Samantha Flores es una mujer transgénero y activista de 91 años de Ciudad de México. Allí fundó en 2018 la casa de acogida "Vida Alegre" para adultos mayores de la comunidad LGBTIQ+. El hogar de día fue clausurado sin motivos explícitos por las autoridades de la ciudad. Pero Samantha no baja los brazos. Pocas personas de su comunidad han superado los 60 años, ya que la expectativa de vida del colectivo trans es especialmente baja. Víctimas de violencias y pobreza, la tercera edad LGBTIQ+ debe luchar para sobrevivir.
Según Samantha, el adulto mayor sufre en general de soledad y abandono. Pero "cuando el adulto mayor LGBTIQ+ llega a la tercera edad, es excluído de la familia y tiene que volver al clóset. El adulto mayor es olvidado, no existe; somos invisibles”, dice Samantha, quien se ha convertido en un referente dentro y fuera del colectivo trans de México, formó parte de diversas campañas de moda y fue foto de portada de famosas revistas
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