Un nuevo sitio reúne información biográfica, archivos de prensa, fotografías y otros documentos sobre el trabajo del director de orquesta, gestor de escuelas de música e impulsor del movimiento de orquestas juveniles e infantiles.
“Voy a demostrar que soy tan buen músico como organizador”, dice Fernando Rosas en una entrevista publicada en 1974 por la revista Ercilla. La frase, que ilustra sus propósitos para ese momento, sirve también para ilustrar la biografía del Premio Nacional de Música 2006, fallecido hace poco más de diez años.
Ahora, esa entrevista se puede leer completa en el nuevo sitio Maestro Fernando Rosas, que pretende reunir parte de su legado a través de una serie de archivos: reseñas biográficas, una discografía, una galería de imágenes, una recopilación de artículos de prensa y escritos de su autoría, entre otros documentos.
“Estamos en la mitad del camino, todavía falta mucho por subir. Esto es una guagua que recién nació”, dice Ana María de Andraca, viuda de Fernando Rosas, quien ha desarrollado el sitio junto a la agencia de comunicaciones Loyca.
Todo el material que está disponible en el sitio pertenece a un archivo que se fue acumulando con los años y que permite dimensionar las múltiples labores que Fernando Rosas desarrolló en sus 76 años de vida: desde la creación de instituciones de enseñanza musical en las universidades Católica de Valparaíso y Santiago, hasta la organización de la Orquesta de Cámara de Chile y el impulso de la Fundación Beethoven. También, cómo no, la constitución del programa de orquestas sinfónicas juveniles, que dio pie a la actual Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI).
1970: La Orquesta de Cámara UC en Canal 13.
“Fernando tenía una visión y manera de trabajar bien especial, muy articuladora. Es difícil encontrar un director de orquesta que tenga una visión de políticas públicas. Hay muchos documentos y cosas que todavía tengo que rescatar y ver cómo ponerlas, como el programa de las orquestas juveniles cuando estaban en el ministerio de Educación, que es una manera de concebir el desarrollo musical de un país, es mucho más que dirigir una orquesta y organizar conciertos”, explica Ana María de Andraca.
“Tengo que ver si encuentro cartas, cosas que proyecten esta posibilidad de integrar otras dimensiones en su labor profesional, que es como bien escaso. Hoy en día todo es cada vez más especializado, más de cubículo. Es muy importante rescatar y difundir el trabajo colaborativo que él hizo”, añade.
De este modo, por ejemplo, en el sitio se pueden ver imágenes que hoy parecen casi insólitas, como aquellas donde la Orquesta de Cámara de la Universidad Católica toca en los estudios de Canal 13. También hay registros de la Cantata de los Derechos Humanos, compuesta por Alejandro Guarello, que el grupo Ortiga presentó en la Catedral Metropolitana, con la dirección de Fernando Rosas y la narración del actor Roberto Parada. Y hay más postales: miembros de la Orquesta de Cámara de Chile cocinando en Colombia o posando frente a la Catedral de San Basilio o tocando en Viena, por ejemplo.
Además, están listados algunos de los estrenos que Fernando Rosas dirigió en Chile: la serie completa de los Conciertos brandenburgueses de Bach, el oratorio El Mesías de Haendel o la Misa chilena de José de Campderrós, por ejemplo. También hay una revisión a las obras comisionadas o dedicadas a Fernando Rosas por compositores como Celso Garrido Lecca, Gustavo Becerra, Juan Orrego Salas y Fernando García.
1994: Con José Antonio Abreu, líder del movimiento de orquestas juveniles en Venezuela.
Según Ana María de Andraca, no se trata solo de vestigios del pasado, sino también de materiales que conservan su vigencia: “En las secciones con escritos y entrevistas, por ejemplo, hay mucha opinión de lo que hay que hacer con el país y son puras tareas pendientes: empujar el desarrollo regional, poner más plata para la cultura, etc. Se ha avanzado un montón, pero aún es completamente insuficiente. La belleza, la estética y esa parte más humanista también está ausente y me parece que es importante ponerlo en relevancia de alguna manera”, asegura.
¿Ha sido reconocido de manera adecuada el trabajo de Fernando Rosas? “Qué difícil la pregunta”, advierte Ana María de Andraca, pero luego sí responde: “Cada vez que ocurren cosas en los aniversarios a mí me sorprende que todavía haya como una fuerza que impele a recordarlo, porque detrás de esa fuerza hay personas. Ha variado en los distintos tiempos y distintas instituciones, pero también es algo natural. El tiempo es súper cruel, pero de repente pasan cosas puntuales. Yo supe, por ejemplo, que en Curicó le pidieron un trabajo sobre Fernando Rosas a los cabros de una orquesta chica y no había más información en línea que Wikipedia, entonces uno dice: ¿qué alego si no hago nada por facilitarlo? Si no le das ingredientes a las personas, ¡no puedes pedirles que hagan queques!”.
Radio Universidad de Chile
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