El último barómetro del CIS refleja la percepción social sobre la llegada cada vez más tardía de la tercera edad La salud, más que los años, es el factor para considerar vieja a una persona
El otoño de la vida llega inexorable pero cada vez más tarde. Hasta no hace tanto se le colgaba el cartel de viejo a cualquiera bien entrado en la cincuentena. Ahora la vejez parece demorarse casi un par de décadas, según el sentir popular. Así lo cree un buen porcentaje de los españoles consultados al respecto por el Centro de Investigaciones Sociológicas. En su barómetro del mes de marzo, difundido ayer, el 25.1% de los sondeados opina que la tercera edad, también llamada ancianidad, arranca «pasados los 70 años». Son la mayoría, porque apenas un 16.4% se atiene al canon laboral de los 65 años como referencia para hablar de vejez . Y aún son menos, un 11.2%, los que considerarían viejo a alguien de 60 años.
Es una corriente de opinión ya asentada en una sociedad próspera como la española, donde el aumento del nivel adquisitivo y la adopción de hábitos de vida saludables se traducen en longevidad y achaques cada vez más tardíos. No sorprende, pues, que el 82% de los españoles coincida en que la situación de los mayores de 65 años es hoy mejor que la de sus coetáneos hace cuatro décadas, y sólo un 8% defienda que hoy lo pasan peor.
Además, frente a lo que dicen el DNI o el calendario, es la salud - su deterioro- y no la edad el factor decisivo para catalogar a alguien como viejo. Lo cree el 29% de los encuestados, frente al 19% que piensa que la edad pesa más. El 12.5% apunta a otras razones como el aspecto físico y el 'deterioro intelectual', y casi la misma proporción cree que la vejez es un estado mental determinado por «la forma de ser, de pensar».
Hasta ahí, el barómetro del CIS da una imagen hasta cierto punto amable de la vejez que luego se trunca. Preguntados por el adjetivo que mejor define a las personas mayores de 65 años, la mayoría (35.6%) escoge el término 'dependiente', seguido de 'enfermo' (27.7%) y sólo en tercer lugar aparece 'inteligente', referido a la sabiduría y experiencia vital acumuladas, valorada en otra pregunta como la mejor aportación de los ancianos. La mayoría, un 82.7%, ve a los mayores «temerosos ante la enfermedad y la dependencia».
Cosa de los hijos
Casi el 75% de los sondeados cree los problemas de las personas mayores son, antes que nada, responsabilidad de los hijos. No obstante, cuatro de cada diez personas no va nunca al cine, de compras o de espectáculos con sus mayores y uno de cada tres jamás les ayuda en el cuidado personal o en las tareas domésticas.
Según el CIS, casi la mitad de los españoles estima que la sociedad da un trato sólo 'regular' a sus veteranos. Y se detecta más educación y respeto de los mayores hacia los jóvenes (34.3 %) que a la inversa (22.6%). Entre la juventud predomina un sentimiento de indiferencia hacia los que han cruzado el umbral de los 65, según el sentir del 45.4%% de los consultados.
Mantenerse activo, disponer de buenos servicios sociales y sanitarios, y disfrutar de ingresos saneados conforman, por este orden, la receta para mejorar la calidad de vida de los ancianos españoles. Así lo cree el resto de sus conciudadanos.
El diariomonatnes de España
El otoño de la vida llega inexorable pero cada vez más tarde. Hasta no hace tanto se le colgaba el cartel de viejo a cualquiera bien entrado en la cincuentena. Ahora la vejez parece demorarse casi un par de décadas, según el sentir popular. Así lo cree un buen porcentaje de los españoles consultados al respecto por el Centro de Investigaciones Sociológicas. En su barómetro del mes de marzo, difundido ayer, el 25.1% de los sondeados opina que la tercera edad, también llamada ancianidad, arranca «pasados los 70 años». Son la mayoría, porque apenas un 16.4% se atiene al canon laboral de los 65 años como referencia para hablar de vejez . Y aún son menos, un 11.2%, los que considerarían viejo a alguien de 60 años.
Es una corriente de opinión ya asentada en una sociedad próspera como la española, donde el aumento del nivel adquisitivo y la adopción de hábitos de vida saludables se traducen en longevidad y achaques cada vez más tardíos. No sorprende, pues, que el 82% de los españoles coincida en que la situación de los mayores de 65 años es hoy mejor que la de sus coetáneos hace cuatro décadas, y sólo un 8% defienda que hoy lo pasan peor.
Además, frente a lo que dicen el DNI o el calendario, es la salud - su deterioro- y no la edad el factor decisivo para catalogar a alguien como viejo. Lo cree el 29% de los encuestados, frente al 19% que piensa que la edad pesa más. El 12.5% apunta a otras razones como el aspecto físico y el 'deterioro intelectual', y casi la misma proporción cree que la vejez es un estado mental determinado por «la forma de ser, de pensar».
Hasta ahí, el barómetro del CIS da una imagen hasta cierto punto amable de la vejez que luego se trunca. Preguntados por el adjetivo que mejor define a las personas mayores de 65 años, la mayoría (35.6%) escoge el término 'dependiente', seguido de 'enfermo' (27.7%) y sólo en tercer lugar aparece 'inteligente', referido a la sabiduría y experiencia vital acumuladas, valorada en otra pregunta como la mejor aportación de los ancianos. La mayoría, un 82.7%, ve a los mayores «temerosos ante la enfermedad y la dependencia».
Cosa de los hijos
Casi el 75% de los sondeados cree los problemas de las personas mayores son, antes que nada, responsabilidad de los hijos. No obstante, cuatro de cada diez personas no va nunca al cine, de compras o de espectáculos con sus mayores y uno de cada tres jamás les ayuda en el cuidado personal o en las tareas domésticas.
Según el CIS, casi la mitad de los españoles estima que la sociedad da un trato sólo 'regular' a sus veteranos. Y se detecta más educación y respeto de los mayores hacia los jóvenes (34.3 %) que a la inversa (22.6%). Entre la juventud predomina un sentimiento de indiferencia hacia los que han cruzado el umbral de los 65, según el sentir del 45.4%% de los consultados.
Mantenerse activo, disponer de buenos servicios sociales y sanitarios, y disfrutar de ingresos saneados conforman, por este orden, la receta para mejorar la calidad de vida de los ancianos españoles. Así lo cree el resto de sus conciudadanos.
El diariomonatnes de España
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