En el marco del proyecto curatorial La Toma, el artista visual y académico del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile, Francisco Sanfuentes, presentara Sonidos Precarios, una puesta en escena que entrecruza música y visualidad.
Esta actividad se realizará en el espacio de Residencia Anexo Placer, al alero de la Galería Factoría de Arte Santa Rosa (Santa Rosa 2260), este viernes 12 de agosto a las 19:30 horas. La entrada es liberada.
Organiza: Proyecto Curatorial "La Toma"
Académicos y egresados desarrollan proyecto de residencia en Anexo Placer
El proyecto curatorial "La Toma" tiene como finalidad realizar una investigación sobre el fenómeno de las tomas que se han producido en Chile.
Siete artistas del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile comparten el Espacio de Residencias "Anexo Placer" perteneciente a la "Factoría de Arte Santa Rosa", en donde llevan a cabo un taller colectivo para la creación de instalaciones e intervenciones, como parte del proyecto curatorial "La Toma".
Los académicos del Departamento de Artes Visuales, Francisco Brugnoli y Sergio Cerón y los egresados Cristian Rodríguez, Ricardo Lagos Miranda (Neto), Cristian Inostroza, Felipe Weason en conjunto con Víctor Hugo Bravo, conforman el heterogéneo grupo de artistas que desde marzo a agosto llevan a cabo el proyecto curatorial La Toma.
Dicha iniciativa tiene como finalidad realizar una investigación sobre el fenómeno de las tomas que se han producido en Chile, definidas como los procesos sociales donde un grupo de sujetos establecen una colectividad, con el objetivo de ocupar un determinado territorio en el cual poder establecer un nuevo orden para proyectar sus propias políticas disidentes al poder hegemónico de su contexto original.
“Las tomas son un fenómeno característico de este país, por eso es muy interesante analizarlas, porque generalmente esos procesos terminan con la masacre de las personas que se toman el lugar. Por ejemplo lo ocurrido en la toma de la Pampa Irigoin, en Puerto Montt, los mataron a todos. Hoy en día ya no se masacra, sino que se reprime con fuerzas policiales. Entonces esas son las cosas que se pregunta este proyecto: ¿Por qué siempre el poder estado, en el caso de las tomas políticas, necesita borrar cualquier registro vital de ese gesto?”, indicó Neto, artista y uno de los curadores del proyecto.
Desde esa premisa surge el interés por investigar estos movimientos sociales, para desde allí, sustraer conceptos y metodologías propias de la política, buscando desplazarlos hacia el terreno del arte.
“Proponemos esta forma social de desacato, como concepto catalizador para plantear otras formas posibles de colectividad, buscando distanciarnos de las actuales estrategias mercantiles, que generan agenciamientos transparentes (pintores con pintores, conceptuales con conceptuales, muralistas con muralistas etc.). También buscamos en el concepto de toma, poder revitalizar y problematizar la noción de taller, buscando convertir el espacio de residencia tanto en lugar de trabajo, como en espacio de exhibición”, manifiestan los artistas en el proyecto propiamente tal.
Así, a través de la heterogeneidad del grupo -manifestada en diversidad generacional, diversidad de técnicas y de disciplinas- los integrantes de La Toma desarrollan sus obras en el Galpón de Avenida Santa Rosa. “El taller es colectivo, entonces se empiezan a mezclar nuestros estilos de vida (horarios, puntos de vista, etc.) con la realización de las obras. Todo eso empieza a significar, así como también el galpón está significado, y la idea es que las obras empiecen a contener esos significados también, que se empiecen a resignificar en una especie de habitar que es lo que pasa en las tomas”, señaló Neto.
De esta forma el grupo de artistas ejecuta el proyecto residencial dándole el carácter de lo que sería una toma, asumiendo que éstas siempre implican una apropiación por parte de un grupo de sujetos respecto de un lugar, de un momento y de un espacio. Al respecto aclaran, “las tomas son acciones que tienen por finalidad apoderarse de un territorio vetado para un determinado grupo, con el fin de establecer allí un nuevo orden que desacata las estructuras previamente establecidas. Entonces como se arma esta autodeterminación, el poder oficial necesita eliminarlos”.
Algo similar a lo que, según el Neto, ocurre en los montajes de arte. “En las exposiciones te dicen ‘así no se monta una obra’, ‘no te salgas de este parámetro’, porque si uno se empieza a salir de ahí le generas problemas a los demás artistas que no están en ese juego”, señaló y agregó, “cuando hicimos el análisis de campo con Víctor Hugo Bravo -otro de los curadores- nos dimos cuenta que el estado del arte sigue siendo muy higiénico porque es muy catalogable. Se sube de inmediato a Facebook, al Tumblr y se dividen en escultores, pintores contemporáneos, etc., porque todo tiende hacia la categorización y eso es porque hay normas de control que están operando siempre. Entonces la idea de esto es juntar a gente que no se junta; gente que no es de la misma teoría, de la misma línea y vamos a tener que saber sobrellevar los roces internos que se van comenzar a producir con eso”.
Los ejes de trabajo
De allí que la curatoría La Toma se planteé como un ejercicio experimental, que aprovecha la lógica de una residencia, proponiendo dos ejes centrales de trabajo. El primero consiste en desarticular los modos de asociación entre artistas. Punto que se ve reflejado en la diversidad de los participantes del proyecto.
“Cuando empezamos con las convocatorias, con Víctor Hugo Bravo nos propusimos invitar a artistas que nosotros sabemos que podrían cruzarse y que dichos cruces no serían tan coherentes a primera vista. Así llegamos a Francisco Brugnoli por ejemplo, que tiene 80 años, y estoy yo (Neto), que tengo 24 años. Entonces ahí ya tienes un salto generacional súper grande que es muy interesante, porque en Chile tiende a pasar que se asocia al artista por temáticas o por catálogo, pero nunca se puede entender que un grupo de artistas experimente y que como experimentación sucedan cruces incomodos”, recalcó el artista.
Como segundo eje, los artistas fueron convocados a trabajar en el galpón de residencias con el objetivo de crear obras tanto individuales, como trabajos de carácter colectivo, para generar instalaciones de sitio específico para el mismo espacio del taller, así como intervenciones en el barrio aledaño.
“Esta es una instancia de prueba, porque comúnmente uno no tiene un galpón para experimentar durante cinco meses. Por eso nosotros estamos sujetos a un juego que va ir cambiando a medida que se van produciendo discusiones internas, reflexiones, y eso es lo interesante. Además el galpón está ubicado en el Barrio Franklin que tiene una gran historia. Está el matadero, hay puestos de comida, está el persa y también se da una situación de toma. Entonces como dijo Felipe Weason: ‘esto es como una ameba, una cosa que vive no más’”, señaló el curador.
Gracias a ese vínculo con el en torno, el proyecto La Toma fue seleccionado por el equipo de la Factoría de Arte Santa Rosa, encabezado por el destacado artista nacional, Ismael Frigerio, quien se refirió a la elección de esta iniciativa para ser desarrollada en el galpón Anexo Placer, afirmando que, “siempre hemos trabajado con proyectos colectivos que se vinculen con el medio. En este caso específicamente, nos pareció pertinente desarrollar un proyecto que aluda a las condiciones sociales del barrio Matadero o Franklin, por todo lo que ha sucedido con la invasión inmobiliaria, que para nosotros es otra forma de "Toma", y por ser además una zona que contiene un patrimonio y una historia de trabajadores y empresas en el tiempo en que Chile quiso ser una república, cuestión que se fue transformando con la modernidad”.
Exhibiciones y mesas finales
Dicha vinculación con el medio no solo contempla la creación de obras a partir del contexto del barrio Franklin, sino que también se considera la apertura de puertas del galpón para establecer un modo de producción donde el lugar de creación sea también un lugar de exhibición.
Si bien, actualmente los sábados y domingos la gente que transita cerca del galpón Anexo Placer puede acceder al espacio donde trabajan los artistas. La organización de La Toma pretende abrir las puertas del galpón en dos oportunidades, al estilo de las tradicionales residencias. “La idea es mostrar los procesos de obra, que es lo que generalmente se hace en las residencias, con una primera apertura de puertas durante el mes de junio”, explicó el responsable del proyecto.
Finalmente el proyecto culminará con una exhibición de las obras realizadas durante los seis meses de trabajo en el galpón Anexo Placer. Esta exposición será de carácter específico del lugar, tal como lo expresa el propio curador: “Hay una condición de sitio especifico que es importante recalcar, porque este proyecto se basa en las tomas y éstas siempre tienen una condición intrínseca y es eso lo que queremos plasmar en la muestra”.
De esta forma, las instalaciones no tendrán límites claros unas con otras, además no serán identificadas individualmente, buscando así proponer al igual que en las tomas, la anulación del sujeto individual en pro del colectivo.
Una serie de actividades abiertas a todo público como mesas redondas, ponencias y “escritura pura y dura”, también serán parte del cierre del proyecto. Para eso invitarán a distintos teóricos del arte como: Lucy Quezada y Mauricio Bravo, quienes, reflexionarán sobre los mismos cuestionamientos que desde un principio se plantearon los siete artistas y que dan vida al proyecto curatorial La Toma: “¿Cómo plantear otros modos de producción? ¿De qué manera es posible revitalizar ciertos discursos artísticos que han pasado a ser historia-consumo? ¿Qué estrategias han de ser utilizadas para volver a generar irrupción en las escenas culturales? ¿Es todavía posible darle materia a las pulsiones sociales desde el arte?”, se preguntan.
Francisco Brugnoli, Sergio Cerón y los egresados Cristian Rodríguez, Ricardo Lagos Miranda (Neto), Cristian Inostroza, Felipe Weason, además de Víctor Hugo Bravo conforman el equipo de "La Toma"
La idea es investigar estos movimientos sociales, para desde allí, sustraer conceptos, metodologías y temáticas propias de la política, buscando desplazarlos hacia el terreno del arte.
Proponemos esta forma social de desacato, como concepto catalizador para plantear otras formas posibles de colectividad, buscando distanciarnos de las actuales estrategias mercantiles", dijo el Neto.
Ismael Frigerio dijo, "siempre hemos trabajado con proyectos colectivos que se vinculen con el medio. Nos pareció pertinente desarrollar un proyecto que aluda a las condiciones sociales este barrio".
Finalmente el proyecto culminará con una exhibición de las obras realizadas durante los seis meses de trabajo en el galpón Anexo Placer.
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