San Cristóbal de las Casas (México), 2 ene (EFE).- Teresa empezó a moldear barro a los 11 años y como decenas de mujeres que heredan el oficio de sus madres se convirtió en alfarera en Amatenango del Valle, poblado del sureño estado mexicano de Chiapas, conocido por la excelencia de su alfarería cargada de motivos mayas.
Con 50 años de vida en común ya estamos transitando por este “Camino otoñal”, descubriendo, día a día, la alegría de vivir y tratando de colaborar en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva. El Otoño, al igual que el Adulto mayor, tiene su belleza y la estamos conociendo. Pensamos que hay mucho camino que recorrer y todavía tenemos una mirada optimista de la vida, consciente que junto a las dificultades del diario vivir, hay desafíos que afrontar y oportunidades para servir.
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