NICANOR PARRA. LAS TABLITAS DE ISLA NEGRA.
Un día de la primavera de 1976, estando en su casa de Isla Negra, Nicanor Parra rescató, de los materiales empleados para su construcción, un montón de pequeñas tablas de madera de diferentes tamaños. Provisto de un bolígrafo Bic negro, comenzó a escribir y a dibujar sobre ellas con trazos rápidos, casi compulsivos, hasta el extremo de llenar de un tirón alrededor de cien tablas en una sola tarde. Hasta entonces Parra nunca había intentado dibujar, pero las esquemáticas figuras de Cristos en bicicleta -algunos de ellos con la cruz a cuestas- y de quijotes montados sobre Rocinante -a veces acompañados por Sancho Panza y su burro- le servían para experimentar, a su manera siempre irreverente, con un soporte que, además de reciclar materiales de deshecho, evoca los tiempos remotos en que, no existiendo aún el papel, se empleaban tablas para inscribir sobre ellas mensajes de toda índole. Las tabliitas de Isla Negra, como se ha dado en llamarlas, profundizan en la vía abierta por los Artefactos de 1972, si bien se trata aquí de piezas singulares, en que se reconoce la inmediatez del impulso aventurero que las inspira. Parra asegura no haber ocupado más de unos pocos segundos en cada tabla, y en ellas quedan grabadas las líneas maestras de sus obsesiones más constantes, entre las que se cuentan la religión, la política y la incesante exploración de nuevos y a la vez ancestrales códigos lingüísticos.
"Por el camino de la poesía he llegado prácticamente a una encrucijada en que me encuentro con signos puramente de carácter visual. No digo plásticos ni pictóricos, porque eso lo pongo completamente entre paréntesis: no entiendo la pintura, y el desarrollo mío es completamente distinto. Lo que me interesa a mí son realmente los esquemas. En este trabajo de retroceso he llegado prácticamente a la época en que el hombre no sabía escribir. La desintegración ha llegado hasta más allá de la propia escritura, del alfabeto"
Nicanor Parra.
De la exposición "Voy y vuelvo" en la Universidad Diego Portales
agosto de 2014
Un abrazo y que tengan un muy buen día
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