Beber vino con moderación a partir de los cuarenta años reporta beneficios cardiovasculares.
Sin embargo, hacerlo durante la adolescencia puede perjudicar el proceso madurativo del cerebro, según se afirmó en el debate Ciencia y cultura del vino, celebrado en Barcelona.
'La clave está en la moderación'. Esta frase resume la opinión de los diferentes especialistas reunidos en el debate Ciencia y Cultura del Vino, centrado en los efectos del vino sobre la salud y organizado por la Dirección de Promoción de Cultura Científica del Instituto de Cultura de Barcelona, con el patrocinio del Instituto Novartis.
El acto ha congregado a especialistas de la cardiología, la neurología y la enología, para analizar el fenómeno desde diferentes perspectivas, permitir cierta interacción entre la sociedad y los especialistas, y dar consejos que mejoren la salud y la calidad de vida de la población.
Polifenoles Gemma Vilahur, cardióloga del Instituto de Ciencias Cardiovasculares de Barcelona, ha explicado los efectos positivos del consumo moderado del vino, mediante lo que se denomina la paradoja francesa: 'En Francia se consume una elevada cantidad de grasas, pero, al contrario de lo que esto debería suponer, la tasa de mortalidad cardiovascular es inferior a la de otros países con menor consumo calórico. En los estudios posteriores se ha descubierto que lo que diferenciaba a la alimentación del país galo era la elevada ingesta de vino. Esta bebida contiene antioxidantes como los polifenoles, presentes sobre todo en la piel y las semillas de la uva, que son beneficiosos para el organismo'.
La duda surge al preguntarse cuánto hay que consumir para que se mantengan estos efectos positivos. 'Para las personas mayores de 40 años, el consumo de 200 mililitros (20 gramos) de vino al día es beneficioso porque disminuye el colesterol LDL y aumenta el HDL. Sin embargo, pasar de los 50 gramos ya es perjudicial'.
Vilahur también ha recordado la importancia de combinar el vino con 'una dieta saludable' y ha resaltado que 'lo óptimo' es beberlo durante la comida, porque el proceso de absorción es más lento.
Marta Torrens, neuróloga de la Unidad de Psiquiatría del Hospital del Mar, ha añadido que 'los franceses, al contrario de lo que sucede en España, comen productos muy variados, pero en poca cantidad y eso también influye en que tengan niveles de colesterol más bajos'. Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos del consumo de vino en mayores de 40 años, pero no ocurre lo mismo en el caso de los jóvenes. 'Para ellos el beneficio es nulo, puesto que este sector de la población todavía no ha desarrollado enfermedades cardiovasculares que contrarrestar. Incluso es especialmente nocivo, porque el cerebro está en proceso de maduración', ha señalado.
Según Pedro Muñoz, enólogo, el potencial antioxidante del vino se mantiene dos o tres años después de la vendimia y el tinto joven conserva estas propiedad más que el reserva. Asimismo, el vino blanco presenta menos polifenoles y sus efectos antioxidantes son menores.
Fuente: Diario Médico
Sin embargo, hacerlo durante la adolescencia puede perjudicar el proceso madurativo del cerebro, según se afirmó en el debate Ciencia y cultura del vino, celebrado en Barcelona.
'La clave está en la moderación'. Esta frase resume la opinión de los diferentes especialistas reunidos en el debate Ciencia y Cultura del Vino, centrado en los efectos del vino sobre la salud y organizado por la Dirección de Promoción de Cultura Científica del Instituto de Cultura de Barcelona, con el patrocinio del Instituto Novartis.
El acto ha congregado a especialistas de la cardiología, la neurología y la enología, para analizar el fenómeno desde diferentes perspectivas, permitir cierta interacción entre la sociedad y los especialistas, y dar consejos que mejoren la salud y la calidad de vida de la población.
Polifenoles Gemma Vilahur, cardióloga del Instituto de Ciencias Cardiovasculares de Barcelona, ha explicado los efectos positivos del consumo moderado del vino, mediante lo que se denomina la paradoja francesa: 'En Francia se consume una elevada cantidad de grasas, pero, al contrario de lo que esto debería suponer, la tasa de mortalidad cardiovascular es inferior a la de otros países con menor consumo calórico. En los estudios posteriores se ha descubierto que lo que diferenciaba a la alimentación del país galo era la elevada ingesta de vino. Esta bebida contiene antioxidantes como los polifenoles, presentes sobre todo en la piel y las semillas de la uva, que son beneficiosos para el organismo'.
La duda surge al preguntarse cuánto hay que consumir para que se mantengan estos efectos positivos. 'Para las personas mayores de 40 años, el consumo de 200 mililitros (20 gramos) de vino al día es beneficioso porque disminuye el colesterol LDL y aumenta el HDL. Sin embargo, pasar de los 50 gramos ya es perjudicial'.
Vilahur también ha recordado la importancia de combinar el vino con 'una dieta saludable' y ha resaltado que 'lo óptimo' es beberlo durante la comida, porque el proceso de absorción es más lento.
Marta Torrens, neuróloga de la Unidad de Psiquiatría del Hospital del Mar, ha añadido que 'los franceses, al contrario de lo que sucede en España, comen productos muy variados, pero en poca cantidad y eso también influye en que tengan niveles de colesterol más bajos'. Numerosos estudios han demostrado los efectos beneficiosos del consumo de vino en mayores de 40 años, pero no ocurre lo mismo en el caso de los jóvenes. 'Para ellos el beneficio es nulo, puesto que este sector de la población todavía no ha desarrollado enfermedades cardiovasculares que contrarrestar. Incluso es especialmente nocivo, porque el cerebro está en proceso de maduración', ha señalado.
Según Pedro Muñoz, enólogo, el potencial antioxidante del vino se mantiene dos o tres años después de la vendimia y el tinto joven conserva estas propiedad más que el reserva. Asimismo, el vino blanco presenta menos polifenoles y sus efectos antioxidantes son menores.
Fuente: Diario Médico
Comments