BANDERAZO DE SALIDA.- El comediante George Burns murió a los 100 años de edad, y a los 85 escribió un libro en el que revela algunas facetas de su buen humor, de su filosofía personal y da valiosos tips para lograr la felicidad en la vida.
Como siguen vigentes, extractamos algunas de sus confidencias. Dijo que, a los 85 años, pensaba que juventud y vejez son simples palabras, y que una regla invariable que todos deben seguir es dejar la cama temprano, en cuanto uno ha despertado... Agrega: La mayor parte de la gente ensaya la vejez desde los 35 ó 40 años, cuando comienzan a pensar en la jubilación y en que llevarán una vida tranquila.
Cuando llegan a los 50 o a los 60 años empiezan a ser verdaderos ancianos, y cuando tienen 70, aleluya, son todo un éxito: ahora ya son viejos.
* * *
CURVA PELIGROSA.- Aprender a envejecer es duro, y la gente empieza a andar despacio, a olvidarse de las cosas... No hay que enojarse, ni lamentarse, ni vivir en el pasado y de los recuerdos.
Pero tampoco hay que cruzarse de brazos, hay que intentar cada día salir adelante, pero en el mundo en que vivimos, no en el pasado ni en el futuro. El presente es lo que cuenta, lo que vale... Lo que empecemos a hacer hoy, hay que hacerlo con la idea de que lo vamos a terminar.
Nunca hay que pensar si tendremos o no tiempo o vida para hacerlo. Lo que cuenta es la voluntad de seguir adelante, y jamás debe uno sentarse a llorar por lo que fue, y a soñar con lo que será.
El pasado está muerto, el futuro es incierto, pero el presente es la vida misma en este instante... Yo como, fumo y bebo tanto que ya le he producido ataques cardiacos a una docena de médicos.
* * *
RECTA FINAL.- Mi estómago parece de acero templado, y cuando me siento a la mesa suelo decirle al mesero: “Quiero un buen pedazo de carne, pero que esté bien cocida y crujiente.
Me gusta todo lo que hace ruido cuando me lo llevo a la boca”... A los 85 años, cuando la mayoría de los hombres de esa edad se quedan dormidos frente al televisor, George Burns filmó dos películas.
Una de ellas, titulada “Con estilo”, en la que actúa con dos bebés de su misma época: Lee Strasenberg, de 78 años, y Art Carneu, de 69... Burns menciona que a su edad seguía viviendo como un adolescente, pero que en esa época se divierte más.
“A los 18 años salía con jovencitas”, dice. “Y ahora lo sigo haciendo”... Burns usaba ropa elegante y alegre y bebía tres cocteles todos los días, se fumaba cuatro o cinco puros y siempre andaba del brazo de una preciosidad... Sobre su viejo hábito de fumar decía que cuatro médicos le habían dicho que era malo para su salud.
Tres de esos médicos se murieron antes que él, y no fumaban. “El otro anda todo achacoso por allí”... Concluye: “Juventud y vejez son sólo palabras porque no hay que andar saltando para demostrar que se es joven.
Hay jóvenes que son viejos a los 30 años. Yo tengo 85 años y me siento como un muchacho de 40” .
El Mañana de México
Como siguen vigentes, extractamos algunas de sus confidencias. Dijo que, a los 85 años, pensaba que juventud y vejez son simples palabras, y que una regla invariable que todos deben seguir es dejar la cama temprano, en cuanto uno ha despertado... Agrega: La mayor parte de la gente ensaya la vejez desde los 35 ó 40 años, cuando comienzan a pensar en la jubilación y en que llevarán una vida tranquila.
Cuando llegan a los 50 o a los 60 años empiezan a ser verdaderos ancianos, y cuando tienen 70, aleluya, son todo un éxito: ahora ya son viejos.
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CURVA PELIGROSA.- Aprender a envejecer es duro, y la gente empieza a andar despacio, a olvidarse de las cosas... No hay que enojarse, ni lamentarse, ni vivir en el pasado y de los recuerdos.
Pero tampoco hay que cruzarse de brazos, hay que intentar cada día salir adelante, pero en el mundo en que vivimos, no en el pasado ni en el futuro. El presente es lo que cuenta, lo que vale... Lo que empecemos a hacer hoy, hay que hacerlo con la idea de que lo vamos a terminar.
Nunca hay que pensar si tendremos o no tiempo o vida para hacerlo. Lo que cuenta es la voluntad de seguir adelante, y jamás debe uno sentarse a llorar por lo que fue, y a soñar con lo que será.
El pasado está muerto, el futuro es incierto, pero el presente es la vida misma en este instante... Yo como, fumo y bebo tanto que ya le he producido ataques cardiacos a una docena de médicos.
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RECTA FINAL.- Mi estómago parece de acero templado, y cuando me siento a la mesa suelo decirle al mesero: “Quiero un buen pedazo de carne, pero que esté bien cocida y crujiente.
Me gusta todo lo que hace ruido cuando me lo llevo a la boca”... A los 85 años, cuando la mayoría de los hombres de esa edad se quedan dormidos frente al televisor, George Burns filmó dos películas.
Una de ellas, titulada “Con estilo”, en la que actúa con dos bebés de su misma época: Lee Strasenberg, de 78 años, y Art Carneu, de 69... Burns menciona que a su edad seguía viviendo como un adolescente, pero que en esa época se divierte más.
“A los 18 años salía con jovencitas”, dice. “Y ahora lo sigo haciendo”... Burns usaba ropa elegante y alegre y bebía tres cocteles todos los días, se fumaba cuatro o cinco puros y siempre andaba del brazo de una preciosidad... Sobre su viejo hábito de fumar decía que cuatro médicos le habían dicho que era malo para su salud.
Tres de esos médicos se murieron antes que él, y no fumaban. “El otro anda todo achacoso por allí”... Concluye: “Juventud y vejez son sólo palabras porque no hay que andar saltando para demostrar que se es joven.
Hay jóvenes que son viejos a los 30 años. Yo tengo 85 años y me siento como un muchacho de 40” .
El Mañana de México
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