Punta Arenas, 22 de febrero de 2012. Contentos de su trabajo en terreno, regresó ayer a Punta Arenas el equipo de científicos de la Universidad de Chile y el Museo de Historia Natural, que descubrió fósiles de plesiosaurios y mosasaurios, enormes reptiles marinos contemporáneos de los dinosaurios, en rocas del periodo Cretácico (70 millones de años atrás). El grupo estuvo casi todo febrero acampando en la isla James Ross, ubicada cerca del extremo noreste de la península Antártica.
Según comenta el Dr. David Rubilar, líder de la expedición e investigador del Museo de Historia Natural, junto a estos reptiles marinos se encontraron abundantes restos de otros organismos, incluyendo tiburones gigantes, diversos moluscos (como los Nautilus, que viven actualmente en zonas cálidas), ammonites y troncos petrificados de antiguos bosques costeros.
Del plesiosaurio se encontraron restos de vértebras, costillas y elementos de las aletas. Además, por primera vez se identificaron fósiles de la familia Elasmosauride. Estos reptiles marinos podían llegar a medir 15 metros de largo. En tanto, del mosasaurio hallaron dientes, costillas y también vértebras. Ellos eran reptiles pero emparentados a los actuales dragones de Komodo. Podían llegar a medir más de 10 metros.
“Los descubrimientos dan cuenta de condiciones climáticas y ecosistemas muy diferentes a los actualmente hallados en Antártica. Se estima que la Antártica en ese tiempo tenía condiciones climáticas semejantes a las encontradas hoy en zonas subtropicales”, explica Rubilar.
Por su parte, el Dr. Alexander Vargas, de la Universidad de Chile, explica que los hallazgos “son importantes pues este proyecto, denominado EVOLUCIÓN GEOLÓGICA Y PALEONTOLÓGICA DE LAS CUENCAS DE MAGALLANES Y LARSEN EN EL MESOZOICO Y CENOZOICO: FUENTE DE SUS DETRITOS Y POSIBLES EQUIVALENCIAS, financiado por el Programa de Investigación Asociativa de Conicyt y por el Instituto Antártico Chileno (INACH), “tiene entre sus objetivos comparar los organismos fósiles identificados en Antártica con otros semejantes encontrados en Chile y así dar cuenta de antiguas relaciones biogeográficas entre nuestro país y el Continente Blanco”.
Los investigadores regresan hoy a Santiago, pues los fósiles serán preparados y estudiados en los laboratorios de la Universidad de Chile y el Museo de Historia Natural para estimar si pertenecen a especies ya conocidas. “Pero ya es posible reconocer el descubrimiento de algunas especies nuevas, de peces cartilaginosos semejantes al pejegallo”, añade el paleontólogo Alexander Vargas.
Otro aspecto importante de esta segunda campaña antártica, son los descubrimientos que incluyen los primeros registros de ciertos tiburones que no se conocían para la Antártica. Corresponden a los géneros Cretalamna y Centrophoroides. “Hemos encontrado un tesoro, que en su conjunto nos permitirá explicar la historia natural de esta parte del mundo”, dice David Rubilar.
La expedición no estuvo exenta de dificultades, debido al mal clima en la isla, siendo necesario un rescate de emergencia por parte de la Armada de Chile, a través del rompehielos “Almirante Óscar Viel”. Las jornadas de trabajo duraban ocho horas diarias y más, recorriendo grandes extensiones de esta gran isla. El equipo además estuvo compuesto por los paleontólogos Rodrigo Otero, Roberto Yury, Andrea Llanos; los geólogos Cristian Ramírez, Joaquín Bastías y la Dr. Ingrid Hebel, experta en genética de poblaciones de la Universidad de Magallanes.
Este proyecto fue parte de la XLVIII Expedición Científica Antártica organizada por el INACH y es dirigido por la doctora Teresa Torres, de la Universidad de Chile.
INACH
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