16 de las iglesias de Chiloé fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el año 2000. Una de ellas es Nuestra Señora del Patrocinio de Tenaún.
Herencia y adaptación a la condición insular
"Diálogos sobre identidades, culturas y patrimonios", es el nombre de esta versión de la Escuela de Temporada de la U. de Chile y, justamente, este último concepto, es uno de los que más se asocia al Archipiélago de Chiloé, principalmente a sus iglesias. El diálogo entre lo material y lo inmaterial, el arte del trabajo de los carpinteros y la mantención de esta tradicional forma de construir con la madera, serán parte de los temas abordados en este encuentro que se desarrollará entre el 7 y el 12 de enero.
“Cuando se declaró patrimonio de la humanidad de la Unesco a las Iglesias de Chiloé, no fue sólo por su valor intrínseco de objeto arquitectónico, sino que se consideró además una forma única de trabajar la madera, que es el patrimonio inmaterial que va junto al valor patrimonial que tiene la iglesia en sí”, explicó Carlos Izquierdo, académico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y uno de los más de 20 académicos de la Casa de Bello que serán parte de una nueva edición de la Escuela de Temporada, que se realizará entre el 7 y el 12 de enero en el archipiélago de Chiloé.
Este valor patrimonial, su tradición pero también su actualidad, será uno de los temas de este encuentro, específicamente del taller “Valorando la carpintería patrimonial", que impartirá el académico entre el lunes 8 y el viernes 12, y del diálogo “Rol de los carpinteros en el patrimonio arquitectónico chilote”, en el que el que compartirá espacio con Macarena Almonacid, del Taller Patrimonio y Restauro de Chiloé; José Luis Catalán, de la Asociación Carpinteros Patrimoniales y el académico de la U. de Los Lagos, Hugo Weibel.
Para Macarena Almonacid, la recuperación de las técnicas de construcción en madera se fueron dando de la mano del último trabajo de restauración de las iglesias en Chiloé, “donde finalmente se destapa la historia y se recupera una técnica que es muy valiosa”, pero que va más allá del procedimiento: “es una vinculación con la naturaleza, al conocimiento de las maderas, de los bosques, y de la preservación de su medio natural”.
El trabajo con este tipo de materialidad en Chiloé, explicó Carlos Izquierdo, está determinado por “la condición de aislamiento que hace que las diferentes labores se vayan adaptando al material que tenían a mano”. Como complementó Almonacid, “las condiciones de insularidad provocaron que una época determinada acá no existiera más que la madera”.
Un ejemplo de esto es la Catedral de Castro, que fue planificada y proyectada en la capital en albañilería, pero finalmente fue construida en madera. “De Santiago se mandaron los planos y los maestros lo implementaron y lo hicieron con las herramientas que ellos tenían en la isla”, que en este caso fue la madera, como señaló Izquierdo.
Es así como, agregó Almonacid, la construcción con este material pasó por varias etapas. “Los pueblos originarios trabajaban la madera con amarres. Luego, con el mestizaje, se pasó al sistema de postería labrada, y que es de cierta forma más primitivo que el que se trabaja desde mediados de 1800, que es un sistema de armar, que se basa en un sistema de ensamble y de empalme, que es producto del sincretismo entre la cultura europea y la chilota”, tras el proceso de colonización que vivió el país.
Comunicando y transfiriendo un modo único de hacer
Según su experiencia en restauraciones recientes, explicó Macarena Almonacid, “he podido identificar el tremendo legado que traen muchos de los carpinteros tradicionales, un oficio legado de sus antepasados”. Ahora, enfatizó la arquitecta, “lo que hay que hacer es difundirlo”.
Hoy existen algunas iniciativas formativas, como la del Arzobispado de Ancud. Aún así, opinó Almonacid, falta sistematizar esta labor. “Seguir en la línea de la formación es el camino. Cada vez debiesen irse planteando propuestas más formales de formación en este ámbito, no sólo por el hecho de preservar una técnica que es valiosa, sino que porque tenemos que pensar Chile con una mirada de desarrollo que involucre el patrimonio como un eje del desarrollo social y comunitario”, dijo.
Finalmente, como advirtió la profesional, al cumplirse 17 años de la declaratoria, "hay un conjunto de más de 60 iglesias que no están protegidas por ley y que tienen el mismo valor arquitectónico, constructivo, social e histórico de las otras que si están protegidas, entonces, queda harto camino por recorrer”.
Así, concluyó Almonacid, “el patrimonio va más allá de un cliché de remembranza del pasado, y tiene que ver con un foco de desarrollo hacia el futuro, con identidad, rescatando la historia de las personas y de los territorios. Yo creo que en general hacia allá debiese apuntar el trabajo en el patrimonio”.
La dimensión material y la intangible del trabajo de la carpintería chilota será uno de los temas de los diálogos y talleres de la Escuela de Temporada 2018.
La Catedral de castro fue diseñada en Santiago para ser realizada en albañilería pero se construyó en madera, como explicó el académico Carlos Izquierdo.
Universidad de Chile
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