La hija de Charlot, que estrena 'Miguel y William', sigue teniendo presente a su padre: «Me inquieta cuando en una entrevista no me preguntan por él»
Desde que su padre la hizo aparecer con ocho años en 'Candilejas', Geraldine Chaplin (Santa Mónica, EE UU, 1944) ha vivido entre platós. Ex pareja y actriz fetiche de Carlos Saura durante veinte años, la hija de Charlot no se habla todavía con sus hermanos a cuenta del legado paterno. Vive entre un pueblecito suizo cercano a Vevey y el Madrid de los Austrias.
'Miguel y William', una comedia de Inés Paris, devuelve su presencia etérea y vivaz envuelta en ropajes de época. El filme fabula sobre qué habría ocurrido si Shakespeare y Cervantes se hubieran enamorado de la misma mujer.
-Siempre irradia entusiasmo.
-Soy bipolar. Tengo mucha energía cuando trabajo. ¿Es tan bonito y escaso este oficio! Pero no estoy todo el tiempo así. Normalmente soy absolutamente apática, algo que me proporciona un enorme placer. Los tres últimos meses los he pasado en Miami, en un apartamento en la playa, sin hacer absolutamente nada.
-Qué envidia.
-He sido como un vegetal que ni siquiera crujía Qué placer. Y eso que últimamente no he parado.
¿Sabes quién tiene la culpa de que tenga tanto trabajo? Mis arrugas. Hay muy pocas actrices de mi edad con arrugas, casi todas se han hecho 'trabajos', como decimos en la profesión. Cuando no me ofrezcan papeles me encantaría 'trabajarme': me voy a hacer los labios, una liposucción Estirarme todo para mi satisfacción personal. Y voy a empezar a fumar, a beber, a drogarme.
-Es una mujer inteligente, no tendrá miedo a envejecer.
-Tengo un miedo atroz, detesto la vejez, no es digna ni noble. Los viejos no sabemos nada, deberíamos callarnos y dar la palabra a los jóvenes.
Fuente: Ideal Digital
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