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Chile: Ilustrador Max Feito y su segundo libro: «Absurdo Mundo»


«Absurdo Mundo» es el nombre del segundo libro del ilustrador Max Feito, el cual recopila ilustraciones que el artista ha estado compartiendo en sus redes sociales, pero también incluye trabajos inéditos, que solo se podrán encontrar en el libro.

La publicación cuenta además con un prólogo del destacado ilustrador nacional Francisco Olea, más conocido como Oleismos. Sobre «Absurdo Mundo», su autor nos comenta que «tiene la agudeza misma de manera ilustrada. Se tocan temas sociales, políticos y también relacionados a la pandemia desde una mirada sarcástica, humorística y absurda».

«Este libro es una especie de catarsis ilustrada que nos ayuda a visualizar de manera lúdica y entretenida ciertas acciones absurdas e incomprensibles que tenemos como humanos. Esta vez y a diferencia de mi primer libro, toco temas mas globales y transversales como las guerras, la crisis en Afganistán, la muerte, la pandemia, etc.”, agrega Max Feito.

Este es el segundo libro que lanza el ilustrador de manera independiente. El primero fue «Contingencia Ilustrada» donde retrataba en su ya clásica manera humorística y sarcástica todo lo ocurrido durante el año post estallido social.

«Absurdo Mundo» se puede conseguir directamente con el artista en el correo max@maxfeito.com, o en sus redes sociales:

Instagram/Twitter: @maxfeito
Facebook: @maxfeitoilustrador

Max Feito se ha desempeñado por mas de 15 años como diseñador gráfico e ilustrador. Ha sido responsable de los discos del músico nacional Manuel García, de artistas emergentes del Sello Azul como Amanitas, Patricio Cáceres, Kitra, entre otros. Ha estado a cargo de las reediciones de los vinilos y cds de Los Prisioneros y Aparato Raro, también ha desarrollado la línea gráfica de algunos eventos locales, como es el festival de videojuegos Festigame, el Festival Internacional e innovación Social fiiS y Talentoso. También ha estado detrás de la creación y producción del mosaico que se armaban en los partidos clasificatorios de la Selección Chilena.

El Ciudadano

 


El ilustrador, Max Feito, comenta sobre su libro "Absurdo Mundo".

Entrevista al autor de “Absurdo Mundo” Max Feito: “Siempre estoy mezclando temas sociales con el absurdo”

En el lanzamiento del libro Absurdo Mundo, en la Galería de CityLab en el Centro GAM, conocimos a su autor Max Feito, a quien entrevistamos sobre este nuevo trabajo basado en viñetas con humor, contingencia, actualidad y mucho sarcasmo. Esto fue lo que nos contó.

¿Cómo surgió la idea de hacer el libro Absurdo Mundo?

Yo ya había hecho un libro el año pasado, que se llama Contingencia Ilustrada y después de ese libro me propuse hacer un libro anual -esa es la idea-. Una vez terminado el primer libro, empecé a dibujar pensando en un segundo libro. De hecho, se iba a llamar Contingencia Ilustrada 2, pero a final del camino, decidí cambiarle a Absurdo Mundo. Me quería salir del título Contingencia Ilustrada. Si bien al final, lo que hago en cuanto a dibujo, es sobre la contingencia y lo que nos pasa día a día. Pero también como título de libro, pensaba que me iba quedar muy pegado en un tema o quizás la gente lo iba a relacionar con el libro anterior, siendo que este libro tiene un poquito menos de política dura local y tiene temas más transversales. Toco temas de política nacional, pero es muy poco comparado al primero. También, en cuanto al humor y las viñetas, yo quería salir de lo político y hacer temas más transversales, más internacionales o atemporales, para que el libro funcione cinco años después, diez años después y no tenga que estar echando para atrás la cabeza para decir: «¿Qué quiso decir con esta viñeta?» o «¿En qué año fue pensada esta viñeta?». Ahí fue cuando me desligué de Contingencia Ilustrada, lo cambié a último minuto a Absurdo Mundo. 

A pesar de que te alejaste un poco de la contingencia, sigue resonando mucho el tema. 

Es que el absurdo está en todas partes.

¿Cómo fue ese proceso creativo para desarrollar estas viñetas?

Me fui fijando en las conductas que tenemos como sociedad, tanto nosotros como individuos y también los entes gubernamentales o personas de las cuales dependemos. Esa era mi base, ir viendo qué cosas hacían y dentro de lo que hacían, rescatar la parte absurda, porque si hacen algo lógico, quizás no da para reírse, para humor, pero cuando pasan estas cosas absurdas, sí se da para dibujarlo. Me fui basando en las cosas cotidianas que nos pasan. A diferencia del primer libro, aquí sí hago un ejercicio más propio, que es poder transmitir un mensaje fuerte, ojalá sin texto, sin diálogo. Fue un trabajo donde tuve que pensar más la construcción de la viñeta, para que, con menos elementos, pudiera decir un mensaje potente. A diferencia del primero que tiene más texto, más diálogo y a veces, cuando hay más texto, es más fácil hacer el dibujo, porque lo ayuda. Aquí no, al no tener texto tenía esa complejidad, de saber qué pieza ocupar, ponerlas bien, para generar cierta tensión, o que el ojo se vaya a la parte que yo quiero que se vaya. Ahí me fui fijando en esas cosas para este nuevo libro.

¿Esta fue una autopublicación? ¿Cómo fue el trabajo con CityLab?

Sí, al igual que el primero fue una producción propia. CityLab me ayudó a la difusión, a generar esta comunidad de artistas que nos ha servido harto a nosotros, para apoyarnos, para conocernos. El primer libro lo tenían a la venta en el GAM. Tienen unos ejemplares allá. Yo también tengo ejemplares en mi poder, entonces ahí lo voy moviendo. El autobombo sirve.

Cuéntame sobre tus inicios en la ilustración. Tú eres diseñador gráfico y después llegaste a desarrollar este arte a través de la ilustración ¿Cómo fue ese camino y cómo llegaste a hacer este tipo de trabajos?

Siempre he ilustrado, pero cuando me metí a la carrera de diseño, por tiempo, dejé un poco la ilustración. En ese tiempo -te estoy hablando del año 2000- no había redes sociales, entonces para un artista, mostrar su trabajo, era mucho más complejo. Más adelante, a mediados de esa década, estaban los blogs, pero yo no era muy computín en ese tiempo. Además, en la carrera me fui metiendo en la parte gráfica más que en la ilustración. Si bien, en primer o segundo año quedé para trabajar en ChileAnimadores, que hacían unos dibujos para FoxKids, pasaba las pruebas, pero yo era medio ingenuo, no cachaba cuál era la intención de ese trabajo, hasta que quedé en el equipo de ilustradores, donde hacíamos animación para Fox. Cuando entendí que era pega y tenía que dejar la universidad de lado, ya me había cambiado de universidad. Ahí dije: «Mi viejo me va a matar, si es que me cambio de nuevo», así que deseché eso. Fue la parte más arriba que estuve en cuanto a ilustración, en cuanto a técnica, y ahí me metí al diseño. En el diseño uno empieza a trabajar ligado con el dibujo, dependiendo de la mano gráfica de cada uno. Yo siempre me metía en el dibujo, en el diseño o donde se pudiera, pero también al trabajar con software, con las tabletas wacom, que en ese tiempo eran mucho más primitivas, la mano se iba endureciendo. A veces quería dibujar algo simple, como lo que hago hoy en día, pero como no tenía el entrenamiento, me frustraba, no quedaba contento con eso. Tampoco tenía una continuidad de dibujo. Al no tener eso, uno no tiene esa identidad que uno anda buscando. Hace siete años atrás dije: «Me voy a enfocar en el dibujo». Ya había redes sociales, era mucho más fácil compartir tu arte y ahí me empecé a enfocar más en eso, sin dejar de lado el diseño, que es lo que hasta el día de hoy me da de comer y también es en lo que trabajo, pero con el objetivo puesto en el dibujo, en entrenar, en practicar todos los días, en llegar a un trazo que a mí me acomode. Uno siempre, como ilustrador, está buscando, al principio, identificarse con un trazo, que es lo que le gusta más, para dónde querer ir, cuál es el enfoque de tu dibujo. Al principio yo pensaba en Pixar, en dibujar en 3D, después aprendí 3D y no me gustó. Hacía un dibujo con mucho detalle, muy artístico, pero sentía que quedaba ahí… Cuando chico conocí a Kino y fue cuando me cambió todo mi concepto de dibujo y le encontraba mucha razón, en el sentido de que, con pocas cosas, podía decir algo muy potente. También hablaba sobre temas sociales, que son temas que a mí me gustan mucho y que, desde chico, siempre me he cuestionado. Ahora, más grande, más maduro, dije: «Tengo una herramienta que es el lápiz, tengo mi cabeza y a través de los dibujos puedo dar mi opinión»: No necesariamente mi opinión 100%, sino que veo en el entorno, y empecé a trabajar eso, afinar mi trazo, afinar también el lenguaje. Al principio yo tenía otro tipo de trazo, o de línea gráfica y con el tiempo empiezas a encauzar tu dibujo. Yo creo que estos últimos siete o seis años, que estoy de lleno en esto, se ha ido encauzando mi intención con el dibujo. La gente quizás ya me reconoce por mi mensaje, por cómo digo las cosas.

Tienes un estilo super particular e identificable. A propósito de la contingencia, a pesar de que te estás tratando de desprender de eso, hay una imagen tuya que fue muy difundida el día de elecciones, en la que aparece el mapa de Chile y dice: «Necesito una profunda terapia» ¿Cómo surgió esa ilustración y cómo se viralizó tan rápido ese día? 

Ese dibujo ya lo había hecho un tiempo antes, pero lo hice pensando en el libro. El dibujo está en el libro, pero tiene otro texto, donde el concepto es muy parecido, pero cambié el quién hablaba. En el dibujo original hablaba el psicólogo, que le decía a Chile que tenía síndrome de Estocolmo, que es un poco similar a la viñeta que saqué el domingo. Me ha pasado también con otras viñetas, que a veces las vuelvo a subir, sin hacerle ningún cambio, y al tiempo después, en un momento puntual de lo que estamos viviendo, y explota mucho más, de lo que explotó la primera vez que la subí. En este caso, el domingo, que fue un día especial -todos lo vivimos-, quería decir algo, no sabía qué, estaba con amigos en mi casa y no tenía el tiempo para abstraerme, entonces me puse a pensar: «Tengo esta imagen, ¿qué pasa si le cambio el texto y lo doy vuelta y el que habla es Chile?». Le cambié el nombre, hice unos mini ajustes al dibujo, que me tarda más pensar las cosas que hacerlas. Estuve harto rato pensando en qué hacer, mirando la tele, viendo lo que estaba pasando. Con las emociones de adentro, a veces uno se puede equivocar, es emocional, a veces uno vomita las cosas y el mensaje es más duro de lo que uno quería decir. Entonces dejé que pasara el tiempo, me acordé de que tenía este dibujo y ahí fue cuando lo reciclé. Luego giró por varias partes.

Son cosas fortuitas, a veces un dibujo no funciona tanto como uno esperaba en el momento, pero si lo sacas tres semanas después, o un mes después o un año después -que también me ha pasado-, de repente ¡pum! pega ese dibujo, porque calzó perfecto con lo que estamos viviendo en ese momento.

¿Cómo tu arte puede aportar a la sociedad, y al país?

Yo creo que el arte es super amplio, cada artista tiene su forma de ver y decir las cosas. Para mí sería muy complicado hablar por todos. Yo lo veo desde mi punto de vista. Yo quiero aportar desde el lado de la conciencia, de que la gente se cuestione las cosas. Siento que vivimos en una sociedad adormecida sobre muchos temas, entonces, a través de mis dibujos, quiero mover un poco la conciencia de las personas y quizás puede ser alguna viñeta media humorística, sarcástica o emocional, pero que a través de la viñeta, poder hacer que la gente se cuestione las cosas. Es mi objetivo. Aparte de hacer reír y entregarle un poco de humor a las personas, no quiero que quede solamente ahí, no quiero que sea medio tibio el mensaje. Quiero que ojalá sea potente y esas personas se cuestionen. Mucha gente, que no me conoce y que tiene otros pensamientos, a veces me ha tildado de «comunista», lo que significa que no tiene idea, ni noción del arte ni del dibujo, ni de nada. Porque como toco temas sociales, la gente al tiro, lo liga a los comunistas, es super raro. A estas alturas me da risa. Pero también me ha pasado que personas que son más de un lado, sobre todo de derecha, también me han dicho que les gustan harto mis dibujos, que les han hecho reflexionar. Eso también me gusta que pase; personas que quizás no son mi público objetivo, o a lo mejor mi arte no es para ellos, pero aun así me siguen y les gusta. Hay otras personas que me dejan de seguir simplemente, pero no le puedo dar el gusto a todos, sino me volvería loco. Por lo menos, desde mi punto de vista, es generar conciencia y que la gente atine o le quede dando vueltas lo que le quise decir.

¿Cómo ves el poder de las redes sociales para difundir tu arte? ¿Crees que tu arte se ha acercado a la gente a través de las redes sociales?

Yo creo que sí. También tiene que ver con los temas que uno va tocando y con los momentos que estamos viviendo como país. Para el estallido había una unidad mucho más fuerte que ahora. A varios artistas, nos sirvió para potenciar nuestro mensaje, nuestro arte, para que la gente se sintiera identificada con lo que nosotros estábamos diciendo y ellos pensaban. Pero ahora, con el Covid, siento que también esa fuerza se ha ido desparramando y ya la gente no está tan unida como antes. También me han llegado más críticas, porque hay personas que ahora ya no les gusta lo que subo, pero no puedo hacer nada frente a eso. Pero sí siento que las redes son potentes hoy en día, para poder mostrar nuestro mensaje y llegar a más gente. Bueno ya vimos el fenómeno Parisi, que, a través de puras redes sociales, logró lo que logró. Hay que tener cuidado con las redes sociales hoy en día.

Es como un arma de doble filo. 

Si, por eso hay que saber ocuparlas. Espero yo estar ocupándolas bien.

¿Qué le podrías decir a la gente para que compre tu libro? ¿Con qué contribuyes a través de este libro?

Contribuyo con risas, que es fundamental en la vida; con humor, con sarcasmo, con cosas que tienen relación con las emociones, con la reflexión. Hay dibujos, por ejemplo, de Afganistán, que en una página puede haber un dibujo muy fuerte, muy emocionante, y das vuelta la página, con el mismo tema, puede ser sarcástico. La gente va a encontrar humor y reflexiones. Al final cierro con una especie de homenaje que le hice a algunas personas que se fueron el año pasado, como Charlie Watts, como Qino, que era mi mentor.

La gente también se puede encontrar con risas. Eso es lo que principalmente me gusta, de hecho, siempre he sido así en la vida, en mi grupo de amigos, en todas partes trato de ser la persona que tira la talla de alguna manera o con el sarcasmo. Si la gente quiere mi libro me puede contactar directamente, soy mi propio distribuidor. Yo creo que en un par de semanas más va a estar en Bros Librería. También en el GAM hay ejemplares. Pero también me puede escribir a mí max@maxfeito.com y yo le respondo, nos ponemos en contacto y vemos la parte logística; hacemos despacho a todo Chile. Que me sigan en mis redes, donde más voy subiendo información y cosas contingentes. Ojalá le pudiera agregar más páginas al libro, porque una vez que ya está impreso y yo sigo sacando material, de ahí piensas que ese material nuevo sea parte del libro, pero todavía no se puede hacer eso.

Será para una siguiente edición quizás…

Tengo un libro en mente ya, pero tengo que masticar bien si va a ser el tema que estoy pensando o no. Tengo varios temas en mente, que siempre están ligado a lo social. Me refiero a cosas que nos pasan, cosas que nos cuestionamos, cosas que vivimos. Pero esas mismas cosas yo las puedo trasladar a chistes sobre Jesús, sobre María, el arca de Noé, pero con temas contingentes, por ejemplo. Siempre estoy mezclando temas sociales con el absurdo, con el sarcasmo y ahí tengo que ver también cómo lo encauzo. Si lo encauzo con algún tema bíblico o hablo solamente sobre la muerte. Tengo que ir viendo como desarrollo el nuevo libro. Por lo menos ya estoy pensando en el futuro. Espero el próximo año estar en estas mismas fechas, conversando lo mismo, pero con un nuevo libro.

Título: Absurdo Mundo

Autor: Max Feito

Género: Humor

Formato: Ilustración

Año: 2021

Disponible en: Bros Librería, Centro GAM

Galia Bogolosky
Culturizarte







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