El drama de llegar a viejo, en Bolivia, es evidente y pasa por la extrema pobreza, el abandono y el maltrato. A esto se suma que no tienen una jubilación digna para poder sobrellevar esta dura realidad.
Hasta este año las personas que estaban protegidas por el seguro social no alcanzaban ni al diez por ciento de este total y la situación tiende a empeorar, porque actualmente, sólo uno de cada diez trabajadores aporta para su jubilación.
Las personas de la tercera edad ya empiezan a sentir los efectos de esta falta de un sistema, que les permita obtener una vida digna y donde se cumplan sus derechos. Muchos deben trabajar hasta morir si quieren tener el sustento diario, porque el beneficio de la jubilación sólo será para muy pocos, por lo que su vida será una odisea.
Para los analistas económicos y abogados laboralistas estos datos son alarmantes y muestran que si no cambia de raíz el sistema de pensiones y la actual estructura de la economía asentada en la informalidad y el subempleo, el futuro será incierto.
El Gobierno Nacional ha propuesto como una alternativa de solución la Renta Universal de Vejez, Renta Dignidad, que alcanzará a todas las personas de la tercera edad, tomando en cuenta que el 83 por ciento de esta población no tiene un ingreso fijo.
La jubilación
Otros datos del INE revelan que sólo el 10 por ciento de la fuerza laboral boliviana cotiza en el sistema de pensiones y está habilitada para tener algún día su jubilación, otro 10 por ciento ha dejado de cotizar, mientras que el restante 80 por ciento está totalmente al margen del sistema de pensiones y, si todo sigue igual, nunca tendrá una jubilación.
En cifras absolutas, esto quiere decir que, en el actual sistema privado, 3,8 millones de ciudadanos, que hoy trabajan o buscan trabajo, no tienen derecho a la jubilación, que otro medio millón de bolivianos tendrán serios problemas a la hora de obtener una renta para la vejez y que sólo otro medio millón estará en condiciones de recibir un apoyo económico cuando ingrese a la tercera edad.
Los informes estadísticos muestran, también, que en el actual sistema privado de pensiones, --controlado por las Administradoras privadas (AFPs), por la Zurich Financial Services y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria-- están afiliadas formalmente 1.024.294 personas, pero que sólo 495.396 cotizan regularmente.
Esto quiere decir que el 52 por ciento de los afiliados no tendrá jubilación, o tendrán rentas miserables, puesto que bajo el actual sistema privado de pensiones sólo se jubila u obtiene una renta de jubilación correspondiente al mínimo para sobrevivir, quienes han cotizado constantemente y en determinados montos, muchos más altos que lo que le permite los ingresos mensuales promedio a la inmensa mayoría de bolivianos.
Fuente: La Opini{on de Cochabamba
Hasta este año las personas que estaban protegidas por el seguro social no alcanzaban ni al diez por ciento de este total y la situación tiende a empeorar, porque actualmente, sólo uno de cada diez trabajadores aporta para su jubilación.
Las personas de la tercera edad ya empiezan a sentir los efectos de esta falta de un sistema, que les permita obtener una vida digna y donde se cumplan sus derechos. Muchos deben trabajar hasta morir si quieren tener el sustento diario, porque el beneficio de la jubilación sólo será para muy pocos, por lo que su vida será una odisea.
Para los analistas económicos y abogados laboralistas estos datos son alarmantes y muestran que si no cambia de raíz el sistema de pensiones y la actual estructura de la economía asentada en la informalidad y el subempleo, el futuro será incierto.
El Gobierno Nacional ha propuesto como una alternativa de solución la Renta Universal de Vejez, Renta Dignidad, que alcanzará a todas las personas de la tercera edad, tomando en cuenta que el 83 por ciento de esta población no tiene un ingreso fijo.
La jubilación
Otros datos del INE revelan que sólo el 10 por ciento de la fuerza laboral boliviana cotiza en el sistema de pensiones y está habilitada para tener algún día su jubilación, otro 10 por ciento ha dejado de cotizar, mientras que el restante 80 por ciento está totalmente al margen del sistema de pensiones y, si todo sigue igual, nunca tendrá una jubilación.
En cifras absolutas, esto quiere decir que, en el actual sistema privado, 3,8 millones de ciudadanos, que hoy trabajan o buscan trabajo, no tienen derecho a la jubilación, que otro medio millón de bolivianos tendrán serios problemas a la hora de obtener una renta para la vejez y que sólo otro medio millón estará en condiciones de recibir un apoyo económico cuando ingrese a la tercera edad.
Los informes estadísticos muestran, también, que en el actual sistema privado de pensiones, --controlado por las Administradoras privadas (AFPs), por la Zurich Financial Services y el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria-- están afiliadas formalmente 1.024.294 personas, pero que sólo 495.396 cotizan regularmente.
Esto quiere decir que el 52 por ciento de los afiliados no tendrá jubilación, o tendrán rentas miserables, puesto que bajo el actual sistema privado de pensiones sólo se jubila u obtiene una renta de jubilación correspondiente al mínimo para sobrevivir, quienes han cotizado constantemente y en determinados montos, muchos más altos que lo que le permite los ingresos mensuales promedio a la inmensa mayoría de bolivianos.
Fuente: La Opini{on de Cochabamba
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