Sin duda, la mayoría del público conoce al director, actor y dramaturgo Andrés Pérez Araya por haber dirigido la obra de teatro más vista en la historia de Chile: La Negra Ester.
Pero en la vida y la muerte de Pérez “La Negra Ester” es sólo un acto.
Su intensa trayectoria de creación está atravesada por la intención de llevar el teatro y el arte a sectores no habituales para llegar a la gente. También por el propósito de incluir los temas silenciados en nuestro país: la marginalidad, la diversidad sexual, las heridas sociales. Esa épica recorre toda su aventura teatral. En ese camino se cruza con obstáculos que sortea con la creatividad y la eficacia de un mago. Pero el VIH, junto a la desilusión de perder Matucana 100, el lugar que él mismo había sacado del abandono, se transforman en un muro infranqueable para Andrés Pérez Araya.
Pero en la vida y la muerte de Pérez “La Negra Ester” es sólo un acto.
Su intensa trayectoria de creación está atravesada por la intención de llevar el teatro y el arte a sectores no habituales para llegar a la gente. También por el propósito de incluir los temas silenciados en nuestro país: la marginalidad, la diversidad sexual, las heridas sociales. Esa épica recorre toda su aventura teatral. En ese camino se cruza con obstáculos que sortea con la creatividad y la eficacia de un mago. Pero el VIH, junto a la desilusión de perder Matucana 100, el lugar que él mismo había sacado del abandono, se transforman en un muro infranqueable para Andrés Pérez Araya.
Museo de la Memoria y los Derechos Humanos
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