“El mundo debería reírse más, pero después de haber comido.”
"Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado."
“¡Ahí está el detalle! Que no es ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario.”
“Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos.”
“Si tan solo rigiéramos nuestras vidas por la sublimes palabras que hace 2000 años dijo aquel humilde carpintero de galilea sencillo, descalzo, sin frac ni condecoraciones “amaos, amaos los unos a los otros” pero, desgraciadamente, ustedes entendieron mal y confundieron los términos. ¿Y qué es lo que han hecho?, ¿qué es lo que hacen? Armaos los unos contra los otros. He dicho.”
Discurso para lanzarse como diputado:
Pueblo que me escucha, aquí me tienen delante de ustedes y ustedes delante de mí y es una verdad que nadie podrá desmentir Y ahora me pregunto ¿y porque estoy aquí? (...) estoy aquí porque no estoy en ninguna otra parte y porque ustedes me llamaron y si el pueblo me llama, el pueblo sabrá por qué. Yo, contrariamente a lo que dijo cierto sujeto, que no quiero pronunciar su nombre pero que lo estoy viendo, no represento ningún partido y no represento ningún partido porque me represento independiente, porque como dice el dicho "más vale solo que mal acompañado" (...) Y ustedes se preguntarán, este joven de tan tierna edad, de acento tan distinguido, ¿será capaz de conducir la nave a buen puerto? Pues este joven, que entre paréntesis es el que les habla, les contestará: A pesar de ser tan pollo, tengo más plumas que un gallo y sobre todo, tengo ganas de hacer justicia y darle al pueblo lo que el pueblo necesita.
Cantinflas [Mario Moreno Reyes]
(Ciudad de México, 1911-id., 1993) Actor cómico mexicano. Se hizo mundialmente célebre con el nombre de su personaje Cantinflas, al que dio vida en la mayoría de los filmes que rodó.
De orígenes humildes, se enroló en una compañía de cómicos ambulantes y recorrió todo México. En el circo desarrolló todo tipo de trabajos, entre ellos interpretar pequeños papeles.
A finales de los años veinte comenzó a actuar en los locales de Ciudad de México y creó la imagen prototípica con la que se haría famoso. En 1930 era ya el cómico más famoso del país. En 1934 conoció a la actriz de origen ruso Valentina Subarev, con quien contrajo matrimonio y tuvo a su único hijo, Mario Arturo.
En 1936, con el amplio bagaje acumulado durante su estancia en el circo de Jalapa, representando papelitos en pequeños montajes teatrales -excepcionalmente musicados al estilo del género chico- debutó en la película No te engañes corazón, a la que siguieron Así es mi tierra y Águila o sol (1937), El signo de la muerte (1939) y toda una serie de cortometrajes.
No obstante, no se consagró definitivamente como ídolo indiscutible hasta 1940, en el filme Ahí está el detalle -dirigido por Juan Bustillo Oro-, en cuya última escena y mediante su delirante discurso, Cantinflas se salta las convenciones sociales, logrando cambiar el veredicto del juez. Esta película le brindó la ocasión de fundar la compañía Posa Films, productora de Siempre listo en las tinieblas (Always Read in the Darkness) y Jengibre contra dinamita (Ginger versus Dynamite), fallidos intentos de penetrar en el mercado hollywoodiense. Pese a ello, a partir de su debut como protagonista en la película Ahí está el detalle (1940), el actor, con sus casi cincuenta filmes, batió récords de recaudación en las salas de exhibición hispanoamericanas durante tres décadas seguidas.
La popularidad de este monstruo sagrado del cine mexicano y, en general, del cine en español debe mucho a su trabajo en las películas Ni sangre ni arena (titulada en Estados Unidos Neither Blood and Sand) y El gendarme desconocido (1941), en las que descubrió a su director ideal, Miguel M. Delgado, ayudante del realizador Alejandro Galindo. La primera era una parodia de la obra de Vicente Blasco Ibáñez, cuya versión cinematográfica había sido recientemente estrenada en Estados Unidos, protagonizada por los actores Tyrone Power, Rita Hayworth y Linda Darnell. Con ambas obras, Mario Moreno esperaba amortizar el esfuerzo económico invertido en Posa Films, de la que llegó a ser único productor. No en vano Ni sangre ni arenarecaudó 54.000 pesos en cuatro días durante su estreno en el Teatro Alameda.
Este éxito desbordante continuó con El gendarme desconocido (The Unknown Policeman), con Mapy Cortés y Gloria Marín, considerado como uno de los mejores filmes del actor mexicano. En él, la ridiculización de la policía, generalmente detestada por el público, se establece desde el mismo momento en que Cantinflas aparece con su habitual uniforme desastrado.
Cantinflas en El supersabio (1948)
y en El analfabeto (1960)
y en El analfabeto (1960)
En 1944 entró a formar parte del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica (STIC), fundado en 1919 con el nombre de Unión de Empleados Confederados del Cinematógrafo. Su aportación fue decisiva en la mejora de las condiciones de contratación del personal de los estudios, pues encabezó una proyectada huelga, secundada por Jorge Negrete y Arturo de Córdova (con quien mantuvo una fuerte polémica por la dirección de la Asociación Nacional de Actores [ANDA]).
En los años cincuenta, sus cintas muestran un cambio: del personaje de la picaresca urbana y popular sólo quedaría un humor basado en el uso reiterativo del "cantinflismo", la habilidad para hablar mucho y no decir nada. En todas ellas, Mario Moreno se convirtió en un portador de juicios y críticas contra la sociedad "pueblerina", en particular, y contra la humanidad, en general. De este modo, arremetió con singular hincapié contra la "aristocracia desnaturalizada", haciendo que triunfara lo auténtico sobre lo falso. Se constituyó en el hombre que siempre decía la verdad, aunque en forma sarcástica, y sufrió las consecuencias de esa fidelidad a sí mismo.
Excepcionalmente, participó en la superproducción estadounidense La vuelta al mundo en ochenta días (1957). La película obtuvo una buena acogida, que propició que el actor rodara luego Pepe, dirigida por George Sidney en 1960. El fracaso del filme decidió a Mario Moreno a no volver a probar fortuna fuera de las fronteras de su propio país, con la única salvedad del largometraje español Don Quijote cabalga de nuevo, dirigido por Manuel Delgado, con quien había trabajado en filmes como El bolero de Raquel (1956) y El padrecito (1965), el primer largometraje que el actor rodó en color.
Si en sus interpretaciones denunciaba las desigualdades sociales y la insolidaridad, en la vida real realizaba obras caritativas y llegó a montar una oficina para los necesitados. La última etapa de su vida, después de enviudar en 1966, estuvo marcada por su participación en actos sociales y políticos (incluso llegó a pronunciar un discurso en la Asamblea de las Naciones Unidas).
Un genio cómico
Pero lo cierto es que Cantinflas será recordado por hacer triunfar a un pícaro de buen corazón que presenta cierto paralelismo con el personaje de Charlot de Charles Chaplin, si bien la clave del mexicano estuvo siempre vinculada a su disparatada e inagotable verborrea, que lo convirtió en el genio cómico más popular que México ha dado. Su personaje basó su comicidad en unas reacciones ingenuas, en su asombrosa naturalidad y en sus personalísimos y desvariados monólogos, continuos, embarullados, inagotables, auténtico flujo del más delirante verbalismo que empezaba con inusitada fluidez y terminaban en balbuceos y galimatías ininteligibles, en interminable verborrea, mientras movía incansablemente su mano izquierda para acompañar la insólita proliferación de sus muecas.
Su actuación era, ante todo, fruto de la soltura y la agilidad; las situaciones más disparatadas y extraordinarias brotaban con maravillosa sencillez. De Mario Moreno no pasarán a la historia del arte cinematográfico unas películas que no tienen, a decir verdad, nada de extraordinario, pero, en cambio, su personaje, su figura, su personalísimo estilo interpretativo y su singular sentido del humor ocupan ya, por méritos propios, un lugar relevante en el firmamento del séptimo arte.
Sus caídos pantalones, su aspecto descuidado y chabacano se convirtieron en el estandarte hispano de una clase de humor, teñido de absurdo, que tiene, tal vez, sus mejores representantes en los míticos hermanos Marx y que le permitió alcanzar una enorme popularidad en los países de habla española, aunque ponía trabas, simultáneamente, a sus posibilidades de atravesar las fronteras idiomáticas, pues, como ya se ha indicado, su personaje cinematográfico, debía buena parte del éxito que obtuvo a su libérrima utilización del idioma, una característica que, como es lógico, hacía muy difícil la penetración de su humor en ámbitos distintos al de la lengua española.
Su exagerada caricatura del "pelao" mexicano -miembro de la clase baja, equivalente al golfo madrileño o al "roto" chileno-, se apoyaba en unos calzones siempre a punto de caer, sujetos las más de las veces con un imperdible, que parecían exigir a gritos un cinturón o unos tirantes, en unos zapatos hechos trizas, una camisa arrugada (cuando la llevaba) saliéndose por todas partes, un raído sombrero de paja y un trapo que le colgaba del hombro, a modo de gabardina.
Esta indumentaria se convirtió en el signo distintivo de su humor y de su obra, hasta el punto que, desencarnada ya, abandonando los límites del actor Mario Moreno, pasó a configurar el personaje televisivo de una larga serie de dibujos animados, cuyo rostro sin afeitar y desgraciada estampa corresponden indistintamente a la de un vagabundo o a la de un pordiosero dueño, como su creador, de un lenguaje fluido, incontenible e incoherente, confuso y disparatado, incomprensible pero indispensable para poder salirse con la suya en las situaciones más dispares.
Considerado por muchos el sucesor de Charles Chaplin, Cantinflas heredó de aquél el corazón. Sólo que el pelao mexicano, tan pobre como Charlot, a diferencia de éste, no vivía obsesionado por su pobreza y se permitía el lujo de compadecer a los ricachones.
Biografías y Vidas
Discurso de Su Excelencia - Mario Moreno Cantinflas
MARIO MORENO "CANTINFLAS" (1992) SU ULTIMA ENTREVISTA POR TELEVISION
CANTINFLAS - El Último Adiós ( 20 de abril de 1993 )
Las dos vidas de Cantinflas
Muchos creen que Cantinflas fue el mejor actor de comedia de la historia de México. Pero Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, su nombre verdadero, era una persona radicalmente distinta.
Su personaje, un simpático joven con un trozo de tela al hombro a la que llamaba gabardina, con el pantalón ceñido por un cordón diez centímetros debajo de la cintura, sombrero gastado y con una forma peculiar de hablar sin decir nada, hacía reír a todos quienes lo veían en la pantalla.
Pero en la calle, con sus compañeros artistas o los sitios que frecuentaba el actor se mostraba frío, hostil y soberbio según han contado quienes le conocieron.
Ahora que en México se estrena la primera película sobre la vida del actor, algunos recuerdan esa parte poco conocida del actor.
Contrastes
La escritora Guadalupe Loaeza asegura que Cantinflas y Mario Moreno eran dos personas en una, que vivían en permanente contradicción.
"Era un hombre que mundanamente no era simpático, era desagradable", le dice a BBC Mundo. "Mario Moreno era un personaje muy siniestro, con una ambigüedad muy evidente. Sus colegas no lo querían".
En la película de Sebastián del Amo, el papel de Cantinflas lo interpreta Öscar Jaenada.
Sin embargo otros tienen una visión muy distinta del personaje. Quienes trabajaron con él en el inicio de su carrera dicen, por ejemplo, que repartió entre lustrabotas y vendedores de periódicos su primer sueldo ganado en un teatro formal, el Garibaldi.
Y algunos más recuerdan que durante décadas, en las elecciones presidenciales, miles de personas votaron por Cantinflas como su candidato, aunque el actor nunca participó abiertamente en política.
Sus simpatizantes escribían su nombre en la papeleta electoral. Esos votos fueron anulados pero son una muestra de la confianza y simpatía popular que existe en México por el artista.
El detalle
Mario Moreno fue boxeador, bailarín, mesero y hasta se enroló en el Ejército durante un tiempo, hasta que descubrieron que había mentido sobre su edad para enlistarse.
Entonces nació el personaje. Cantinflas inició su carrera en la década de los años 30 como actor cómico en teatros ambulantes conocidos como carpas, en Ciudad de México.
Ahí está el Detalle es una de las mejores películas de Cantinflas (foto AFP)
Fue un éxito casi desde el principio, y en 1936 filmó su primer película, No te Engañes Corazón que pasó casi desapercibida por el público.
Pero la historia cambió cuatro años después. Su tercer filme, Ahí está el Detalle, se convirtió en un éxito de taquilla y al mismo tiempo marcó la carrera de Cantinflas.
La frase que dio nombre a la película le acompañó en el resto de su filmografía, e incluso en 1956 ganó el premio Globo de Oro con la cinta La Vuelta al Mundo en 80 Días.
En su carrera grabó unas 50 piezas en México y Estados Unidos, la mayoría de ellas, 39, fueron realizadas por su empresa productora Posa Films.
Desde 1993, cuando murió el actor, su hijo adoptivo Mario Moreno Ivanova y su primo, Eduardo Moreno Laparade, sostienen un juicio por los derechos y regalías de estos 39 filmes.
Poder y fortuna
En algunas de sus conversaciones con periodistas Mario Moreno se refería a Cantinflas como otra persona. Y así fue en la vida real, coinciden sus críticos.
En la revista Eme Equis el periodista Luis Guillermo Hernández recordó, por ejemplo, que el actor fue consejero del presidente Gustavo Díaz Ordaz, uno de los mandatarios más polémicos del país pues en su gobierno ocurrió la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968.
También fue promotor del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), según documentos desclasificados de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), que durante décadas fue la policía política del país.
"Su fama pública, su prestigio, pero sobre todo el amor que le tiene la mayoría de la población a su personaje, le permiten tener derecho de picaporte con presidentes, diplomáticos, funcionarios, dignatarios de otros países", escribe Hernández.
"Esa influencia, ese poder político y social, entonces, ha de ser usado por Mario Moreno para su beneficio particular, como han de documentar los espías del propio gobierno", subraya el periodista.
Algo que se tradujo en grandes fortunas, añade la escritora Loaeza, y que agudizó la contradicción de su vida:
Por un lado, en el cine representaba a una persona pobre con poca educación y dinero, pero fuera de las filmaciones vivía con gran lujo.
"Su Cantinflas"
En el cine también hubo dos Cantinflas, asegura Guadalupe Loaeza:
Las películas que filmó en blanco y negro mostraron a un personaje de barrio pícaro y simpático, que con la llegada de los filmes en color se transformó en otro que solía dar lecciones de moral.
A veces sus diálogos coincidían con las políticas del gobierno en turno. "Se volvió muy institucional, en sus películas mandaba mensajes políticos. Ya no era el cómico del pueblo", insiste la escritora.
Pero esto no se notó el 20 de abril de 1993 cuando se rindió un homenaje al actor en el Palacio de Bellas Artes, el principal recinto cultural del país.
Durante 14 horas continuas más de 250.000 personas desfilaron ante su ataúd para despedirlo. Y cuando se recordó el centenario de su nacimiento, en 2011, miles acudieron a los homenajes.
¿Realmente importa la parte desagradable del personaje? "Los mexicanos no la quieren conocer, hay una cierta negación", responde Guadalupe Loaeza.
"Quieren conservar a su Cantinflas, parecía muy cercano al pueblo y no se quieren desilusionar".
BBC
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