La detonación de un coche bomba junto a un hospital infantil en Logar, al este Afganistán, mató a 35 personas, en su mayoría mujeres y niños. En un primer momento se informó de la muerte de 60 personas, pero el último balance rebaja el número de víctimas mortales. Los heridos se cuentan por decenas.
El atentado fue perpetrado con coche bomba, cuya la deflagración destruyó casi por completo el edificio del hospital infantil del distrito de Zra.
Las víctimas son en su mayoría pacientes, familiares de los hospitalizados y personal médico del centro, informan las autoridades.
El presidente afgano, Hamid Karzai, que participa en Irán en una cumbre contra el terrorismo, condenó el atentado y admitió que, a pesar de los esfuerzos de su gobierno, la violencia se recrudece.
Muchos creen que la escalada de ataques se debe al descontento que genera la presencia militar de la OTAN.
“Con cada día que pasa, la presencia de extranjeros, especialmente de Estados Unidos, empeora las reacciones en el país. Los ataques de la OTAN, los bombardeos contra pueblos, así como los daños públicos y sociales, llevan a la gente a unirse a grupos insurgentes y a luchar contra el gobierno vigente. Fuera de la capital todos los afganos viven en estado de tensión permanente a causa de los bombardeos, de los ataques nocturnos y de la acción de los servicios locales de inteligencia que arrestan a la gente”, comentó el periodista afgano Fazelminallah Qazizai a RT.
“Los afganos no queremos este estrés. Queremos cuando menos poder movernos libremente por nuestro territorio”, sentenció.
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