‘Curiosity’ detecta en Marte indicios de corrientes de agua que podían llegar a la altura de la cadera
En algún momento del pasado el agua corrió por la superficie de Marte, al menos en el lugar donde ahora se encuentra el Curiosity de la NASA.
Algunas de las últimas imágenes enviadas por el robot desde el planeta rojo muestran gravas de antiguos cauces, cuyos tamaños y formas pueden dar a los científicos pistas sobre la velocidad a la que fluían estos arroyos y la profundidad que tenían.
“Por el tamaño de las gravillas podemos estimar que el agua se desplazaba a poco menos de un metro por segundo”, ha declarado William Dietrich, uno de los investigadores de la misión. En cuanto al nivel del agua, Dietrich ha afirmado que llegaría “al menos a la altura del tobillo y como máximo hasta la cadera”.
Además, el científico asegura que es “la primera vez que se observa directamente material transportado por el agua en Marte, después de muchas especulaciones sobre el tamaño de estos sedimentos”.
El descubrimiento se produjo en la base del monte Sharp, dentro del cráter Gale, en dos afloramientos rocosos llamados Hottah y Link.
Según la NASA, la forma redondeada de algunas de las piedras indica que fueron transportadas a larga distancia, y la abundancia de canales sugiere que se trataba de un flujo continuado, y no de corrientes temporales. Por otro lado, los investigadores señalan que el tamaño de estas gravillas varía de tamaño, entre el de un grano de arena y el de una pelota de golf.
La presencia de agua suele asociarse con la posibilidad de la existencia de formas de vida. Según John Grotzinger, del Instituto de Tecnología de California, “una corriente larga de agua puede ser un entorno habitable, aunque no era la zona por la que más apostábamos como entorno para albergar vida”.
“Lo que es seguro es que ya hemos encontrado el primer entorno potencialmente habitable en Marte”, concluye el investigador.
El Curiosity, que aterrizó en Marte el día 6 de agosto, tiene como misión en los próximos dos años investigar si en la zona del cráter Gale han existido alguna vez condiciones favorables para la vida microbiana, y en poco menos de dos meses ya ha empezado a arrojar los primeros resultados positivos. A bordo viaja un instrumento español, REMS, cuyos datos preliminares también se han presentado esta semana. (Fuente: SINC)
NCYT
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