Bélgica puede por fin abrir sus bares y restaurantes, y es uno de los últimos países de Europa en hacerlo.
En las últimas horas la actividad ha sido frenética para respetar las nuevas normas sanitarias. Un metro y medio de distancia entre las mesas, y un nuevo set para el servicio. No están autorizados los manteles de tela ni las vinagreras. En cambio, tanto la carta como el mantel deben ser desechables.
La propietaria de La Brasserie des Etangs Mellaerts se siente aliviada. Pero con el aforo reducido al 70%, no todo el personal podrá regresar. “Nos estamos esforzando al máximo para que todos puedan volver al trabajo. Pero no todos podrán hacerlo a tiempo completo, algunos sólo a tiempo parcial", explica Coralie Michiels. "La situación evolucionará en función del número de clientes".
Después de tres meses de cierre, a la factura social se suman las pérdidas económicas. Reabrir implica una inversión que no todo el mundo se puede permitir. Y el sector calcula que alrededor de un 30% de los establecimientos podrían echar el cierre definitivamente.
“La tesorería ha quedado muy debilitada. Para reabrir es necesario reinvertir en mercancías, pero también las medidas sanitarias cuestan dinero. Y no hay ayudas directas para estas medidas obligatorias", afirma Fabian Hermans, de la Federación HORECA que agrupa a hoteles, restaurantes y cafés. "Sin un apoyo firme del gobierno, algunos no podrán pagar el material necesario para reabrir".
Es el caso del Stammbar. Su propietario calcula que la inversión a realizar sería de 6.000 euros y no le salen las cuentas. Según los sindicatos belgas, un 20% de los establecimientos permanecerán cerrados a la espera de que se relaje la normativa.
“Como somos un bar nocturno, nos resulta imposible cambiar la atmósfera del bar, preferimos no abrir a tener que poner mesas e invertir en muebles que no queremos usar en el futuro y que a la larga representan una pérdida financiera", afirma el pripietario del Stammbar. Frédérick da Soghe calcula que puede aguantar seis meses sin abrir. Pero si no lo consigue, se verá obligado a cerrar definitivamente.
En Bélgica, hay un total de 60.000 empresas dentro del sector de la hostelería que dan trabajo a 180.000 empleados a tiempo completo y 60.000 autónomos.
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