El asesinato en pleno Manhattan de Brian Thompson, director general de la mayor aseguradora de salud de Estado Unidos, desató polémicas celebraciones de personas furiosas con el sistema sanitario estadounidense, el más caro e ineficiente de los países ricos. El crimen dio aire a la frustración de muchos estadounidenses por las trampas y obstáculos que la industria de la salud pone en su camino para financiar tratamientos de los que dependen sus vidas.
Comments