El Mercurio10.12-2007.
Dr. Víctor Hugo CarrascoJ
efe Geriatría Hospital Clínico U. de Chile
Los adultos mayores ya no pasan inadvertidos. Ostentan mejor posición que hace 20 años: acceden a descuentos, a programas en las municipalidades, a viajes, están siendo vistos como potenciales consumidores, etc.
Sin embargo, a nivel sanitario es donde menos se ha avanzado, particularmente, en atención hospitalaria. Es que cuando están sufriendo alguna patología aguda, no reciben atención diferencial, tratándoseles igual que a los adultos más jóvenes.
Pero el anciano no es un adulto con muchos años; es una persona que se enferma de forma diferente, manifiesta otros síntomas y sus dolencias tienen consecuencias distintas que en un joven.
Un adulto mayor frágil que sufre una neumonía es derivado a un hospital y sale sin infección respiratoria, pero muchas veces discapacitado; nadie se preocupó de su movilidad, llega a casa, se cae, se fractura y vuelve a internarse, pero esta vez en traumatología.
Es una puerta giratoria. Si uno estudiara a los adultos mayores que se han discapacitado en el último tiempo vería que el 70% estuvo hospitalizado hace menos de un año.
El abordaje de los ancianos no puede seguir siendo exclusivamente por órganos enfermos, pues suelen estar afectados varios a la vez. No obstante, el enfoque que se ha tenido hasta ahora en el sistema de salud -incluido el Auge- es ver las cosas de manera fragmentada.
Si la persona sufre de tres problemas, tiene que visitar tres médicos distintos. No estoy contra las subespecialidades, pero hay un grupo de personas mayores que necesita ser abordada de modo integral. Esos son los mayores frágiles, porque están en riesgo de perder autonomía.Su atención hospitalaria, sin duda, debe velar por su hipertensión, diabetes o cual fuese el mal crónico, pero también de su digestión, movilidad, incontinencia urinaria, estado mental, etc.
Fuente: RLG
Dr. Víctor Hugo CarrascoJ
efe Geriatría Hospital Clínico U. de Chile
Los adultos mayores ya no pasan inadvertidos. Ostentan mejor posición que hace 20 años: acceden a descuentos, a programas en las municipalidades, a viajes, están siendo vistos como potenciales consumidores, etc.
Sin embargo, a nivel sanitario es donde menos se ha avanzado, particularmente, en atención hospitalaria. Es que cuando están sufriendo alguna patología aguda, no reciben atención diferencial, tratándoseles igual que a los adultos más jóvenes.
Pero el anciano no es un adulto con muchos años; es una persona que se enferma de forma diferente, manifiesta otros síntomas y sus dolencias tienen consecuencias distintas que en un joven.
Un adulto mayor frágil que sufre una neumonía es derivado a un hospital y sale sin infección respiratoria, pero muchas veces discapacitado; nadie se preocupó de su movilidad, llega a casa, se cae, se fractura y vuelve a internarse, pero esta vez en traumatología.
Es una puerta giratoria. Si uno estudiara a los adultos mayores que se han discapacitado en el último tiempo vería que el 70% estuvo hospitalizado hace menos de un año.
El abordaje de los ancianos no puede seguir siendo exclusivamente por órganos enfermos, pues suelen estar afectados varios a la vez. No obstante, el enfoque que se ha tenido hasta ahora en el sistema de salud -incluido el Auge- es ver las cosas de manera fragmentada.
Si la persona sufre de tres problemas, tiene que visitar tres médicos distintos. No estoy contra las subespecialidades, pero hay un grupo de personas mayores que necesita ser abordada de modo integral. Esos son los mayores frágiles, porque están en riesgo de perder autonomía.Su atención hospitalaria, sin duda, debe velar por su hipertensión, diabetes o cual fuese el mal crónico, pero también de su digestión, movilidad, incontinencia urinaria, estado mental, etc.
Fuente: RLG
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