La policía carga contra cientos de manifestantes en Turquía. Utilizan pelotas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a las cientos de personas que habían salido a la calle para reivindicar los derechos LGTBI. El gobernador de Estambul se negó a autorizar la marcha con la justificación de que había que "proteger la paz, la seguridad, la salud general y la moralidad". Al menos 20 personas han sido detenidas. Las marchas llevan prohibidas en la ciudad desde 2014 cuando marcharon decenas de miles personas.
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