La difícil situación del sector automovilístico europeo (y su impacto en la economía y el empleo) se ha convertido en un tema político candente.
Las autoridades europeas dan la voz de alarma por la ralentización de la producción de automóviles y vehículos eléctricos, que achacan a la sobrecarga normativa y a la dura competencia de rivales mundiales como China.
El sector del automóvil es uno de los pilares de la industria europea y representa el 7% del PIB de la UE. Pero los fabricantes de automóviles tienen dificultades para adaptarse a la producción de vehículos eléctricos de batería, una transición por la que Bruselas apuesta mientras se prepara para eliminar progresivamente la producción de coches con motor de combustión de aquí a 2035, como parte de su ambicioso intento de convertirse en el primer continente neutro desde el punto de vista climático.
Un informe reciente sugería que el bloque de 27 países necesitaría un impulso de 800.000 millones de euros para apoyar su transición hacia la energía limpia y competir con unos rivales comerciales mundiales cada vez más agresivos.
El equipo de Euroverify analiza los datos.
La transición a los vehículos eléctricos, llena de dificultades
La producción de automóviles en Europa se desplomó entre 2019 y 2022 antes de repuntar de nuevo marginalmente en 2023. Pero el número de coches de nueva matriculación en la UE sigue siendo inferior al que había antes de la pandemia del COVID-19.
La proporción de vehículos eléctricos de batería y enchufables en la producción de los fabricantes de automóviles europeos es muy baja y ha disminuido en los últimos meses.
En agosto, las matriculaciones de coches eléctricos cayeron un 43,9% en comparación con el mismo mes de 2023, impulsadas por un sorprendente descenso del 68,8% en Alemania, considerada la potencia industrial del bloque.
Los aranceles a la importación de vehículos eléctricos baratos fabricados en China (que recientemente han inundado el mercado de la UE y han hecho bajar los precios) entrarán en vigor el 31 de octubre y durarán al menos cinco años.
El bloque espera restablecer una competencia leal entre los fabricantes europeos de automóviles y sus competidores chinos. Algunos creen que las nuevas normas de la UE sobre emisiones de carbono, que entrarán en vigor el año próximo, también ayudarán a aumentar la producción europea de coches eléctricos.
A partir de 2025, el límite legal de emisiones de CO2 de los automóviles se reducirá en casi una quinta parte, hasta situarse en torno a los 94 gramos por kilómetro. Además, los fabricantes se enfrentarán a nuevos objetivos anuales para las emisiones de sus vehículos, una medida con la que Bruselas espera incentivar la venta de vehículos de cero o bajas emisiones.
"La industria automovilística no está en crisis, sino en transición", explica a 'Euronews' Lucien Mathieu, director de Transporte y Medio Ambiente (T&E).
"Es importante entender que el mercado del coche eléctrico en Europa está entrelazado con los objetivos de CO2, y hoy los objetivos son los mismos que en años anteriores, así que no hay incentivos para que los fabricantes vendan más coches eléctricos", añadió, afirmando que esto cambiará "radicalmente" el año que viene, cuando entren en vigor los próximos objetivos.
Sin embargo, la principal asociación europea de fabricantes de automóviles, ACEA, pide una revisión urgente y un aplazamiento de dos años de la normativa sobre CO2, por temor a que pueda ahogar aún más la competitividad del sector europeo de los vehículos eléctricos.
La competencia se endurece
La industria automovilística china ha crecido rápidamente en los últimos años, y su producción de coches eléctricos se ha visto favorecida por las generosas subvenciones del Gobierno en toda la cadena de suministro.
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