No sé yo que haya en el mundo palabras tan eficaces ni oradores tan elocuentes como las lágrimas.
¡Dios me libre de enemistades de amigos!
La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación.
Quien no ama la vida, no la merece. ¿Qué viene a ser esta vida, sino un breve camino para la muerte?
Nadie puede apartarse de la verdad sin dañarse a sí mismo
Es cualquier libro discreto (que si cansa, de hablar deja) un amigo que aconseja y que reprende en secreto.
Quien gobierna, mal descansa
No hay cosa más fácil que dar consejo ni más difícil que saberlo tomar.
Quien mira lo pasado, lo porvenir advierte
“Forzoso es hablarle al vulgo en necio para darle gusto”.
“La poesía es pintura de los oídos, como la pintura poesía de los ojos”.
“Lo que cuenta no es mañana, sino hoy. Hoy estamos aquí, mañana tal vez, nos hayamos marchado”.
"No sé la razón de la sinrazón que a mi razón aqueja".
Lope de Vega
(Félix Lope de Vega y Carpio, Madrid, 1562 - id., 1635) Escritor español. Procedente de una familia humilde, la vida de Lope de Vega fue sumamente agitada y repleta de lances amorosos. Estudió en los jesuitas de Madrid (1574) y cursó estudios universitarios en Alcalá (1576), aunque no consiguió el grado de bachiller.
Debido a la composición de unos libelos difamatorios contra la comedianta Elena Osorio (Filis) y su familia, por desengaños amorosos, Lope de Vega fue desterrado de la corte (1588-1595). No fue éste el único proceso en el que se vio envuelto: en 1596, después de haber sido indultado en 1595 del destierro, fue procesado por amancebamiento con Antonia de Trillo.
Estuvo enrolado, al menos, en dos expediciones militares: una fue la que conquistó la isla Terceira en las Azores (1583), al mando de don Álvaro de Bazán, y la otra, en la Armada Invencible. Fue secretario de varios personajes importantes, como el marqués de Malpica o el duque de Alba, y a partir de 1605 estuvo al servicio del duque de Sessa, relación sustentada en una amistad mutua.
Lope se casó dos veces: con Isabel de Urbina (llamada Belisa en sus versos), con la que contrajo matrimonio por poderes tras haberla raptado antes de salir desterrado de Madrid; y con Juana de Guardo en 1598. Aparte de estos dos matrimonios, su vida amorosa fue muy intensa, ya que mantuvo relaciones con numerosas mujeres, incluso después de haber sido ordenado sacerdote. Entre sus amantes se puede citar a Marina de Aragón, a Micaela Luján (Camila Lucinda), con la que tuvo dos hijos, Marcela y Lope Félix, y a Marta de Nevares (Amarilis y Marcia Leonarda), además de las ya citadas anteriormente.
Obras de Lope de Vega
La obra y la biografía de Lope de Vega presentan una gran trabazón, y ambas fueron de una exuberancia casi anormal. Como otros escritores de su tiempo, cultivó todos los géneros literarios.
La primera novela que escribió, La Arcadia (1598), es una obra pastoril en la que incluyó numerosos poemas. En Los pastores de Belén (1612), otra novela pastoril pero «a lo divino», incluyó, de nuevo, numerosos poemas sacros. Entre estas dos apareció la novela bizantina El peregrino en su patria (1604), que incluye cuatro autos sacramentales. La Filomena y La Circe contienen cuatro novelas cortas de tipo italianizante, dedicadas a Marta de Nevares. A la tradición de La Celestina, la comedia humanística en lengua vulgar, se adscribe La Dorotea, donde narra sus frustrados amores juveniles con Elena Osorio.
Su obra poética se sirvió de todas las formas posibles; le atrajo por igual la lírica popular y la culterana de Luis de Góngora, aunque, en general, defendió el «verso claro». Por un lado están los poemas extensos y unitarios, de tono narrativo y asunto a menudo épico o mitológico, como por ejemplo La Dragontea (1598). La hermosura de Angélica (1602) se inspira en el Orlando de Ariosto, mientras que Jerusalén conquistada (1609) se basa en la obra homónima de Torquato Tasso; cabe incluir en este grupo La Andrómeda (1621) y La Circe (1624). De temática religiosa es El Isidro (1599), y también los Soliloquios amorosos (1626). La Gatomaquia (1634) es una parodia épica.
En cuanto a los poemas breves, su lírica usó de todos los metros y géneros. Se encuentra recogida en las Rimas (1602), Rimas sacras (1614), Romancero espiritual (1619), Triunfos divinos con otras rimas sacras (1625), Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634) y La Vega del Parnaso (1637).
El teatro de Lope
Donde realmente vemos al Lope renovador es en el género dramático. Después de una larga experiencia de muchos años escribiendo para la escena, Lope compuso, a petición de la Academia de Madrid, el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). En él expone sus teorías dramáticas, que vienen a ser un contrapunto a las teorías horacianas, expuestas en la Epístola a los Pisones.
De las tres unidades -acción, tiempo y lugar-, Lope sólo recomienda respetar la unidad de acción para mantener la verosimilitud, y rechaza las otras dos, sobre todo en las obras históricas, donde se comprende el absurdo de su observación; aconseja la mezcla de lo trágico y lo cómico (en consonancia con el autor de La Celestina): de ahí la enorme importancia de la figura del gracioso en su teatro y, en general, en todas las obras del Siglo de Oro; regulariza el uso de las estrofas de acuerdo con las situaciones y acude al acervo tradicional español para extraer de él sus argumentos (crónicas, romances, cancioncillas).
En general, las obras teatrales de Lope de Vega giran en torno a dos ejes temáticos, el amor y el honor, y con su fórmula de la doble acción (una entre nobles y otra entre criados) logró atraer por igual a todos los sectores de su público, desde el pueblo iletrado hasta la aristocracia culta y refinada. De su extensísima obra, más de «mil quinientas» comedias según palabras del propio autor, se conservan unas trescientas de atribución segura.
La temática es tan variada que resulta de difícil clasificación. El grupo más numeroso es el de comedias de capa y espada, basadas en la intriga de acción amorosa: La dama boba, Los melindres de Belisa, El castigo del discreto, El caballero del milagro, La desdichada Estefanía, La discreta enamorada, El castigo sin venganza, Amar sin saber a quién y El acero de Madrid. De tema caballeresco: La mocedad de Roldán y El marqués de Mantua. De tema bíblico y vidas de santos: La creación del mundo y El robo de Dina. De historia clásica: Contra valor no hay desdicha. De sucesos históricos españoles: El bastardo Mudarra y El duque de Viseo.
Sus obras más conocidas son las que tratan los problemas de abusos por parte de los nobles, situaciones frecuentes en el caos político de la España del siglo XV; entre ellas se encuentran La Estrella de Sevilla, Fuente Ovejuna, El mejor alcalde,el rey, Peribáñez y el comendador de Ocaña y El caballero de Olmedo. De tema amoroso son La doncella Teodor, El perro del hortelano, El castigo del discreto, La hermosa fea y La moza de cántaro.
Biografías y Vidas
Lope de Vega, el dramaturgo de las aventuras galantes
La vida convulsa y mujeriega de uno de los máximos representantes del Siglo de Oro contrasta con las 5.000 obras que escribió
Lope de Vega es uno de los escritores más importantes del Siglo de Oro y, por extensión, de la literatura española. El llamado 'Fénix de los ingenios', 'Ingenio de España', 'Poeta del cielo y de la tierra' y hasta 'Monstruo de la Naturaleza', este último apelativo de Miguel de Cervantes a pesar del gran enfrentamiento que mantuvieron, renovó las fórmulas del teatro español en un momento en el que comenzaba a ser un fenómeno masas. De hecho, tiene tanta relevancia su figura que sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y las artes españolas.
En sus 73 años de vida se le atribuyen alrededor de 3.000 sonetos, tres novelas, cuatro novelas cortas, nueve epopeyas, tres poemas didácticos y casi 2.000 comedias. Sin embargo, fue tan prolífico con la pluma en la mano como extremo en su vida y es imposible entender sus obras sin las mujeres. Fue desterrado de Madrid, participó en dos campañas militares, secuestró a una de sus amadas antes de marcharse, fue padre de numerosos hijos legítimos e ilegítimos, se casó dos veces, engañó a todas y hasta se hizo sacerdote para calmar, sin éxito, sus pasiones y, sobre todo, para garantizarse la vejez.
Lope Félix de Vega Carpio nació en Madrid el 25 de noviembre de 1562. Hijo de una humilde pareja de montañeses cántabros del valle del Pas, vino al mundo poco después de que lo hicieran sus coetáneos Cervantes, Góngora, Mateo Alemán y Vicente Espinel. Tuvo otros cinco hermanos y aunque comenzó el colegio a los 10 años, fue un niño tan precoz que a los cinco ya sabía leer el castellano y el latín, y ya traducía y escribió comedias como ‘El verdadero amante’ y ‘La pastoral de Jacinto’
A los 15 años Lope de Vega ingresó en la Universidad de Alcalá de Henares para hacer el bachillerato, pero con la muerte de su padre, un año más tarde, empezó a dar muestras de su carácter altanero y al margen de las normas establecidas al huir de casa con su amigo Hernando Muñoz. A pesar de sus vaivenes, a lo largo de toda su vida mostró gran curiosidad por aprender cualquier disciplina de la vida y leyó e investigó en diferentes materias hasta sus últimos días.
El primer amor conocido de Lope de Vega fue María de Aragón (‘Marfisa’). Se enamoró de ella en 1580 y se convirtió en padre por primera vez cuando aún tenía 18 años. La niña, sin embargo, murió antes de cumplir los cinco años. Dos años después, en 1582, Lope de Vega se alistó en la expedición del marqués de Santa Cruz a las Azores. De vuelta de esta misión conoció al segundo gran amor de su vida, Elena Osorio (la 'Filis', 'Zaida' y 'Dorotea' de sus textos), que ya estaba casada con el actor Cristóbal Calderón. Lope mantuvo una apasionada relación con ella mientras escribía comedias para el padre, el empresario teatral Jerónimo Velázquez. Sin embargo, cuando Elena Osorio enviudó prefirió a un rico hombre de negocios antes que al dramaturgo, así que Lope, resentido, zanjó su acuerdo con el padre y escribió algunos libelos y versos contra ella y su familia.
En 1587 Lope de Vega fue encarcelado a causa de los escritos contra Elena Osorio, pero en prisión siguió redactando otros nuevos, lo que le valió una sentencia de destierro durante cuatro años y del reino de Castilla durante dos. Fiel a su espíritu mujeriego y conquistador, sin embargo, antes de salir de Madrid, raptó, con su consentimiento, a Isabel de Urbina (su 'Belisa'), con la que se casó en 1588.
A los 25 años Lope de Vega ya era lo que hoy describiríamos como un triunfador: un joven famoso y, probablemente, el mejor poeta dramático de España, a pesar de su destierro en Valencia. Pero de nuevo le tentó allí la aventura y, como si no pudiese o supiese estar quieto, se fue a Lisboa para embarcar como voluntario en la Armada Invencible. A su regreso a Valencia siguió creando las solicitadísimas comedias por aquella época, y también algunos romances.
En 1589 murió su madre y, aunque jamás apareció en sus obras, ese hecho produjo notables cambios en su vida. Lope de Vega se fue a Toledo y entró al servicio del duque de Alba. Las muertes de su hija Antonia y, poco después, de su esposa Isabel de Urbina, al dar a luz a otra hija, Teodora, lo dejaron solo y triste al acabar el destierro, pero no tardó en volver a las andadas y fue procesado por amancebamiento. También ese año conoció a la actriz Micaela de Luján (que sería 'Lucinda' o 'Camila Lucinda' en sus textos) y conquistó un poco más de fama con el poema El Isidro y la Dragontea, donde narraba las correrías de Francis Drake, 'el Dragón'.
Para sostener este tren de vida y sustentar tantas relaciones e hijos legítimos e ilegítimos, Lope de Vega destacó por su orden y fuerza de voluntad a la hora de trabajar, convirtiéndose en un torrente de escritura, sobre todo en poesía lírica y comedias, impresas estas muchas veces sin su permiso y sin corregir. A los 38 años pudo, por fin, editar parte de su obra sin los errores de otros y se convirtió en el primer escritor profesional de la literatura española al pleitear para lograr derechos de autor sobre quienes imprimían sus comedias sin su permiso y consiguió, al menos, el derecho a la corrección de su propia obra.
Biblioteca de Lope de Vega en su casa de Madrid
En 1598, Felipe II, al borde de la muerte, decretó el cierre de los teatros invocando razones de moralidad. Lope buscó entonces sustento como secretario primero del marqués de Malpica y luego del de Sarriá (protector de Cervantes). Un año más tarde, cuando por fin se levantó la prohibición sobre los teatros, Lope de Vega compuso e hizo representar Bodas entre el alma y el amor divino. Pero siguió erre que erre con su azarosa vida amorosa paralela a la literatura y en esos años vivió con la actriz Micaela de Luján en Sevilla, Granada, Toledo y Madrid, mientras pasaba otras temporadas con su mujer Juana de Guardo.
En enero de 1610 Lope de Vega ingresó en la Congregación de Esclavos del Santísimo Sacramento y en septiembre compró la casa de la calle de Francos de Madrid (hoy calle Cervantes), donde vivió hasta su muerte. Unos días después, ingresó en la Orden Tercera de San Francisco, escribiendo sus Cuatro soliloquios. Las muertes sucesivas de sus hijos le apenaban profundamente, pero no pudieron, con su agitado ritmo creador, dando lugar a una época para nada sosegada pero sí artísticamente más notable. En 1614 Lope de Vega se ordenó sacerdote y el 29 de mayo de ese año ofició su primera misa en la Iglesia de San Hermenegildo en Madrid.
Pero la tranquilidad y seguridad que pretendió con los hábitos nunca llegaron y, tal vez acosado por una mujer, Lope huyó de Madrid y volvió a enamorarse, esta vez de Marta de Nevares (la 'Marcia Leonarda' de sus novelas, la 'Amarilis' de sus poesías y cartas), aunque también mantuvo relaciones con la actriz Lucía Salcedo, apodada 'la Loca'. Marta de Nevares, que estaba casada con un comerciante se convirtió en el último gran amor de su vida y comenzó un momento pletórico de creación literaria y éxito de crítica con El verdadero amante, Lo fingido verdadero, El caballero de Olmedo, La Filomena, El mejor alcalde, el rey y hasta se representó ante la reina El vencido, vencedor.
Pero la vida para Lope de Vega siguió consistiendo en golpes en lo personal, que también empezaron a afectar a lo profesional: Marta de Nevares quedó ciega y sólo el ingreso en las Trinitarias descalzas de su hija Marcela lo alivió un poco. Algunas comedias fueron un fracaso y anunció que se retiraba del teatro. A pesar de todo, siempre dejó clara la rapidez con que escribía y que volvió a demostrar en 1631 con la representación de su obra La noche de San Juan, escrita tan solo en tres días y poco después El castigo sin venganza.
En 1632 murió Marta de Nevares, el último gran amor en su vida, y es entonces cuando apareció la que muchos consideran su obra maestra, La Dorotea, donde cuenta sus amores juveniles con Elena Osorio para establecer el vínculo con la última pasión de su vida, su amor con 'Amarillis'. Dos años después escribió la que es seguramente su comedia final, Las bizarrías de Belisa.
El 24 de agosto de 1635 Lope de Vega sufrió un desmayo. Al día siguiente, ya enfermo, aún pudo escribir un poema y un soneto, pero el médico de cámara de Su Majestad ya recomendó que le dieran el Santísimo Sacramento. El 26 de agosto hizo testamento y se despidió de sus amigos. El día 27, a las cinco y cuarto de la tarde, murió.
Las honras fúnebres duraron nueve días y por petición de su hija sor Marcela, el cortejo pasó frente al Convento de las Trinitarias Descalzas, para depositar finalmente sus restos en la Iglesia de San Sebastián, en la calle de Atocha. Unos años después, los restos pasaron a una fosa común por falta de pago.
Su producción literaria fue tan sobresaliente que incluso después de su muerte se siguieron publicando sus textos. El más destacado apareció en 1637, La Vega del Parnaso, donde se recogen los dos últimos poemas que escribió el 'Fénix de los Ingenios'.
El País
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