PROGRAMA CULTURAL PARA HOY: PRIMER FESTIVAL DEL CANTAR POPULAR (TERCER DÍA) Conoce algo de los artistas
HOY ESTARÁN CUNCUMÉN, JULIO ZEGERS, ERNESTO HOLMAN, PAULINA PÉREZ, TRIKAWE Y LA FLOR DEL RECUERDO
Cuncumén
Cuncumén está en la historia y en el presente de la música folclórica en Chile. Fue el grupo donde primero actuaron dos figuras de la Nueva Canción Chilena: Rolando Alarcón y Víctor Jara. Y es el mayor de los conjuntos que, al alero de Margot Loyola y Violeta Parra en los ’50, cultivaron la recopilación musical y su ‘‘proyección folclórica’’ en escenarios y discos. En medio se interpuso el exilio, pero hoy Cuncumén sigue activo, suma más de 48 integrantes en su carrera y se apresta a cumplir cincuenta años.
Integrantes
1955 – 1960
Rolando Alarcón, voz, guitarra, piano y dirección (1955 – 1962)
Silvia Urbina, voz y guitarra (1955 – 1961)
Alejandro Reyes, voz y guitarra (1955 – 1960)
Jaime Rojas, voz (1955 – 1973)
Helia Fuentes, voz y guitarra (1955 – 1961)
Nelly Pinto, voz (1955)
Nelly Bustamante, voz, guitarra, piano, acordeón (1957 – 1960)
Juan Collao, voz (1957 – 1961)
Ximena Bulnes, voz y guitarra (1957)
Luis Guijón, voz y guitarra (1957)
Víctor Jara, voz y guitarra (1957 – 1963)
Rolando Alarcón, voz, guitarra, piano y dirección (1955 – 1962)
Silvia Urbina, voz y guitarra (1955 – 1961)
Alejandro Reyes, voz y guitarra (1955 – 1960)
Jaime Rojas, voz (1955 – 1973)
Helia Fuentes, voz y guitarra (1955 – 1961)
Nelly Pinto, voz (1955)
Nelly Bustamante, voz, guitarra, piano, acordeón (1957 – 1960)
Juan Collao, voz (1957 – 1961)
Ximena Bulnes, voz y guitarra (1957)
Luis Guijón, voz y guitarra (1957)
Víctor Jara, voz y guitarra (1957 – 1963)
Un hito previo a su fundación fue el Festival de la Juventud por la Paz y la Amistad celebrado en 1953 en Bucarest, la capital rumana. Sylvia Urbina, Rolando Alarcón y Alejandro Reyes integraban la delegación chilena como parte del coro Pablo Vidales, y en esa gira formaron un embrionario conjunto folclórico. De vuelta en Chile, se reencontraron en febrero de 1955 en uno de los cursos de folclor que Margot Loyola dictaba desde 1949 en sus Escuelas de Temporada en la Universidad de Chile. Actuaron como Conjunto de Alumnos de Margot Loyola hasta que, a sugerencia del arquitecto Miguel Lawner, se bautizaron Cuncumén, nombre que en mapudungun significa ‘‘murmullo de agua’’.
En el mismo año el grupo volvió a Europa a cumplir siete meses de gira por Austria, Francia, Bulgaria, Alemania y Unión Soviética, y debutó como parte de la serie de discos El folklore de Chile que Violeta Parra había iniciado en 1956 en el sello Odeon bajo la dirección artística de Rubén Nouzeilles. Cuncumén grabó el quinto volumen de la colección, seguido por el LP Villancicos chilenos (1958). Integrantes principales de esa época fueron los fundadores Rolando Alarcón como director, Sylvia Urbina, Alejandro Reyes, Jaime Rojas, Helia Fuentes y, desde 1957, Nelly Bustamante, Juan Collao y Víctor Jara.
Vendrían tres años de gran movimiento. En 1960 llegaron Clemente Izurieta y Gabriela Yáñez, partió Alejandro Reyes y apareció el tercer disco, 150 años de historia y música chilena (1960). A mediados de año se unió Mariela Ferreira y tras el LP siguiente, Folklore por el conjunto Cuncumén (1961), Helia Fuentes también partió. Entre mayo y octubre de 1961, Cuncumén hizo su segunda visita a Europa, junto a Margot Loyola. Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Unión Soviética, Francia y Holanda fueron sus destinos, en la gira que marcó el debut público de Víctor Jara como cantante.
Al regreso vino una ruptura. En 1961 se alejaron Sylvia Urbina, quien inició el grupo infantil Cuncumenitos, y Juan Collao. Y tras el cuarto LP, Geografía musical de Chile (1962), partieron Rolando Alarcón, Izurieta, Gabriela Yáñez y la recién llegada Lucila Tapia. Víctor Jara sólo siguió hasta 1963 antes de volcarse al teatro y cantar como solista. Cuncumén se reformó en torno a Jaime Rojas y Mariela Ferreira: entre 1962 y 1963 ingresaron Arturo Urbina, Recaredo Rodríguez y Mario Sánchez, junto a Maruja Espinoza, Lidia Durán y Ana María Báez, las dos últimas de las cuales son integrantes actuales. Y a partir del LP Expresión de vida y sentimiento (1964) el grupo fue sumando músicos como Olga Abarca, Eugenia Contreras y Gloria Cancino en los tres discos que grabaron hasta el golpe de Estado de 1973.
Desde el comienzo Cuncumén mostró dos rasgos claros. En vez de limitarse a la música, fue un grupo de cantos y danzas, tanto en sus giras europeas como en las fondas de Violeta Parra en el Parque Cousiño en 1958 y 1959. Y además se encomendó a las fuentes puras. Pomaire fue la primera localidad que el conjunto visitó y donde sus integrantes, entre ellos un médico y varios profesores, establecieron un intercambio con los lugareños. ‘‘Trabajamos mucho en el campo. Pero no con la mentalidad de ir a que nos enseñaran, sino a hacer un trabajo social, de salud’’, recuerda Sylvia Urbina.
‘‘Formábamos un colectivo que los fines de semana o en vacaciones solía ir al campo a los alrededores de Santiago, para recopilar figuras y formas típicas, no sólo en la danza y la música, sino también en cacharros de arcilla o lámparas de la época colonial’’, narra Alejandro Reyes en el libro Víctor Jara, un canto truncado, de Joan Jara. ‘‘El conjunto hizo mucho trabajo de recolección’’, corrobora Mariela Ferreira. ‘‘El hecho folclórico en sí es la cantora en el campo, en su entorno que es la fiesta, un velorio de angelito o un rodeo. Pero al cantarlo en el escenario o una escuela, uno está proyectando ese hecho’’.
Ya en 1959 Víctor Jara aplicaba su oficio de teatro a una actuación de Cuncumén en el Teatro Antonio Varas. Los ensayos del grupo incluían movimiento, expresión corporal, rostro. No había contradicción entre ser puristas en la música y no en la escena. ‘‘Rolando (Alarcón) siempre supo hacer los arreglos en una forma muy respetuosa y exquisita’’, dice Mariela. ‘‘Las canciones de los comienzos de Víctor son muy apegadas a la tradición: no les puedes hacer arreglos complicados porque pierden todo su sentido’’.
El aporte musical de Jara figura en cuatro discos de Cuncumén. Ya en el primer LP (1957) grabó ‘‘Se me ha escapado un suspiro’’, una canción del folclor que él recogió en Ñuble. En el segundo (1958) canta dos villancicos que Violeta Parra escribió para el grupo: ‘‘Décimas por el nacimiento’’ y ‘‘Doña María, le ruego’’, además de ‘‘Entonces me voy volando’’. En el tercero (1960) está la primera canción de Víctor Jara jamás grabada: la tonada ‘‘Las palomitas’’, conocida luego como ‘‘Dos palomitas’’. Y en el disco subsiguiente (1962), además de ‘‘Acurrucadita te estoy mirando’’, ‘‘Adiós, adiós mundo indino’’ y ‘‘Canción del minero’’, su primera canción social, grabó una composición escrita por él en la gira de 1961: es ‘‘Palomita verte quiero’’, conocida luego universalmente como ‘‘Paloma quiero contarte’’.
‘‘Víctor era un hombre de teatro y yo le agradezco tanto, porque gracias a eso tengo el Cuncumén todavía: la disciplina y el rigor’’, acredita Mariela Ferreira, actual directora del grupo, y evoca ese rigor en los ensayos. ‘‘(Jara) Miraba la hora y ponía llave a la puerta. Podía estar lloviendo, con frío, pero te quedabas afuera. Después de esa primera media hora abría y era como para no entrar. No decía ni hola’’.
Cuncumén estaba a distancia de la música típica que hasta entonces dominaba el gusto mayoritario en Chile. ‘‘Esa era la cosa más popular. Nos situábamos en el folclor como los conjuntos de cámara en la música docta. Con la pureza, la exquisitez sin premura’’, distingue la directora. Además de sus giras a los países socialistas, Rolando Alarcón y Víctor Jaraserían luego reconocidos artistas de izquierda y en 1971 el grupo visitó Ecuador como embajada cultural del gobierno de Salvador Allende.
En 1973 preparaban un disco que quedó inédito tras el golpe de Estado: el conjunto nunca tuvo un repertorio ni remotamente político, pero Mariela Ferreira fue despedida de su cargo de profesora, su casa fue allanada por militares y partió el 7 de octubre de 1973 con sus dos hijos a Suecia, donde su marido estudiaba desde 1971.
Una formación de emergencia de Cuncumén en el exilio apenas cumplió seis meses de gira por Suecia en 1974. Mariela Ferreira grabó como solista y creó Taller Chile, grupo que derivó en Taller Cuncumén y editó dos discos que tendieron una transición para reformar al conjunto a su regreso en 1992. Desde entonces Cuncumén ha grabado cuatro álbumes con músicos de recambio, uno de ellos, Puro Neruda (2003), dedicado a la obra de ese poeta. Y si los discos de los ’60 tienen recopilaciones de cantoras como Leonor Rivas, de Cabrero, o Lucila Zapata, de Campanario, los actuales siguen la escuela, con música recogida por Patricia Chavarría, Gabriela Pizarro, Carlos Martínez u Osvaldo Jaque.
‘‘Tenemos la suerte de que la gente que hace trabajo de campo nos ha entregado material, porque saben que no lo vamos a desfigurar ni maltratar’’, dice Mariela Ferreira, mientras la influencia de Cuncumén ha alcanzado hasta a la sala de clases. ‘‘Hicimos escuela. Los conjuntos incluso se sentaban como nosotros: los músicos aquí, los bailes acá, los hombres atrás, las mujeres adelante. Y pobre de que te sentaras con las piernas abiertas. Las señoritas, derechitas’’, dice. ‘‘Toda esa es enseñanza de Víctor’’.
Música popular.cl
Julio Zegers, Canción a Magdalena - Los pasajeros, Festival de Viña
Ernesto Holman (EN VIVO en Sala SCD Vespucio - 09.01.16)
Paulina Pérez
La compositora, cantante y gestora cultural Paulina Pérez es parte de
una generación de músicos que ha revitalizado la raíz de la canción
latinoamericana, con enfoques que consideran influencias de un abanico
que va desde el jazz al pop, como lo han experimentado Valentina
Rodríguez, Cecilia Gutiérrez, Liliana Riquelme o Sara Pozo, en sus
distintos ángulos. Su propuesta autoral se mueve entre esos límites
para llegar a una fusión que quedó de manifiesto en 2016 en su disco
debut, Cuando la mujer se vuelve canción.
una generación de músicos que ha revitalizado la raíz de la canción
latinoamericana, con enfoques que consideran influencias de un abanico
que va desde el jazz al pop, como lo han experimentado Valentina
Rodríguez, Cecilia Gutiérrez, Liliana Riquelme o Sara Pozo, en sus
distintos ángulos. Su propuesta autoral se mueve entre esos límites
para llegar a una fusión que quedó de manifiesto en 2016 en su disco
debut, Cuando la mujer se vuelve canción.
Puentealtina de nacimiento y crianza, Paulina Pérez cuenta con estudios
académicos en la Universidad de Chile. A los 19 años puso sus
primeras composiciones, como “Supieras”, “Zamba pa cuando te vas”,
“Chacarera de su niña” o “La luciérnaga”, a disposición de Huaynot
Trío, un conjunto de fusión que en 2012 lanzó el disco Huaynot Trío.
Además, junto al pianista de jazz, compositor y director de
ensambles Orión Lion, produjo el disco Vocal sesión (2013), que convocó
a una serie de cantantes. Ella misma había aparecido poco antes como
voz solista junto a la Big Band Universidad de Chile, en su álbum
Fantasía épica (2011).
académicos en la Universidad de Chile. A los 19 años puso sus
primeras composiciones, como “Supieras”, “Zamba pa cuando te vas”,
“Chacarera de su niña” o “La luciérnaga”, a disposición de Huaynot
Trío, un conjunto de fusión que en 2012 lanzó el disco Huaynot Trío.
Además, junto al pianista de jazz, compositor y director de
ensambles Orión Lion, produjo el disco Vocal sesión (2013), que convocó
a una serie de cantantes. Ella misma había aparecido poco antes como
voz solista junto a la Big Band Universidad de Chile, en su álbum
Fantasía épica (2011).
Todas esas experiencias la conectaron más de cerca con Orión
Lion, y así inició un trabajo mancomunado. De esta manera tuvo la
posibilidad de tocar con músicos chilenos de jazz en Nueva York
y Boston, como la cantante Claudia Acuña y la saxofonista Patricia
Zárate en viajes a Estados Unidos. Desde 2014 ha trabajado
como gestora en el Simposio Latinoamericano de Musicoterapia en
Panamá. Su primer trabajo monográfico presentó obras inspiradas
en el universo femenino y contó con material escrito por Magdalena
Matthey, Elizabeth Morris, Valentina Rodríguez, y
la cantautora y etnomusicóloga estadounidense Emily Pinkerton.
Lion, y así inició un trabajo mancomunado. De esta manera tuvo la
posibilidad de tocar con músicos chilenos de jazz en Nueva York
y Boston, como la cantante Claudia Acuña y la saxofonista Patricia
Zárate en viajes a Estados Unidos. Desde 2014 ha trabajado
como gestora en el Simposio Latinoamericano de Musicoterapia en
Panamá. Su primer trabajo monográfico presentó obras inspiradas
en el universo femenino y contó con material escrito por Magdalena
Matthey, Elizabeth Morris, Valentina Rodríguez, y
la cantautora y etnomusicóloga estadounidense Emily Pinkerton.
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