondo estuvo integrado también por la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; el último galardonado con el Premio Nacional de Literatura, Hernán Rivera Letelier; Elisa Araya, rectora de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, en representación del Consejo de Rectores; María Eugenia Góngora, de la Academia Chilena de la Lengua; y los designados por el Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio: la actriz, escritora y guionista Patricia Fernández, y el escritor y poeta Carlos Cociña.
Sobre la autora
Elvira Hernández es la sexta mujer en obtener el preciado galardón que antes recayó en las escritoras Gabriela Mistral (1951), Marta Brunet (1961), Marcela Paz (1982), Isabel Allende (2010) y Diamela Eltit (2018). El año 2018 recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y el Premio Nacional de Poesía Jorge Teillier, ambos por su trayectoria literaria.
Ha publicado 17 libros de poesía, entre los que destacan “¡Arre!, Halley, ¡Arre!” (1986); “Meditaciones Físicas por un hombre que se fue” (Ergo Sum, 1987); “El orden de los días” (Embalaje ediciones. 1991. Roldanillo, Colombia); “Santiago Waria” (Cuarto Propio, 1992. 2ed. 1996; segunda versión: Santiago Rabia, La Joyita Cartonera, 2017), ambos reunidos en Estado de sitio (UDP, 2020); y “Pena corporal” (Biblioteca de Poesía Chilena, 2018).
Su obra ha sido antologada, entre otros, en los volúmenes “Los trabajos y los días” (Lumen, 2016), “Zona de desvíos” (Lux, 2018. Buenos Aires) y “Yo no soy el espectáculo” (Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, 2019). Un compendio de su obra inédita apareció en el volumen “Excavaciones” (Ufro, 2022); sus ensayos bajo el título “Sobre la incomodidad” (Ediciones UDP,2019) y sus entrevistas bajo el título “No soy tan moderna” (Alquimia, 2021).
Acerca del premio
El Premio Nacional es uno de los máximos reconocimiento que entrega el Estado de Chile a la obra de artistas nacionales quienes, por su excelencia, creatividad, aporte trascendente a la cultura nacional y al desarrollo del saber y de las artes, son acreedores de estos galardones.
Los premios comenzaron a otorgarse el año 1942, cuando se establecieron los de Literatura y de Arte. Desde entonces distintas normas legales han modificado e introducido nuevas disciplinas del arte y del conocimiento. El año 1992 se promulgó la Ley 19.169 que rige actualmente, estableciéndose su entrega bianual en 11 disciplinas.
La ganadora recibirá un diploma, una suma que se reajusta anualmente desde 1993 (de acuerdo a variación IPC del año calendario anterior) y que este año supera los 23 millones de pesos; y una pensión vitalicia mensual equivalente a 20 unidades tributarias mensuales (UTM).
Ministerio de Las Culturas, Las Artes y el Patrimonio
Sobre Elvira Hernández
La obra de Elvira Hernández destaca entre la poesía femenina de la década de 1980 por su carácter experimental, razón por la que su trabajo ha sido clasificado dentro de la llamada neo-vanguardia, grupo en el que se incluye la obra de poetas como Raúl Zurita, Soledad Fariña, Verónica Zondek y Juan Luis Martínez. Con ellos Elvira Hernández comparte no sólo el mismo contexto político, ya que sus obras surgieron y se desarrollaron en medio de la dictadura de Augusto Pinochet, sino también algunos rasgos característicos, entre los cuales sobresalen el quiebre de la sintaxis tradicional y el uso de múltiples recursos discursivos provenientes del ámbito popular y de la cultura tradicional. Aunque ella rechaza pertenecer a ninguna vanguardia. Dice que ella estudia la poesía chilena y la Latinoamericana, y no forma parte de ninguna vanguardia, porque siempre está empezando.
Elvira Hernández es el seudónimo de María Teresa Adriasola, poeta viva- nació en Lebu, en 1949, desde temprana edad emprendió una “práctica poética” que ha alcanzado una significativa difusión nacional y continental, consolidándola como una de las voces femeninas más singulares de la poesía contemporánea chilena y latinoamericana.
En 1969 entró a Filosofía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde permaneció cuatro años, hasta 1973. Ya después del golpe de Estado de ese año del general Augusto Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular, en 1975, ingresó a Literatura en el Departamento de Estudios Humanísticos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, dirigido entonces por Cristián Huneeus y donde enseñaban Jorge Guzmán, Ronald Kay, Enrique Lihn, Nicanor Parra, entre otros.
Entre sus libros, publicados en Chile, Argentina y Colombia, destacan: ¡Arre! Halley ¡Arre! (1986), Meditaciones físicas por un hombre que se fue (1987), Carta de Viaje (1989), La bandera de Chile (1991), El orden de los días (1991); Santiago Waria (1992) y Álbum de Valparaíso (2003). Cuaderno de deportes (2010), Pájaros desde mi ventana (2018) y Pena Corporal (2018). Ha sido traducida y publicado en Francia, Italia, Estados Unidos y Cataluña. Su obra ha sido antologada en los volúmenes: Actas Urbe (2014. Premio de la Crítica), Los trabajos y los días (2016) y Zona de desvíos (2018). “Hernández es pura calle. Es ahí donde va surgiendo su poesía” declara en el prólogo de Estado de sitio el investigador Roberto Careaga.
En paralelo a su obra poética, Elvira Hernández ha desarrollado una considerable labor crítica, generalmente firmada con su nombre real. Como Teresa Adriasola editó en conjunto con Verónica Zondek la muestra poética Cartas al azar (1990) y escribió junto a la poeta Soledad Fariña el trabajo Merodeos en torno a la obra poética de Juan Luis Martínez, recopilación de artículos críticos y ensayos sobre la obra del autor de La nueva novela.
En 1979 fue detenida en la calle por agentes de la CNI y permaneció 5 días en el cuartel Borgoño (la habían confundido con otra persona a la que llamaban la mujer metralleta). Aunque no ha elaborado ningún testimonio sobre ese hecho —«Es una cosa que todavía no puedo hacer, porque hay que tener la perspectiva adecuada», explicaría en una entrevista de 2016, cree que lo sucedido entonces cambió su manera de expresarse. Comenzó entonces, en 1980, a escribir La bandera de Chile «bajo mucha presión». «Me seguían todos los días. Me llamaban por teléfono. Continué asistiendo a clases y, como República era un barrio militar, a veces pasaba un jeep y yo sentía que venían por mí de nuevo. Entonces ya no lograba poner atención. Me sentaba a la orilla de la ventana para sentir que vigilaba todo. Si iba a seguir escribiendo, tenía que dar cuenta de todo eso, pero no como testimonio, porque mi experiencia personal, analizada en su contexto, era algo mínimo en comparación a lo que les ocurrió a cientos de personas», ha relatado Elvira sobre el libro, un diario de reflexiones poéticas sobre Chile y sus emblemas, que verá la luz solo 10 años más tarde. Este trabajo: La bandera de Chile, escrito en 1981 circuló en copias mimeografiadas en forma clandestina durante los años de la dictadura, convirtiéndose en un ícono de la resistencia.
Algunos de los temas recurrentes en su poética han sido el viaje -ya sea de carácter real o metafórico-, la ciudad -vista tanto en calidad de espacio físico como de campo semántico donde se entrecruzan múltiples discursos heterogéneos- y el desarraigo o la marginalidad, entendida no sólo como condición social, sino como reflejo de la situación periférica del tercer mundo.
Es una de las voces femeninas más rupturistas de la poesía latinoamericana actual. El año 2020 fue nominada al premio nacional de Literatura y el 2018 reconocida por su trayectoria con importantes galardones, tales como: el Premio Nacional de poesía Jorge Teillier, y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.
En la contraportada de su libro Carta de viaje, nos dice: Elvira Hernández nació en Lebu en 1949, un villorrio de La Araucanía, en el sur de Chile. Abandonó el derecho, las armas, la banca y los hábitos para realizar su práctica poética. Destaca en su poesía, La bandera de Chile, recreación del símbolo nacional de su país, que, a partir de 1981, ha visto sucesivas reproducciones en ediciones mimeografiadas. En 1986 publicó ¡Arre! Halley ¡Arre!, un pequeño poemario alusivo y elusivo del cometa. Y en 1987 circuló Meditaciones físicas por un hombre que se fue, un sobre postal con poesía con el que intenta comunicarse con la diáspora de lectores. Carta de viaje es el territorio de una fantasía, el certificado de una muerte colectiva, una cédula de amor, una botella que ya fue tirada al mar.
Entrevistada por Milagros Ávalos, ésta le pregunta: También habla de “allegarse a la poesía en el descampado afectivo que es este país”… ese allegarse, palabra que aparece muchas veces en sus poemas, ¿podría salvarnos de ese descampado afectivo, o es precisamente ese descampado el que propicia la escritura de poesía?
Yo creo que están las dos cosas. En la época de la dictadura apareció la palabra “solidaridad”, pero esa palabra que tuvo una vigencia no ha sido completamente llenada, afectivamente. Porque en los 17 años de dictadura el sistema introdujo modos de vida que después operaron de manera automática. Un día la escritora Ivonne Coñuecar me dice: “A nosotros no nos pueden pedir tanto, nosotros somos cuerpos neoliberales, tenemos que liberarnos de eso”. Ella tiene esa autoconciencia que no todos tienen. Decir: yo formo parte de algo que se construyó acá y quizás mi lucha sea desprenderme de eso. Escribo para desprenderme de eso. Pero es difícil saber cómo se va a producir la liberación de este sistema que es muy opresivo y al mismo tiempo muy encantador, que te promete muchas cosas, te hace fantasear con cosas que pueden llevar al descalabro. El proponerte que tú tienes que ser exitoso es escalofriante a veces.
En una segunda entrevista, realizada por María Jesús Blanche, se le pregunta:
—A partir de la marcha feminista del pasado 8M, se conformó el colectivo de Autoras Chilenas (auch!), del cual también formas parte. Tomando tu experiencia del Congreso del 87, ¿actualmente cómo percibes el movimiento feminista de autoras chilenas?
La poeta contesta: Yo creo que es un trabajo que se está armando muy sólidamente, se está tanteando la situación. Hay en estos momentos una necesidad de parte de la sociedad de que la mujer se manifieste y las mujeres están muy atentas a acceder ante este llamado, pero no se puede hacer a tontas y a locas. Hay una gran cantidad de tradiciones, de modus vivendi en la sociedad que son contrarias a lo que se requiere. Por lo mismo, se ha ido avanzando lentamente, pero con solidez.
Entrevistada por Simón Granja le pregunta: El poeta es un hombre como todos / Un albañil que construye su muro: un constructor de puertas y ventanas”. Esta podría ser la definición que daría Nicanor Parra sobre qué es un poeta. ¿Usted se acoge a esa definición?
A mí me interesa una concepción de poeta que tienen los mapuches. Los mapuches sienten que cada cual puede hacer un poema, y cuando hace el poema es poeta y cuando lo dejó de hacer, ya no lo es. Pero nosotros nos hemos apropiado de ser poetas, escribimos algo, publicamos un libro, y con eso nos desplazamos por el mundo diciendo que somos una generación, que somos poetas, y entonces le damos permanencia y nos coronamos con ese nombre de poetas. Pero a mí me interesa eso otro, el momento en el que uno escribe y en el que sale algo.
Y más adelante, en la misma entrevista:
La poesía es una guardiana de la memoria…
Tiene ese carácter de indagar en zonas muy profundas porque cuando digo que la poesía salta, que aparece, es porque sin duda hay un trabajo del inconsciente que llega a lugares donde uno conscientemente no lograría llegar.
POEMAS DE LA POETA ELVIRA HERNÁNDEZ
INTO THE EUCALYPTUS CIRCLE, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
……Los chiquillos juegan a la pelota
………………apatotados refriegan el maicillo
…………………pasan como bólidos
…con las caras deshechas por el sudor
………….en sentido contrario al de los autos
……………..que lentamente toman la rotonda
………………..pateando basura —piedras—
…………………..manotazos al aire
……………………..escupiendo el alto cielo
…………………..los pechos descamisados
………..como si no les entraran balas.
KÁRATE KAFKIANO ENTRE DOS O MÁS, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
¿Alguna vez se vieron?
Desde que se vieron cuidaron sus espaldas aun sobado el hombro
Uno hizo perro muerto de inmediato
………Ella trató de entrar por la ventana
En mente tenía fieros golpes bajos
……………….……….Sonreían a dobleces
Hablaron, bebieron, edificaron los imperios
Se buscaron puntos débiles en la caricia.
A las 2 A.M. El penthouse duerme
El Paseo Ahumada estalla: a la chilena
….…sucia la pelea.
.La ciudad ha caído
……….……….No preguntemos quién se rinde
…………….Hay hombres y mujeres asediados.
LETRAS & LETRINAS, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
……..Algo se fugó de nosotros mismos
……..……..……..……..……..su ausencia fundó la ciudad
La Sociedad Robótica y Mendicante
……..Si nos miramos a los ojos no nos vemos
……..……..……..……..……..……..……..……..……..¡mejor!
Llevamos el serrucho bajo el brazo
……..……..……..……un veneno poderoso en el corazón
……..……..……..……..……..……..……y no hay corazón
……..……..muerto
……..……..……..……..……..y
……..……..……..……..……..……..……..reemplazado
el alma no ha sido más que un viejo refrán*
……..….le oí decir a ese hombre harto
……..……..……….no es el vacío es el vaciado
……..……..……..……..……..Solo queda la rabia
……..……..……..……..……..……..………..las excretas
……..……..……..……..……..……..……..…y el rayado de muros
* Antonin Artaud
SE ACABÓ LA MAGIA, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Se acabó la magia,
la chicha de quelguén
el ñachi dulce de animal amigo.
Y en la traguilla del recto
el tabaco bienhechor.
Pasaron ya las horas de la siesta.
Acurrucados
en el enrucado trecho de muslos y codos.
La greda enloquecida bajo los boldos.
Y un latido de pez acabado en las aguas.
No hablará ya la luna por más que
se acuchillen caballos en la boca oscura
de la noche.
Ya no reiremos degustadores de la euforia
el ángel azul se ha ido de la tierra.
Pasó el tiempo.
Los grandes laboratorios tienen hoy el festival
la pepa de oro de la consolación.
PINTARRAJEADA, RAJEADA, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
pintarrajeada
rajeada
empielada una y otra vez con tintes
raspada
desconchada
sucia basureada
llena de humos como una mujer burguesa
me doy en arriendo
por la noche me tapan los periódicos el cadáver
por la noche me ocupan los vagabundos
me meten fierro
se ocultan por mis cuatro costados
abiertos mis forados son cuevas de ratas
allí se caen los hombres muertos
resucito a los impotentes que caminan la noche
a los que se levantan en vela y apagados
en la mañana
a todos les doy un aire un agarrón
son cosa mía
su madre soy
LA CIUDAD QUE LOS NUTRE
PERDEDORA DE TI, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
perdedora de ti
. . . . . . . . revolcándome en el territorio
público de la calle
. . . . . . . . pidiendo a gritos que me repudies
que retires tu pedazo de amor
. . . . . . . . las huellas de una prédica sin Paraíso
nadie en el mundo
. . . . . . . . ninguno de mis maestros
. . . . . . . . me habló del Complejo de Cristo
a mí hija del conocimiento
. . . . . . . . buscona del saber más querido
empapada en guijarros oscuros escupos callejeros
lágrimas sombrías me cubren inconsolable
. . . . . . . . . .. mujer en pena me voy
. . . . empuño consoladores místicos
tomo mis hábitos para preservar mi especie
. . . . . . . .. . . . . . .. .. . . .lloro
MAGNA EVA, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
. . . . .. . Magna Eva
.. .agitas tus ubres mancebas
Magna Eva caes como leche caliente
. . . . …. . . . . .. por pliegues y labios
cuesta abajo en la rodada Mama Eva
. . . . …. . . . . ..María Guata Fría ¡oh consuelo
. . . . …. . . . . ..de piedad! Preñada en la heladería
. . . . …. . . . . ..pones tu mano gélida sobre la frente
. . . . …. . . . . ..en cruces
. . . . …. . . . . ..y la fiebre se vuelve racional.
. . . . . . .. . . . . . . . … . . . . . ¡Lo máximo!
Magda Eva ¡qué bien!
Tienes pose de extranjera
No dejas que nadie se te meta
maleva
Parados, a lo lejos, nos sacamos
el sombrero.
. . . . …. . . . . ..Mari-Eva La Chupetona.
. . . . …. . . . . ..Sólo me alimento de aguas. Mañana
. . . . …. . . . . ..Vermut y Noche. Soy pobre con el
. . . . …. . . . . ..salario más rico.
Es la gran injusticia nacional.
Maria Magdalena Quinta Generación
Pongo mis deseos a tus pies, el más caro
de mis perfumes, gratuitamente. Me dices
que perdonas mi generosidad y que vuelva a casa.
. . . . …. . . . . .Quisiera quedar botada
. . . . . . .. . . . . . . . … . .Lesbia-Eva:
. . . . . . .. . . . . . . . . . . . . .. … . .¡acarrea, acarrea!
RESTOS, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
¿Encontraremos los pelos de la vergüenza
las escamas óseas de una verdad agrietada
la vértebra de nuestra historia?
¿Estará en algún lugar del territorio
la mano de la justicia o solo seremos pasto
y gente que escobilla sus trajes?
¿Algo de valientes plaquetas quedará
en la sangre fresca –algunas palabras–
o solo seremos pala de sepultureros?
Los niños corren en busca del Tesoro Escondido
de su Pasado.
¿Los detendremos?
Sí.
Los arrojaron al mar
Y no cayeron al mar
Cayeron sobre nosotros.
No todo lo que vuela (Norma)
No todo lo que vuela
es pájaro.
A veces lo que piensas
alcanza una pequeña altura.
CUIDAD INTERIOR, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
No puedo ser otra que la pensativa del Patio de los
Callados, la llorosa del Parque de los Reyes,
la olvidadiza
ni otra
que la que recoge papeles con sangre
ni aquella que no quiere el balazo solipsista
porque nada desaparecerá
A ratos soy la misma, la Una, la del espejo
que camina con una araña en el ojal
la sombra
que se pegó al hombre que dobló la esquina
y duele su cuello guillotinado.
AHORA SÍ, CON HONDA, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Nos ha caído encima fuego graneado.
No podemos sacar cabeza.
Vuelan sobre nosotros
como misiles teledirigidos
la sola y múltiple palabra lucro
en su trayectoria mortífera.
De ella somos blanco fácil.
Tiene una estela de seducción.
Lucro es parte de la condición humana.
Es verbo que se conjuga a escondidas
pero no en juego.
Encuentra su defensa entre los humanistas
y en la carnicería.
La rampa desde donde es emitida
no son bocas modulantes
son hocicos sanguinolentos.
Balbucean día y noche su cancioncilla de cuna
y nos amamantan con su leche gorda.
sus fardos de billetes
olidos en ranciedad.
Es proteína pura nos dicen
nos hará crecer.
Ahora sí, ahora
dale con honda.
DESCLASIFICACIÓN, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Soy una hoja al aire, señor
De esas que vienen escritas por los dos lados
Y desprendida de su árbol mayor
mi propio viento me descuaja –
Por cierto sin genealogía
Por entera volátil.
Sin traza de caminos planeo sobre nadas
es un vuelo muy elevado –
Por aquí y por allá sobre el pajar relativo
(los granos extraídos son mil veces más vanos)
No creo que lo note, señor
Mi hoja se está cargando de sangre.
HOJAS QUEMADAS, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
no nos deshacemos por agua como pensaba Heráclito
ascendemos por la humareda de nuestros huesos
las ardidas hojas de un libro que nadie leyó
sobrevolando en sueños las islas del río Océano
contamos con los dedos congelados los renglones de este aire
el humo _ volutas de nada más que originario humus
los ramales de sangre con sus terrones granates
nosotros _ los que en este territorio fuimos también
cuerpos celestes.
LA BANDERA DE CHILE, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Nadie ha dicho una palabra sobre la Bandera de Chile
en el porte en la tela
en todo su desierto cuadrilongo
no la han nombrado
La Bandera de Chile
ausente
La Bandera de Chile no dice nada sobre sí misma
se lee en su espejo de bolsillo redondo
espejea retardada en el tiempo como un eco
hay muchos vidrios rotos
trizados como las líneas de una mano abierta
se lee
en busca de piedras para sus ganas
A la Bandera de Chile la tiran por la ventana
la ponen para lágrimas en televisión
clavada en la parte más alta de un Empire Chilean
en el mástil centro del Estadio Nacional
para un orfeón pasa un escalón
dos tres cuatro
La Bandera de Chile sale a la cancha
en una cancha de fútbol se levanta la Bandera de Chile
la rodea un cordón policial como a un estadio olímpico
(todo es estrictamente deportivo)
La Bandera de Chile vuela por los aires
echada a su suerte
En metros cuadrados se mide la Bandera de Chile
su olor en respingos de nariz
YO, ELVIRA HERNÁNDEZ, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Yo, Elvira Hernández,
la del barco estertor, la
que no tiene lugar ni contactos en la Corte, la
que se rompe la piel para salir de sí misma, la
que se droga con el veneno del pasado, la
que tendría que desaparecer
pronto
se hace humo con un pitillo de sueños
cabeza vendada
ojos cerrados
peregrina
un rincón de “A Brasileira”
un pessoa bloody mary doble
un brindis solitario en el boulevard
del Chiado
autora de sí misma
camina por la Collique de San Sebastián
repitiendo a media lengua: aitor, aitor
como si dijera: “Padre, por qué me has abandonado”
otro brindis.
SEÑA DE MANO PARA GIORGIO DE CHIRICO, POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
1.
lloverán ignaros a cántaros
Nostradamus
NO HAY PRINCIPIOS
…siempre escuchamos la persistente gotera.
Los días caen
y parecieran tiempo anestesiado.
……………………………………………..Pasan las aguas
sobre mojado. Bajo el puente rebulle el caldo…………………………………………………………..diluvia más de dos mil años. No hay mar para tanto morir
ni cielo para algún empezar.
Vase en el recodo. Salpicados por la fatiga
sin cantos. Cantan solas ya las probetas
hierven, rebuznan
……………………….”seréis como estrellas”
arenas carnívoras que todo lo cubren
………………………………………….Lentociempiés
zombies, sombras
……………………….gente del arroyo
……………………………………Lentoparados como estacas.
Por módicos billetes el matricero
de genes sigue su labor. Se lava las manos,
sale por ahí un rato a buscar respiro
una paja que dar vueltas entre los dedos..
……………Lento”¿Alguna novedad?”
La próxima hornada se encuentra lista para entrar
a las puertas de la Muerte
…………………………………LTrámite desapercibido
…………………………………………………………Lentofogonazo
y multitudes y estaciones atestadas y aviones despegando
van, vienen con el mismo rostro de mortal racialidad.
Mañana otra vez.
……………………El caudal ha aumentado
por el desagüe se fue la flor cortada de mi generación.
2.
No te detengas, sigue
corre hasta la esquina
pon el cuchillo en pleno corazón
salta la valla
que no te embistan
y detrás de la puerta
un corto coito que el tiempo está detrás de ti.
El amanecer ya te ha despreciado.
Placentas irán a la deriva
hidras desmeneladas
y el semen congelado será otro río.
Que nadie se confunda
con este sueño.
Pronto te deslizas por la calle cuajada.
Empedrados de ojos que no ven
dan la bienvenida
a la cotidianidad.
Los detalles
-esos que dejamos pasar-
zumban
como moscas en el estercolero.
Todavía no sabes a qué viniste al mundo.
Lo que visitas
a diario como un país desconocido
está en los retazos abstrusos de papel
que han empapelado demasiado
el tiempo detenido.
3.
Más de alguien
te habrá dicho que no tienes lugar.
Los automovilistas
no aquilatan aún
la frente en alto de caballero andante.
A la misma velocidad y
por la misma calzada
va Perogrullo
con el paraguas satelital en la mano
y aquel sin nombre a la vuelta de la rueda.
¿Es esta la paradoja de Aquiles?
Tú decides pasar el momento con un vaso de vino
Corrida humana
para Todo Competidor
por la Franja
de la Monotonía.
Nada se mueve
Millones de seres microscópicos están allí
agazapados
como dunas.
A su tiempo ascenderán.
4.
En la uña
llevan la cuenta
de los olímpicos
saltos de esas oleadas modernas
en el humanódromo.
En el descampado
infinitos años
cargando el mismo peso
calillas de siete plagas
sin habitación.
Tú decides pasar el momento con un vaso de vino.
En manadas
como nuevos
saliendo de las fosas
esta mañana.
No hay alas en los hombros
sino un mecanismo atascado
(No puedes creer
que el sueño continúe)
Miles
pie en el pedal
aceleran
sobrepasan la hiperkinesia.
Millones
(con los que te cruzas) están
como cajas en la correa transportadora
y tan enteramente vacíos.
Cardúmenes
en posición loto
sacan la lengua para la hostia
del anzuelo electrónico. El triple
se hace aserrín y nada
como leña
del árbol cortado.
Ciudad rota
en su casco
y a pique. No aparece la mano
arañando el agua
(se escapan por la tumba)
ni grita eso que va quedando en pie. A flote
en puntillas
algo te dice que vivir es
guadaña inadvertida.
tú decides pasar el momento con un vaso de vino.
CARTA DE VIAJE (FRAGMENTO), POEMA DE ELVIRA HERNÁNDEZ
Vean el escualo que monto
…. -la fiera figurada-
principianta ahí arriba
en mis faenas de pesca
…. encimera ahí
a horcajadas sobre ese pez mío
…. aletazo y aletazo
…. mancornados tocando tierra
………………………………….. … él manco
……………………………………… yo herma
el escualo que monto
como meteoro o granizo
posándose en la colosal losa
…………….. mi magnífico insecto
pone sus patas en el parking de aviones
silencia la torre de control
y rueda por la escalerilla de sus dientes
……………… hecha vómito y milagro
“Ni por mar ni por tierra, encontrarás
el camino que lleva hacia los eternos
hielos”
PINDARO
Diez millones de inviernos se están cuajando en las alturas. Un péndulo preciso se balancea y balancea como alud de lágrimas sobre un ojo nublado. ¡Nunca nos encontraremos! Nuestro último horizonte se ha cerrado por mal tiempo. Nuestro último horizonte.
¿Horizón caille?
No podré decir jamás si llueve. Un impermeable, un cortavientos, un sobretodo y las lunas protectoras de unos anteojos, me cobijan del mundo mientras camino por las irreales playas de Thule.
No es la montaña la que se interna en el mar, son promontorios vivos que ha botado la ola. ¡Jonás! ¡Jonás! Los naufragios comienzan tierra adentro. Sobre la piedrecilla se derrama contaminante el tánatos cetáceo. El cementerio marino. La gran arquitectura de hueso y desazón donde me encuentro varada.
No se ve un alma. Abiertos los ojos como alguna vez abrí ventanas y sólo divisé el deseo de ver ¿Paseabas ya tu sombra por el espejo de Arlanda, esos hangares, el manto amargo de escollos?
Yo me detuve en lugares oscuros, caminé por avenidas acuosas, mal iluminadas, entre vespasianas donde pernoctaba una gota de recuerdo y en sus muros vi escrita la profecía de Onán. A distancia se agitaban las banderas ojerosas de los apátridas que me recibían. Y, en mi espejo de bolsillo noté que iba quedando en blanco.
Enterrada en la nieve, maniatada de frío, mis ojos han dado frutos. Como higos blancos o luces oscuras ruedan desprendidos de su árbol visual. Ya no veo. Respiro la mano pequeñita que me pone una zanahoria-nariz y una bufanda al cuello, una soga de calor.
No sé si estoy mirando hacia el oscuro
pasado, o me asomo a los abismos del
tiempo. Si algún recuerdo guardara de
antes de venir hasta acá, quizás……….
recuerde cómo llegué a este lugar……..
………………………………………………………………….. ¡SOY REAL!
Una espantapájaros confeccionada en el confín del
Nuevo Mundo, una Rosa de los Vientos sin etiqueta.
Zarpé de Puerto Engaño la tarde de mi vejez. Cuando
miré los mapas en los ojos de mi gente y descubrí que el
mundo era cuadrado.
Escuché toda mi vida la canción de moda:
…………………………………………………….. HAY QUE IRSE
…………………………………………………………. (Coro Nacional)
Los vientos corrían fuertes, arrinconaban en el patio trasero, confinaban al cuarto del exilio, encajonando a muchos en el retrete de la emigración.
………….. La selva se remecía
………………………………………….. Era la Ley de la Selva
Los vientos traían ráfagas de mil tiros por segundo.
Botaban la hojarasca de la historia.
Zarpé de Puerto Engaño en el mercante “Nuestras Raíces”. Una vez más habíamos desayunado mierda y me enfardé en la bodega para dormir sobre la cúspide del Producto Nacional:
…………………………………. Flores de Pravia
………………………………………… El Paraíso de Mis Amores
………………………………………… junio 16, 1986
………………………………………… Año Decisivo
………. Lo que botó la ola a la sombra del Nuevo Mundo
………. Lo que botó la ola en el lobby del Viejo Mundo
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