El Observatorio Austral Europeo está a la espera del visto bueno de cuatro de sus miembros. España, que aún no se ha comprometido a aportar fondos para el instrumento, tendría que pagar 40 millones de euros en 10 años
El observatorio astronómico más grande de Europa no está ni en Alemania, ni en Francia ni en ningún otro punto del continente. Para visitarlo hay que viajar a las tierras peladas del desierto de Atacama, en Chile. Allí se alzan los grandes telescopios del Observatorio Austral Europeo (ESO), un consorcio de 15 países incluida a España que este año celebra su 50 aniversario. En este medio siglo la organización ha logrado construir varios de los telescopios ópticos y de radio más potentes del mundo, como son el VLT y ALMA. Su reto para el futuro próximo es la construcción del Telescopio Extremadamente Grande (E-ELT), que sigue en pausa debido a la falta de fondos.
El diseño de este gran telescopio ya está terminado y ahora solo “falta el dinero”, explicó hoy el físico español Xavier Barcons, presidente del Consejo de ESO. Durante una presentación en la sede del CSIC en Madrid, Barcons recordó que se necesita la aprobación de 10 países miembros para dar comienzo a la fase de construcción. Seis países han votado ya a favor y cuatro han hecho lo mismo pero están a la espera de la ratificación de sus respectivos gobiernos, por lo que el semáforo aún está en ámbar.
España, que se unió a ESO en 2006 y pujó contra Chile por albergar el E-ELT en Canarias (finalmente se construirá en Chile), está aún buscando los fondos para poder participar en el proyecto. Además de la contribución anual al ESO que hace cada miembro en función de su PIB (este año España pone 11,7 millones de euros), el Gobierno tendría que hacer un desembolso extra. En concreto, según explicó Barcons, España tendría que poner 40 millones de euros en los próximos 10 años. Por ahora no se sabe si las magras arcas del estado podrán hacer ese esfuerzo, aunque Barcons es “optimista”. El coste total del telescopio, que sería el más grande del mundo, es de 1.082 millones de euros a precios de 2012.
Con el sí definitivo esperado a finales de año la construcción empezaría en 2013 y tardaría 11 años. Esto supone que que el mastodonte no estaría terminado hasta 2024, una fecha casi tres años más tardía de lo que se planeaba originalmente (2021). Estos inconvenientes presupuestarios le dan algo de ventaja a otros telescopios gigantes que compiten con el artefacto del ESO. El primero es elTelescopio Gigante de Magallanes, cuya construcción, también en Chile, comenzó en marzo con la voladura de la cima de la colina que lo albergará. Su fecha de finalización es 2019, sensiblemente antes que el E-ELT. A cambio, el GMT tendrá un espejo de 25 metros de diámetro, 14 menos que el E-ELT. El otro competidor es elTelescopio de Treinta Metros, que se erigirá en Hawai a finales de esta década o principios de la siguiente.
Durante su intervención, Barcons ha resaltado los grandes logros que ya ha conseguido el ESO. Entre ellos está haber descubierto 200 exoplanetas con sus telescopios, especialmente el HARPS. También destacó la gran colaboración internacional que sustenta el ALMA, el telescopio de ondas de radio más grande del mundo. En él participan las naciones de ESO, EEUU, Japón, Taiwán y Chile, aunque otros países como México se benefician también de sus datos, detalló Barcons. El observatorio, que constará de 25 antenas instaladas en una meseta a 5.000 metros de altura bajo la límpida noche chilena, se inaugurará en marzo de 2013, aunque su construcción no acabará antes del final de ese año o principios de 2014, concluyó Barcons.
Medio siglo mirando al sur
El ESO ha preparado multitud de actos públicos para celebrar su primer medio siglo. Entre ellos ha estado llevar a una astrónoma aficionada al Telescopio Muy Grande, el VLT, y estar en la sala de control mientras se observaba la nebulosa conocida como el Casco de Thor. El evento, que se celebra hoy, puede seguirse en directo desde la web de la organización. Hoy a las 19:30, la organización ofrece la charla “Navegando por el Universo: un viaje al límite del conocimiento”, impartida por Rafael Rebolo, Profesor de Investigación CSIC en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). El acto se celebra a las 19:30 en la sede del CSIC.
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