La escasez y lentitud de la ayuda ponen a prueba la creencia generalizada de que Japón, una de las economías más ricas y desarrolladas del mundo, es capaz de asumir un desafío de estas dimensiones. Aunque el gobierno ha aceptado la asistencia de las fuerzas militares de EE.UU. y de otros países, también ha desalentado a muchos organismos humanitarios internacionales bajo el argumento de que los trabajadores extranjeros sólo aumentarían la confusión sobre el terreno
BBC
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