Ayer, se cumplieron 56 años de la primera publicación de la primera tira de Mafalda: por qué es emblemática la creación de Quino
El 29 de septiembre de 1964 comenzó a publicarse la tira Mafalda, escrita por Quino, en la revista Primera Plana, donde se publicaría por menos de un año
Mafalda es uno de los personajes más argentinos y más interpelantes que se han escrito en el país. Con solo 4 años, Mafalda era una niña que creía en que el mundo podía cambiar, que había que ir hacia un mundo mejor, pero también vivía envuelta por un profundo pesimismo cuando veía en mundo en el que vivía realmente. Con ideales, pero realista al mismo tiempo, Mafalda fue una expresión de los problemas sociales, políticos y económicos que afectaban a la Argentina y al planeta en aquel momento, en los años sesenta.
Cómo se llegó a la publicación de Mafalda
En 1962, Quino llevaba cerca de una década en el universo del humor gráfico. Fue entonces cuando su amigo Miguel Brascó, humorista y escritor que había trabajado en algunas revistas, fue contactado por Agens Publicidad con el fin de crear una tira de historietas para promocionar la marca de electrodomésticos Mansfield, de la empresa Siam Di Tella.
El objetivo de la creación de la tira cómica era que fuese una publicidad encubierta que se difundiría a través de los medios gráficos. Brascó recordó que Quino le había comentado que tenía ganas de dibujar una tira con chicos y le comentó la idea.
Con la condición de que los personajes comenzaran con la letra M, Quino comenzó a dibujar. Así, hizo varias tiras protagonizadas por una familia tipo constituida por un matrimonio de clase media con dos hijos: un niño y una niña. En esta familia ficticia, los rasgos del matrimonio son similares a los de los padres de Mafalda de la etapa posterior, mientras que el hijo no se asemeja a ninguno de los personajes clásicos de Mafalda.
El nombre Mafalda nació de la película Dar la cara (1962), basado en la novela homónima de David Viñas, donde hay una bebé que lleva ese nombre, que a Quino le pareció alegre.
Agens, la agencia de publicidad, ofreció la tira hecha por Quino al diario Clarín, pero se descubrió la estrategia encubierta detrás de ls historia y de los dibujos, y no salió a la luz.
Lusgo de dos años, en 1964, Julián Delgado, director de la revista Primera Plana, acordó con Quino comenzar a publicar en ese medio a Mafalda, ya desvinculada de propósitos publicitarios.
Así, Quino comenzó a dibujar nuevas tiras donde, en un principio, participan solo Mafalda y sus padres. Con el correr del tiempo, Quino agregaría varios personajes.
Es importante mencionar que Mafalda permaneció en la páginas de Pirmera Plana durante menos de un año, dado que en marzo de 1965, por diferencias con el medio, Quino decidió irse de la revista.
A partir de entonces Quino continuó publicando las historias de Mafalda por diez años. Lo hizo en las páginas del diario El mundo y de la revista Siete días ilustrados. Fue allí donde, en junio de 1973, el propio Quino decidió terminar con la tira.
En los siguientes años Quino dibujó a Mafalda por diversos pedidos, pero nunca más volvió a hacerlo de manera continua en una publicación en particular.
Los personajes principales de la historieta
Los personajes de la tira Mafalda son muchos; algunos de ellos son centrales y otros, secundarios. Algunos aparecieron al principio de la publicación y otros fueron haciéndose presentes con el tiempo y con la evolución de Mafalda.
Mafalda
Mafalda, por supuesto, es la protagonista de la tira cómoda escrita por Quino. Representa una aspiración idealista y utópica de construir un mundo mejor, aunque la envuelven el pesimismo y la preocupación debido a las circunstancias sociopolíticas que aquejan permanentemente al país y al planeta.
Los comentarios y ocurrencias de Mafalda trataron de ser espejo de las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años sesenta. Ella pone de manifiesto, a través de sus dichos y acciones, la maldad, la incompetencia de la humanidad y la ingenuidad de las soluciones propuestas para los problemas mundiales, como el hambre y las guerras.
Mafalda suele incomodar con frecuencia a los adultos con sus cuestionamientos sobre lo socialmente establecido y sus preguntas relativas al manejo político del mundo. Está convencida del progreso social de la mujer y lo preconiza. Se imagina a sí misma estudiando idiomas y trabajando como intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial.
Al comenzar la historieta, Mafalda tiene cuatro años de edad, y en el mes de marzo siguiente ingresa al jardín de infantes. En los diez años de desarrollo de la historieta parece llegar hasta el tercer o cuarto grado de la escuela primaria, a diferencia de otras tiras que no avanzan en el tiempo.
Padre
El padre es de Mafalda y de Guille; aunque nunca se conoce su nombre ni apellido. Característico empleado de oficina, es un hombre que trabaja como corredor en una compañía de seguros.
En todo momento está ocupado por la mesura del gasto familiar y no comprende bien los avances y retos que plantean las nuevas generaciones. Las dudas que le plantea su hija con respecto a los males del mundo lo ponen incómodo en más de una ocasión.
Raquel (madre)
Es una típica ama de casa argentina de clase media de los años sesenta, que se encuentra ocupada de lo que ocurre en su microclima hogareño. Cocina, lava, plancha y hace las compras, pero aparentemente no maneja el auto de la familia, que es un Citrôen 2CV.
Inició estudios universitarios y estudió para ser pianista profesional, pero abandonó su carrera luego de haberse casado, algo que Mafalda le recrimina en varias ocasiones y que incluso no puede comprender.
Felipe
Felipe es un amigo de Mafalda, pero no aparece desde el principio. Su primera aparición se da en la publicación del 19 de enero de 1965, casi cuatro meses después de que Mafalda hubiera aparecido en Primera Plana.
Felipe va un curso más arriba que ella en la escuela primaria y, sin embargo su personalidad es más simple e ingenua. Se caracteriza por ser perezoso, soñador, tímido y despistado, vive agobiado por sus tareas escolares. Ve la vida de manera más sencilla que Mafalda y de forma más acorde con su edad. Le gusta leer historietas de El Llanero Solitario, escuchar a Los Beatles, y jugar al ajedrez. Muestra interés por una chica llamada Muriel, quien no parece percatarse de su existencia. Vive en el mismo edificio que Mafalda y su familia.
Manuel "Manolito" Goreiro
Manolito es otro amigo de Mafalda, que es hijo de un comerciante de barrio y propietario del almacén "Don Manolo". Manolito representa las ideas capitalistas y conservadoras dentro de la historieta, además de constituir una caricatura del inmigrante gallego, dado que es tosco, ambicioso y materialista, pero no malintencionado. Concurre a la escuela, pero eso es secundario para él; en el resto de su tiempo ayuda a la venta y distribución de productos en el almacén de su padre y le interesa estar al tanto de todas las operaciones de entrada y salida de dinero de la tienda.
A diferencia del resto de los personajes, a Manolito le gusta la sopa y desprecia a Los Beatles y a las tendencias juveniles de los años sesenta. Parece carecer de fantasía e imaginación, aunque demuestra un gran oportunismo comercial. Su mayor aspiración es convertirse en un importante ejecutivo dueño de una cadena de supermercados y enviar a Rockefeller a la quiebra.
Susana "Susanita" Clotilde Chirusi
Ella es una amiga de Mafalda. Hasta la llegada de Libertad, Mafalda y Susanita son las únicas mujeres del grupo de amigos de la historia. Parlanchina, pendenciera, chismosa y en ocasiones altanera, Susanita puede llegar a ser agobiante para el resto del grupo, aunque ella no lo percibe. Es además racista, despectiva de los pobres, admiradora de la oligarquía y más preocupada por la imagen y la moda que el resto de sus amigos.
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